El hermano de Juan Guerra
El exvicepresidente ha salido en defensa del PSOE contra los excesos verbales de Podemos. ?l, que se refer¨ªa a Adolfo Su¨¢rez como el ¡°tah¨²r del Misisipi¡±
Pinch¨¦ hace unos d¨ªas en Google el nombre de Juan Guerra y me salieron unos cuantos. De algunos ten¨ªa conocimiento. Pero desconoc¨ªa que un distrito del Per¨² se llamara as¨ª. En medio de tanto desconocimiento, me sali¨® el caso Guerra, que no es otro que el famoso Caso en el que estuvo comprometido el hermano del que ya todos conocemos. Por si alguien no recuerda este turbio asunto, Juan Guerra fue contratado por el PSOE de Andaluc¨ªa en calidad de asistente de su entonces poderoso hermano.
En 1990 salt¨® el esc¨¢ndalo en el que Juan Guerra se vio involucrado, siendo imputado (ahora se dice investigado) por varios delitos graves, entre ellos el de malversaci¨®n de fondos p¨²blicos, tr¨¢fico de influencias y fraude fiscal. El caso Guerra salpica a su hermano vicepresidente del Gobierno espa?ol, por lo cual dimite en 1991, hecho que no es acompa?ado por la tambi¨¦n dimisi¨®n de Felipe Gonz¨¢lez, tal como ¨¦ste hab¨ªa prometido p¨²blicamente que har¨ªa si su segundo de abordo dimit¨ªa.
Le¨ª en Federico S¨¢nchez se despide de ustedes, las memorias de Jorge Sempr¨²n (ministro de Cultura del Gobierno socialista entre 1988 y 1991) lo mal que lo pas¨® con el vicepresidente. Y no hay nada en ese libro testimonial que no me haga estar m¨¢s de acuerdo con el deplorable dibujo del personaje. Creo que fue por el a?o 1983 que viaj¨¦ a Madrid para asistir a la presentaci¨®n de un libro del dirigente del PSC Josep Maria Triginet, editado por Montesinos, sello en el que yo entonces me desempe?aba como editor. La presentaci¨®n del libro se hac¨ªa en una de las dependencias del Congreso de los Diputados y lo presentaba el hermano de Juan Guerra. Hab¨ªa unos cuantos invitados. Cuando el acto termin¨®, apareci¨® la diputada Anna Balletb¨°, evidentemente un pel¨ªn tarde. El hermano de Juan Guerra se dirigi¨® a ella se?al¨¢ndose enf¨¢ticamente el reloj pulsera y arroj¨¢ndole: ¡°La pr¨®xima vez habr¨¢ que ser m¨¢s puntual¡±. No me cupo la m¨¢s m¨ªnima duda de que la groser¨ªa escond¨ªa una reprimenda. Ese hecho me dio el dibujo de su personalidad prepotente.
El hermano de Juan Guerra profiri¨® hace unos d¨ªas algunas de sus cl¨¢sicas chuler¨ªas verbales. Esta vez la diana fueron los dirigentes de Podemos. Parece que al hermano de Juan Guerra no le gust¨® que Pablo Iglesias calificara a su partido, al Partido Popular y a Ciudadanos, como ¡°el tr¨ªo del b¨²nker¡±. Se refer¨ªa obviamente a la defensa (negociable, creo yo a la larga) del derecho a decidir que el partido de Pablo Iglesias introdujo en su programa. Es verdad que quiz¨¢s el l¨ªder de Podemos generaliz¨® m¨¢s de la cuenta. Sobre todo con respecto al PSOE, donde no todo el mundo, por suerte, piensa como piensan sus ilustres barones, incluido el hermano de Juan Guerra. No sali¨® este se?or a debatir. No sali¨® a discrepar con razones y argumentos. Tal vez por eso me hizo recordar tanto aquellos tiempos en que humillaba a Adolfo Su¨¢rez con el apelativo de ¡°tah¨²r del Misisipi¡±.
Creo que fue por aquellos d¨ªas en que comenz¨® mi inquina contra este personaje. Aunque votante del PSOE por aquel entonces, nunca cre¨ª que Adolfo Su¨¢rez se mereciera tantos insultos, tanta falta de respeto. Y nunca cre¨ª que esa forma tan procaz fuera la ¨²nica para rebatir a quien a la postre pudo acabar fusilado por los golpistas y no el que asomaba sus tr¨¦mulos deditos, escondido a las primeras r¨¢fagas en aquel infausto 23 de febrero de 1981.
El que tambi¨¦n declar¨® a bombo y platillo que le hab¨ªa pasado un buen cepillado a la reforma del Estatuto de Catalu?a del 2006, es el mismo que ahora, en su ins¨®lita fil¨ªpica a Podemos, mezcla torticeramente el derecho a decidir con el terrorismo de ETA. El derecho a decidir, dijo, ¡°fue tambi¨¦n la bandera del terrorismo que derram¨® mucha sangre inocente como la de Fernando M¨²gica¡±. Y se le olvid¨® decir, de paso, que tambi¨¦n la sangre de Ernest Lluch, que probablemente ahora hubiera estado de acuerdo, no con la independencia de Catalu?a ni del Pa¨ªs Vasco, pero s¨ª con el estigmatizado derecho a decidir.
Al hermano de Juan Guerra nadie le llam¨® nunca ¡°ni?o malcriado¡±, ni ¡°joven altanero¡±, cuando se mofaba de sus adversarios. Y sigo creyendo que igual que cre¨ªa tener opiniones culturales, como dijo de ¨¦l una vez Jorge Sempr¨²n, sigue creyendo que tambi¨¦n las tiene pol¨ªticas.
J.?Ernesto Ayala-Dip es cr¨ªtico literario.
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