El periodismo 007
Aqu¨ª pasa, aqu¨ª escribo, aqu¨ª mato. Como James Bond, el oficio vive tiempos convulsos en los que no importa el criterio o la punter¨ªa, solo cu¨¢n r¨¢pido desenfundas
![Carles Geli](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fa9b22405-2109-4118-ae48-4425d7e9347c.jpg?auth=e66ff8a8789b201bc53443e4032a94c14f0b0a3ebb67ab75853a065c687a63ea&width=100&height=100&smart=true)
![Francesc Servent (sentado) y Joan Casanovas, en el 'pisito' que el primero pone a sus 4.000 piezas de Bond.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DEPYGAKZZJFDN2ICBDXAT3DOEI.jpg?auth=fa1ed1793c3617dc25fe2bb36541238674a61d51a483c056e3bd65211247af3e&width=414)
Ra-ta-ta-ta-ta. Las ametralladoras delanteras asoman bajo los faros; la pantalla de acero antibalas que cubre la luna trasera aparece al apretar el tubo de escape. Y el no va m¨¢s: el techo se abre de pronto y expulsa al copiloto que amenaza al conductor con una pistola. Es el Aston Martin DB5, fabricado en 1965 por Corgi Toys, juguete del a?o, seis millones de unidades vendidas, ligado a la promoci¨®n de Operaci¨®n Trueno. El primer gran gadget sobre James Bond. No s¨¦ por qu¨¦ (el buen gusto innato de mi humild¨ªsima abuela, creo), lo tengo.
Pronto dej¨¦ de ser fan de Bond: entre otras cosas pr¨¢cticas, ¨¦l domina seis artes marciales y yo nunca levant¨¦ la pata m¨¢s all¨¢ de 40 cent¨ªmetros del suelo; ¨¦l controla cinco maneras de matar a un hombre de un golpe: yo, a burdos mamporros de teclado para sendas necrol¨®gicas, solo he enterrado vivos a dos, Torrente Ballester y Cela, y eso porque sus agon¨ªas fueron lentas (Dios me perdone). Lo del sibaritismo acab¨® tambi¨¦n mal: los Huevos Benedict con salsa holandesa o la langosta con huevos de codorniz y algas marinadas picadas lo cort¨® de ra¨ªz mi mujer a base de la semana internacional de la patata hervida, frecuentes al principio de la hipoteca. El Martini con vodka (¡°shaken, not stirred¡±) me tumbaba solo olerlo. Salt¨¦ al champagne, ya saben: Dom Perignon, Taittinger o Bollinger, a no m¨¢s de tres grados. Cuando compr¨¦ la primera, se acab¨®: me tragu¨¦ el sueldo de una jornada.
Tampoco pude reflejarme en su padre, Ian Lancaster Fleming. Y eso que iba bien encaminado: periodista (empatados), estaba en la agencia Reuters; salt¨® al The Times (bueno, por ah¨ª ¨ªbamos), viaj¨® para el diario a Mosc¨² (ya no le pillo) y algo sac¨® porque empez¨® a informar para el Foreign Office, para acabar fichando por la Inteligencia Naval (nunca el CNI, creo, se ha interesado por mis sagaces apuntes tras las ruedas de prensa, pongamos por caso).
Mi DB5, dec¨ªamos. Me acord¨¦ de ¨¦l al ver Spectre, 24? filme de Bond, y ratificar la ruina del coche tras Skyfall. Imposible reconstruirlo. Fue un acto freudiano: tengo la memoria en el coraz¨®n y fui a desempolvar el juguete como ahora miro el f¨²tbol, buscando al ni?o que lo miraba, al ni?o que fui, para recuperar un mundo perdido. Me ocurre lo mismo con el periodismo. Lo que m¨¢s me interes¨® de Spectre fue la trastienda: el malo mal¨ªsimo quiere cargarse el programa de agentes 00 e implantar un sofisticado sistema inform¨¢tico que permite, a unos pocos y desde un centro de control a lo sala de mandos de la Enterprise, hacerlo y controlarlo (y manipularlo) todo; y todo muy deprisa. El s¨ªmil con el oficio, preclaro: primero, 140 twuitteranos caracteres; luego, titulares con gancho forzado y ambiguas o t¨¢citas referencias picantes (los algoritmos de los buscadores en la Red son los jefes ahora), listados, dec¨¢logos (el clic compulsivo exige), ¡°p¨¢rrafos cortos, no tesis doctorales¡± y nunca m¨¢s de dos folios; la marca individual sobre la cabecera colectiva, la desaparici¨®n f¨ªsica de las secciones: teclados calientes, como camas de pensiones baratas. Aqu¨ª pasa, aqu¨ª escribo, aqu¨ª mato. Intro. Bond, tiene la obsoleta, seg¨²n sus imberbes superiores, licencia para matar pero, tambi¨¦n por ello, criterio para saber cu¨¢ndo y si hacerlo o no porque, veteran¨ªa aparte, est¨¢ sobre el terreno. Era vive y deja morir. Hoy no importa el criterio o la punter¨ªa, solo cu¨¢n r¨¢pido desenfundas...
