Los Carradine recuperan a Antonio Ba?os
El cuarteto present¨® en Apolo (2) su disco para ni?os
Los hay que se desga?itan en el f¨²tbol, quienes leen compulsivamente a C¨¨line o incluso quienes se casan. Cualquier cosa vale para olvidar las rutinas, los jefes, los sinsentidos, el aburrimiento, la ira, la frustraci¨®n o, puestos en plan trascendente, el vac¨ªo interior. De todas las opciones hacer m¨²sica resulta un lenitivo de primeros auxilios muy gratificante, incluso se pueden sacar unos cuartillos para pagar algunas copas que redondeen los efectos de la m¨²sica, que, por si fuera poco, resulta ¨²til para contar a quienes la quieran escuchar qu¨¦ es lo que de la vida opina quien la canta y/o compone. Los Carradine son un grupo de este perfil. Dado su aspecto f¨ªsico quedan raudamente descartados para la pr¨¢ctica del rugby, golf y equitaci¨®n -el p¨¢del ni se contempla-, y por sus miradas no parecen particularmente aptos para patear balones o buscar en el matrimonio algo m¨¢s que la simple procreaci¨®n o la opci¨®n de tener una relaciones sexuales de men¨², olvidados los tiempos, si es que existieron, en que ¨¦stas pod¨ªan ser a la carta. As¨ª que hay que tocar para seguir viviendo sin agriarse m¨¢s de lo estrictamente inevitable.
Antonio Ba?os, un Carradine junto por ejemplo a Rafael Tapuonet, periodista y ambos amigos desde primaria, ha aparcado, ?sepultado?, su carrera pol¨ªtica, con la que, se?al¨®, "he aprendido a callarme a tiempo". Con el activismo musical no impedido por la vida parlamentaria, el grupo reapareci¨® en la noche del viernes dentro de las fiestas "Old Wave, New Wave" que Miqui Puig organiza mensualmente en la sala peque?a del Apolo. ?Panorama?: el de un grupo que vive tocando para sus amigos, grupo de personas que conocen las claves de la banda, r¨ªen desde hace a?os con su iron¨ªa, agradecen la caligraf¨ªa destartalada del grupo y se hacen c¨®mplices de un proyecto inspirado tanto en Jonathan Richman como en The Clash o Billy Bragg. Humor, posicionamiento social y punk pop destartalado despachado en canciones con letras no por hilarantes menos certeras. ?Media sala?, lo parec¨ªa, pero los fans se apretujaban en las primeras filas, como si Ba?os fuese Justin Bieber y su sudor tuviese efectos afrodis¨ªacos. En fin, cuatro se?ores en escena para olvidar con su m¨²sica las escenas de un presente que solicita demolici¨®n.
Pero no se crea, incluso los deslenguados y mordaces tiene corazoncito. De hecho, adem¨¢s de interpretar canciones de su repertorio habitual como Ser¨¢ que soy mod, Sonad a los Smiths, Sat¨¦lite o Hay sitio para todos -formulaci¨®n de una pol¨ªtica inmigratoria que no cabe en muchos programas electorales- Los Carradine ofrecieron su faceta m¨¢s proclive a la educaci¨®n infantil. Es a los ni?os quienes dedicaron Academia de Rocanrol, disco grabado hace a?os y que a¨²n no hab¨ªa sido editado hasta que la web Blisstopic se puso a ello. Ahora hay formato digital, en vinilo y en compacto.
La cosa es que mediante este disco, Los Carradine introducen los grandes nombres de la historia del rock a los ni?os. As¨ª, mientras Elvis Presley resulta que vive y tiene una pasteler¨ªa en Calpe, Bryan Wilson sigue haciendo surf y el soul se convierte en el mejor aliado para montar una fiesta de verdad. Pero quiz¨¢s fue la canci¨®n que explica los Beatles la que tiene un punto m¨¢s kafkiano y simult¨¢neamente m¨¢s social. La cosa es sencilla, pues la letra refiere el caso de un ni?o que dice a su progenitor: "Oye pap¨¢, dicen los del Ampa que no vayas m¨¢s". ?Motivo?, el pap¨¢ en cuesti¨®n es un escarabajo, con sus pares de patitas y sus antenas que, claro, generan situaciones tensas en las reuniones de padres. Deliciosa par¨¢bola.
Pero hubo m¨¢s, adem¨¢s de las hilarantes presentaciones de los temas, "como el Primavera Sound ha contratado a Los Chicos nos hemos quedado sin opciones", o esos dardos de los que Carme Chac¨®n fue destinataria "tras su paso por Defensa ha dejado 28.000 millones de agujero con la compra de material militar y encima se atreve a presentarse como candidata. ?Me quitar¨¢n el pasaporte por decirlo?", se pregunt¨® Ba?os. Hubo versiones de Costello, "Oliver's Army", evocaciones a Billy Bragg -"no pasar¨¢ el gran circo neoliberal", cantaban a modo de consigna revent¨¢ndose la garganta y un sinf¨ªn de diversi¨®n de esa que ayuda a llevar el d¨ªa a d¨ªa sin poner cara de idiota o de v¨ªctima. Eso son Los Carradine, burbujeante paracetamol mental, risa que es esperanza, juerga que es ideolog¨ªa, pasatiempo vital. Alegr¨ªa pese a todo.
?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.