Actores jugando a ser actores
Emma Vilarasau y Jordi Boixaderas diseccionan la profesi¨®n y el papel del p¨²blico en ¡®Inf¨¤mia¡¯, escrita por Pere Riera
?Por qu¨¦ alguien decide ser actor? ?Es diferente de ejercer de abogado o profesor? ?Hay que tener una personalidad especial? ?Qu¨¦ sacrificios personales implica y qu¨¦ papel juega el p¨²blico? El dramaturgo Pere Riera reflexiona sobre lo que representa esta profesi¨®n en Inf¨¤mia, una obra que a¨²na en La Villarroel toques de comedia con el intento de descubrir los misterios y miedos personales que esconden los protagonistas. Especialmente en lo que se refiere a Eva Dol?, personaje que interpreta Emma Vilarasau.
Eva es una reconocida y veterana actriz que, tras abandonar su profesi¨®n, ejerce de coach. Por qu¨¦ decidi¨® bajar de los escenarios y aparcar su aparentemente exitosa carrera es uno de los hilos conductores del montaje. ¡°Es una mujer muy exigente¡±, explica Vilarasau. Eva est¨¢ dirigiendo unas clases para profundizar la t¨¦cnica teatral de dos actores m¨¢s j¨®venes, Sara (Anna Moliner) y Aleix (Francesc Ferrer). La primera, en la treintena, siente que est¨¢ al l¨ªmite; lleva a?os dedic¨¢ndose a la profesi¨®n pero cree que no acaba de encajar ni de encontrar su lugar. Nada es como ella hab¨ªa imaginado en un inicio, cuando decidi¨® dedicar su vida a la interpretaci¨®n. Su frustraci¨®n no solo abarca el ¨¢mbito del trabajo, sino que tambi¨¦n se extiende a su faceta personal. Si cambiar¨¢ de rumbo o seguir¨¢ intent¨¢ndolo, es otro de los misterios de Inf¨¤mia.
Francesc, en cambio, nunca se ha planteado qu¨¦ significa dedicarse a la interpretaci¨®n. Le gusta ser actor, sobre todo por todas las cosas que rodean al oficio. Como si fuese uno de los personajes que interpreta, no duda en echar mano a la frivolidad o a la iron¨ªa en su vida diaria. As¨ª enmascara lo que no le gusta de su personalidad. La inseguridad no va con ¨¦l, y su m¨¢xima es gozar del ¨¦xito ef¨ªmero.
Sobre los dos, Sara y Aleix, recae el sambenito de ¡°actores emergentes¡±. Ambos est¨¢n en manos de Eva, quien proyecta sobre ellos sus heridas personales. Hasta que entra en acci¨®n Toni (Jordi Boixaderas) y contribuye a trastocarlo todo un poco m¨¢s. Toni siente, casi compulsivamente, que tiene que interpretar muchos papeles. Quiz¨¢ por este motivo una vez su terapeuta le dijo que se hab¨ªa hecho actor porque no sab¨ªa qui¨¦n era en su vida real.
¡°Es alguien que dentro de una reuni¨®n har¨ªa una broma, le gustar¨ªa ser el centro de atenci¨®n. Nos lo imaginamos como alguien que concibe su trabajo de una manera muy l¨²dica, que sale a divertirse¡±, desgrana Boixaderas. La entrada de Toni en las vidas de los tres personajes, que ya de por s¨ª tienen una crisis de vocaci¨®n, acabar¨¢ por ser un revulsivo. ¡°Les cambia un poco la situaci¨®n porque Toni lo complica y enreda todo. ?l a?ade retos, juegos a la acci¨®n¡±, detalla Boixaderas.
La escritura de Inf¨¤mia fue un encargo directo de la directora art¨ªstica de La Villarroel, Tania Brenlle, a Riera, quien tambi¨¦n dirige el montaje. La obra disecciona c¨®mo las experiencias personales influyen en la vida profesional. Y, en este sentido, tienen muy presente al p¨²blico, a la masa de espectadores desconocidos que cada noche paga una entrada para sentarse en una butaca y bucear en una ficci¨®n. ¡°Continuamente se habla de ¨¦l¡±, afirma Boixaderas. ¡°Riera abre preguntas y se cuestiona muchas cosas. Pero no es nada moralista. Creo que con Inf¨¤mia quer¨ªa hacer un regalo al p¨²blico¡±, a?ade Vilarasau. El director vuelve a trabajar con la actriz tras el ¨¦xito cosechado con Barcelona, montaje con el que ambos ganaron un premio Max. El primero en la categor¨ªa de mejor autor¨ªa y la segunda como mejor actriz.
En esta ocasi¨®n, Inf¨¤mia, en cartel hasta el 13 de marzo, se desarrolla en una sala de ensayo, con todo lo que implica hacer un cierto metateatro. ¡°Podr¨ªas poner en boca tuya algunas cosas¡±, declara Vilarasau. ¡°Cuando preparo un papel acostumbro a partir de yo mismo, a aproximarme a lo que le pasa a ese personaje por c¨®mo soy¡±, opina Boixaderas.
En medio de este juego de espejos y realidades, Riera mantiene en Inf¨¤mia hasta el final la inc¨®gnita de por qu¨¦ alguien decide dar al traste con su profesi¨®n o abrazarse a ella y a todas sus carencias personales, sin rencor.
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