L9: y a¨²n faltan 1.100 millones
La Generalitat tiene pendiente construir otros 16,7 kil¨®metros para terminar la infraestructura tras estrenar el metro del aeropuerto
Un d¨ªa, Santi Vila, siendo titular de Territorio, dijo sobre la l¨ªnea 9 del metro: ¡°Es el peor problema que tiene el consejero¡±. Quiz¨¢s para su sucesor, Josep Rull, las dificultades ya no son tantas con la conexi¨®n hasta el aeropuerto en marcha. Aunque la ambiciosa obra sigue siendo un pozo en el que se han abocado ya 4.826 millones de euros. Y lo peor: todav¨ªa faltan m¨¢s de 1.100 millones de inversi¨®n para acabar la l¨ªnea de metro m¨¢s larga de Europa cuando se ide¨® y una de las m¨¢s modernas en aquella primera d¨¦cada de los a?os 2000. Para hacerse una idea: la conexi¨®n del tranv¨ªa por la Diagonal estaba presupuestado en solo unos 170 millones de euros.
Los 1.100 millones de euros son cifras probablemente caducadas. En ese montante no est¨¢n contados los impuestos ni los nuevos sobrecostes que la Generalitat tendr¨¢ que asumir tras la paralizaci¨®n de las obras en el tramo central que tiene que unir las estaciones de Zona Universit¨¤ria y Sagrera, con un t¨²nel a medias y dos tuneladores paradas en el subsuelo desde hace m¨¢s dos a?os. Unas fotograf¨ªas publicadas en el portal Trackrunners.com permite ver una de ellas.
Debido a cosas como estas, la l¨ªnea 9 tiene una notable desventaja respecto a la conexi¨®n tranviaria: no se puede echar atr¨¢s. Se ha destinado tanto dinero y se han generado tantas expectativas que se tiene que acabar. S¨®lo funcionan 29 estaciones de las 52 planteadas inicialmente y a estas alturas los trenes s¨®lo cubren 31 kil¨®metros; faltan 16,7. Vecinos afectados por las obras han exigido el cierre de los pozos que se hab¨ªan hecho en sus barrios para introducir material, una cicatriz que esperaban que se acabara con la llegada alg¨²n d¨ªa del metro.
Ayuda del Ayuntamiento
De momento, el Ayuntamiento de Barcelona ayudar¨¢ a la Generalitat a financiar parcialmente el tramo de la L-10 Sud para que el metro pueda llegar a los barrios de la Zona Franca el pr¨®ximo a?o. Para ello har¨¢n falta unos 70 millones de euros, aunque acabar todo el ramal que tiene que morir en el Pol¨ªgono Pratenc requiere 280 millones de euros. Y el conjunto del tramo central necesita otros 836 millones, aunque estas obras no tienen una fecha prevista para retomarse. En los dos tramos ya se han invertido un m¨ªnimo de 457 millones de euros.
El coste para la Generalitat no se acaba aqu¨ª. Para conseguir dinero para financiar la obra, el Tripartito decidi¨® adjudicar en 2008 la construcci¨®n y el mantenimiento de todas las estaciones de la l¨ªnea 9, excepto el tramo del medio. Las obras ascend¨ªan a 1.932 millones, pero se aseguraba a las concesionarias unos m¨¢rgenes de beneficios anuales del 8%, as¨ª que acabar¨ªan costando alrededor de 9.000 millones de euros en facturas mensuales no sujetas al paso de trenes o de pasajeros. La Generalitat paga cada a?o 235 millones por un paquete de estaciones ya en funcionamiento y otros que no est¨¢n siendo explotadas. Un ejemplo: las 15 que empezaron a funcionar ayer.
Los desajustes de calendarios han comportado otros problemas, resueltos tambi¨¦n ayer. Es el caso de los convoyes de tren que la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) recibi¨® el 2011 de su fabricante, Alstom. Costaron 42,3 millones de euros, pero muchos de ellos no se pudieron utilizar para lo que estaban previstos hasta el estreno del metro al aeropuerto. Hab¨ªan sido encargados en 2008 y no estaban pensados para llegar al aeropuerto, sino para el ramal de la L-10 Sud, as¨ª que todav¨ªa tendr¨¢ que esperar algo m¨¢s.
Los 6.000 millones que se espera que acabe costando, en un escenario optimista, la construcci¨®n de la l¨ªnea 9 suponen un incremento importante desde que el gobierno de CiU cifr¨® en 2.248 millones el coste el 2002, cuando se puso la primera piedra. Entonces se preve¨ªa poner en servicio el primer tramo (el norte) en 2004 ¡ªno llegar¨ªa hasta finales del 2009¡ª, y el resto en el 2007. El boquete del Carmel, durante las obras de la L5, obligaron a ajustar la construcci¨®n de la L9 y aumentar la seguridad, lo que provoc¨® que los costes aumentaran. Tambi¨¦n fue necesario antes rehacer algunos trazados y, sobre todo, analizar el subsuelo.
Pese a los costes a?adidos, a la ATM tambi¨¦n le han venido bien los retrasos de la L9. Durante la crisis, la ATM tuvo problemas financieros que hubiesen empeorado de tener que soportar el coste de funcionamiento de la l¨ªnea.
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