Como un d¨ªa compartimos blas¨®n, Orbis non sufficit (El mundo nunca es suficiente, leyenda familiar de Bond y ¨²ltima aventura f¨ªlmica del siglo XX), revisit¨¦ al amigo inmarcesible: oje¨¦ la nueva Enciclopedia James Bond, de John Cork y Collin Stutz (Planeta C¨®mic), y remir¨¦ Casino Royale y Vive y deja morir, que ECC Ediciones, con nueva traducci¨®n y cadencia bimestral, recupera ahora hasta completar los 14 vol¨²menes que escribi¨® Fleming (un Bond m¨¢s machista y sexual en las novelas, pero tambi¨¦n con m¨¢s claroscuros, m¨¢s torturado: Me gusta).
Momento de presente continuo, s¨®lo el pasado se me antoja futuro. As¨ª lo ve tambi¨¦n, quiero pensar, Francesc Servent, socio honor¨ªfico del Club Archivo 007 y presidente del Grupo de Amigos de James Bond. Descubri¨® al superagente en 1976 con Desde Rusia con amor. Justo 40 a?os despu¨¦s, le pone un pisito en su barrio de La Guineueta de Barcelona a los, calcula, ¡°m¨¢s de 4.000 objetos¡±, piratas o no, que tiene sobre ¨¦l. Es, probablemente, el mayor coleccionista de Espa?a: desde una cerillas promocionales, una serie limitada de 12 encendedores BIC y mu?ecas rusas compradas en Praga con los rostros de los actores Bond a el anillo de Spectra de 1963 de Desde Rusia con amor, pasando por la r¨¦plica del bikini de Halle Berry en Muere otro d¨ªa a colonias (impagable la 007 for women), un fotocromo de Goldfinger, clips 007, una maquinilla de afeitar de edici¨®n especial de Gillette, los 134 coches a escala de todas las pel¨ªculas¡ Y la joya, un huevo de Faberg¨¦, el 100 de la edici¨®n numerada sobre 100, del filme Octopussy. No hay precios: no quiere divorciarse¡
A?ora, anhela y sue?a Servent la serie de cromos sobre Moonraker de 1979 que iban con los pastelitos Phoskitos (¡°igual llamo a la f¨¢brica, a ver qu¨¦ pasa¡±) mientras disfruta con la espectacular reproducci¨®n de la Walther PPK 7.65 mil¨ªmetros (siete balas: la de los oficiales alemanes desde 1931, 21 pel¨ªculas con Bond) que, de tan fiel, requiere de notificaci¨®n a la Guardia Civil cuando la lleva de charla o exposici¨®n. Juguetea con ella Joan Casanovas, (bautismo con Moonraker, con 13 a?os, en 1989, alquilada una hasta entonces somnolienta tarde de s¨¢bado), presidente del Club Archivo 007. ¡°Despertamos c¨¦lulas dormidas de fans¡±, dice sobre su labor y el centenar de socios (92%, hombres). Hablan en su web de promulgar los valores de Bond¡ ¡°Los buenos¡±, aclara: ¡°El triunfo del bien contra el mal; proteger al d¨¦bil; ser una persona instruida; la elegancia, el respeto al enemigo y hasta la defensa del amor: su primer gran amor se suicida y matan a su esposa justo tras casarse¡¡±).
El masaje Bond anima. Una imagen final de Spectre, tambi¨¦n. Adem¨¢s, mi DB5 est¨¢ en e-Bay a 880,37 euros (eso s¨ª, con caja original). Y el Instituto Tecnol¨®gico de Massachussets (MIT) hace ya pruebas con el Terrafugia TF-X, primer coche volador totalmente aut¨®nomo. Digno de Bond, ?no? ¡°Es mejor viajar lleno de esperanzas que llegar a tu destino¡±, escribe Fleming en S¨®lo se vive dos veces. Curioso: De coche en coche, periodismo crepuscular mediante, habr¨¢ pasado una vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Carles Geli](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fa9b22405-2109-4118-ae48-4425d7e9347c.jpg?auth=e66ff8a8789b201bc53443e4032a94c14f0b0a3ebb67ab75853a065c687a63ea&width=100&height=100&smart=true)