Bajo el Yelmo de La Pedriza
Una casa de oficios de la Comunidad, cerrada durante 10 a?os, reabre sus puertas al p¨²blico monta?ero
Los centenares de visitantes que acuden los fines de semana a La Pedriza, ese universo de musgo, roca y bosque convertido en pulm¨®n visual a 45 kil¨®metros al noroeste de Madrid, tienen a mano el disfrute de una agradable sorpresa desde el pasado mes de diciembre.
All¨ª, una alargada casa de una planta, desplegada sobre un trozo de pradera de c¨¦sped encendido, con cubierta a dos aguas de teja anaranjada, dorados muros y chimenea de le?a con sombrero, languidec¨ªa desde hace una d¨¦cada cerrada bajo siete llaves en las inmediaciones de Canto Cochino y junto a un puente de madera sobre el r¨ªo Manzanares. Un insulso r¨®tulo cancelaba el acceso a este primitivo refugio de guardabosques, convertido en una casa de oficios clausurada en 2005. Pues bien: la casa ha sido abierta al p¨²blico, rehabilitada, calefactada y renovadas su techumbre, cristaler¨ªa e infraestructuras, despu¨¦s de haber permanecido muy da?ada por la nieve y la lluvia durante su abandono de dos lustros. Un aljibe de aguas pluviales, calderas de biomasa y bater¨ªas para su generador completan las mejoras.
La empresa medioambiental, Educaci¨®n, Naturaleza y Animaci¨®n, EDNYA, all¨ª representada por una pareja, Carmen y Andr¨¦s, coordinadores educativos y de relaciones con el entorno artesanal de los municipios madrile?os y segovianos del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama, donde La Pedriza se inserta, ha concurrido ante la Comunidad de Madrid para conseguir gestionar la casa, seg¨²n explica Carol Sala, responsable de la sociedad limitada. Tras una inversi¨®n acrecida desde 90.000 hasta 300.000 euros, -¡°la encontramos mucho m¨¢s deteriorada de lo que al principio pens¨¢bamos¡± explica Sala- la han convertido en una estancia grata y en centro formativo para el solaz de visitantes, senderistas y escaladores. Se llama La Majada de La Pedriza y permanece abierta todos los d¨ªas, desde las nueve de la ma?ana hasta las seis de la tarde. En sus c¨®modas instalaciones, ofrece venta y degustaci¨®n de productos de la sierra, programa distintas actividades de ecoturismo y promociona los recursos gastron¨®micos y artesanales locales.
A partir de ahora, all¨ª pueden acudir los monta?eros bien para descansar al amor de la lumbre, bien para tomar un refresco o un caf¨¦, sea para adquirir miel de la T¨ªa Pili; incluso, sencillamente, para deleitarse mirando desde sus ventanas la magn¨ªfica vista de un entorno escarpado donde las formaciones rocosas que jalonan La Pedriza adquieren formas caprichosas, como el perfil de un elefante o el de una gigantesca rana. Y todo ello bajo una atm¨®sfera transparente, filtrada por el ox¨ªgeno puro que asciende a un cielo alto, surcado por aves rapaces, desde las copas de millares de pinos que refrescan el enclave.
Hasta la reciente apertura de esta casa, los transe¨²ntes de la zona pod¨ªan acudir al Centro de Visitantes de La Pedriza, que jalona el acceso al parque ¨C5,5 kil¨®metros atr¨¢s, puertecillo de monta?a mediante-; en su interior, una maqueta dibuja los principales hitos de la orograf¨ªa y de la hidrograf¨ªa del lugar, mientras agentes medioambientales facilitan mapas de la comarca y una proyecci¨®n relata la gesta de los intelectuales pioneros que, al declinar el siglo XIX, comenzaron a valorar el tesoro forestal y ecol¨®gico guadarrame?o -representado en un arboreto contiguo- que corona el noroeste madrile?o. Entre ellos, Francisco Giner de los R¨ªos, que da nombre al refugio situado a cinco kil¨®metros aguas arriba del arroyo Majadilla, afluente del Manzanares.
Pero en esta zona intermedia de Canto Cochino, que solo posee dos bares y un merendero, sin servicios, dispuestos junto a sendos estacionamientos para autom¨®viles, la apertura de la gran casa es toda una noticia. Y ello porque tras el descanso en La Majada, las excursiones desde all¨ª a los collados de las Dehesillas, al del Cabr¨®n o a Quebrantaherraduras, incluso a la impresionante mole del Yelmo que corona con su piedra lampi?a y formidable la comarca entera, podr¨¢n ser a partir de ahora mucho m¨¢s gratas para sus protagonistas. La monta?a les espera.
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