Sin techo no hay derechos
La asociaci¨®n Bizitegi lanza la campa?a #sintechoconderechos para concienciar sobre las m¨¢s de 300 personas que cada d¨ªa duermen en la calle en Euskadi
Madrugar. Salir de casa, todav¨ªa con algo de sue?o, y caminar a trav¨¦s de unas cuantas calles. Bajar aceleradamente las escaleras de la boca de metro, correr para no perder el tren que escuchamos aproximarse al entrar en la estaci¨®n. Es, para muchos, un ritual diario hacia el trabajo. Una rutina a la que ahora en Bilbao se suman 28 rostros, a menudo mudos o silenciados, que nos gritan 'Vivir en la calle no es mi elecci¨®n' o 'Estoy sin hogar pero soy visible'. Esta exposici¨®n fotogr¨¢fica, que se puede visitar en varias estaciones de Metro Bilbao hasta el pr¨®ximo mes de marzo, forma parte de la campa?a #sintechoconderechos, organizada por Bizitegi.
Esta asociaci¨®n, que lleva 35 a?os trabajando en la atenci¨®n a personas en distintas situaciones de exclusi¨®n social, lanz¨® el pasado 10 de diciembre, D¨ªa Internacional de los Derechos Humanos, esta campa?a, centrada en las personas sin hogar. Su principal objetivo es "sensibilizar a la ciudadan¨ªa sobre esta realidad, que seamos conscientes de c¨®mo viven estas personas, que las veamos desde otros ojos, sin juicios morales, sin culpabilizarlos, sin culpabilizarlos tampoco a nosotros mismos", apunta Aitor Ipi?a, gerente de Bizitegi. Y es que seg¨²n los datos de las II Jornadas sobre exclusi¨®n residencial en Euskadi, celebradas el pasado mes de octubre, actualmente en nuestra comunidad m¨¢s de 300 personas duermen cada d¨ªa en la calle y 1.500 lo hacen en locales sociales para personas sin hogar.
En muchas de estas historias, que para la exposici¨®n ha retratado el fot¨®grafo Txema Serrano, el desempleo es el punto de partida m¨¢s recurrente: "Una de las personas con las que habl¨¦ es el ejemplo. Al quedarse sin trabajo, deja de tener ingresos, se ejecuta la hipoteca y se queda en la calle. Todo eso genera una tensi¨®n familiar muy fuerte que termina en divorcio, con lo que, adem¨¢s, pasa a verse totalmente solo. A partir de ah¨ª, sufre una fuerte depresi¨®n y se ve desprotegido en todos los sentidos. Y ya no es capaz de encontrar herramientas para salir por su propio pie de esa situaci¨®n", se?ala Serrano. Se trata de buscar el modo de detener esa espiral. En primer lugar, d¨¢ndoles voz. "Son situaciones que nos encontramos d¨ªa a d¨ªa y muchas veces ante ellos giramos la cabeza. Por eso quiero que est¨¦n en las estaciones de metro.
Cualquiera podemos llegar a vernos en una situaci¨®n as¨ª"
De esa forma no pueden ser invisibles", se?ala Serrano. Tambi¨¦n en parte a trav¨¦s de la empat¨ªa. Para el autor de la muestra, "aunque no lo creamos, es algo en realidad muy cercano a toda la sociedad, porque cualquiera podemos llegar a vernos en una situaci¨®n as¨ª". Y por eso es indispensable conseguir que cambie nuestra mirada, la de los que cada d¨ªa pasamos a su lado. Para ello han incluido en la campa?a una acci¨®n de Green Street Marketing, una ecol¨®gica t¨¦cnica publicitaria. Pionera en Bizkaia, consiste en limpiar con agua a presi¨®n zonas del suelo en las que, a trav¨¦s de plantillas, se imprimen frases. As¨ª, desde hace algunos d¨ªas, paseando por Bilbao, encontramos porciones de suelo que rezan 'queremos hechos, no solo derechos' o 'es muy duro vivir en la calle'. Serrano ha elaborado la muestra fotogr¨¢fica a lo largo de un a?o, recorriendo las calles, acerc¨¢ndose a las personas sin hogar con que se ha encontrado en Bilbao, conoci¨¦ndolas, poni¨¦ndoles nombre, apellidos e historia.
Y reconoce que tienen algo en com¨²n: "Ellos tienen la sensaci¨®n de ser indiferentes a la sociedad. Est¨¢n marginados y lo sienten as¨ª, se ven en el fondo de un agujero del que son incapaces de salir". Porque, como recuerdan desde Bizitegi, "sin ayuda es imposible salir de una de las situaciones m¨¢s claras de exclusi¨®n en el entorno" como es no tener d¨®nde vivir. No tener casa es una carencia global, una pobreza totalizadora. Por eso esta campa?a busca que, como sociedad, nos detengamos en alguno de los escalones al bajar a la estaci¨®n de Metro y empecemos a trazar el camino para hacer que el derecho a la vivienda no sea solo un derecho, sino una realidad
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