?Qu¨¦ Espa?a quiere el PSOE?

Nadie duda ya que el modelo auton¨®mico de la Transici¨®n est¨¢ en crisis. La cuesti¨®n catalana s¨®lo es la punta del iceberg de una problem¨¢tica m¨¢s amplia. Vale un ejemplo: Mireia Grau (Instituto de Estudios Auton¨®micos) mostr¨® en una conferencia en la Universitat de Girona c¨®mo el consenso alrededor del Estado auton¨®mico se ha debilitado. Mientras, seg¨²n el CIS, crece en casi todas las comunidades una voluntad recentralizadora, sucede lo contrario en el Pa¨ªs Vasco y Catalu?a, y solo en Galicia y Baleares se est¨¢ conforme mayoritariamente con la situaci¨®n competencial actual.

Los partidos estatales ¡ªcon excepci¨®n del inmovilista PP¡ª estar¨ªan de acuerdo en que deben operarse transformaciones. Ciudadanos y Podemos han puesto sobre la mesa, de manera m¨¢s o menos expl¨ªcita, sus modelos antag¨®nicos: los primeros defienden una suerte de recentralizaci¨®n, as¨ª como el debilitamiento de la realidad pluriling¨¹¨ªstica; mientras, los segundos apuestan por el reconocimiento del car¨¢cter plurinacional del Estado, fomentando la diversidad de culturas y lenguas, y por el derecho a decidir. La propuesta de un refer¨¦ndum de la formaci¨®n morada, inspirada en la del programa electoral de 2012 del PSC (v¨ªa art¨ªculo 92 de la Constituci¨®n), recibir¨ªa el apoyo de casi la mitad de espa?oles ¡ª43% seg¨²n encuesta de Acceso Election Talks.

?Pero, qu¨¦ dice el partido que ha recibido el encargo del Rey para formar gobierno? No mucho: ¡°reforma constitucional¡± y ¡°Revisi¨®n del T¨ªtulo VIII y los preceptos conexos. Desarrollar concepto de Estado Federal¡± (ver documento del PSOE del 8 de febrero dirigido a otras fuerzas). En sus malabarismos para agradar a todos, hasta ahora los socialistas venden solamente procedimiento y forma, no contenido. Un Estado federal puede ser de muchas maneras: uninacional o plurinacional; con diversos niveles de descentralizaci¨®n; sim¨¦trico o asim¨¦trico; promocionando o debilitando las diversidades culturales y ling¨¹¨ªsticas... Un partido que aspire a gobernar en este momento de agotamiento de los principales consensos del 78, debe concretar, tambi¨¦n, el car¨¢cter del Estado y la forma de organizaci¨®n territorial a la que se aspira ¡ªdos cosas que suelen mezclarse pero son distintas¡ª, as¨ª como plantear la gesti¨®n de la diversidad cultural, ling¨¹¨ªstica y, para muchos, tambi¨¦n nacional.

Son cuestiones hist¨®ricamente delicadas que en la Transici¨®n tuvieron un abordaje limitado, pero que ahora pueden afrontarse de manera m¨¢s serena y profunda. En estos 40 a?os se ha consolidado una m¨¢s consistente cultura democr¨¢tica, as¨ª como una mayor politizaci¨®n de amplios sectores ciudadanos preocupados por la cosa p¨²blica. La cuesti¨®n nacional ha dejado de ser tab¨².

Sin ir m¨¢s lejos, hablar claro a Podemos no le ha supuesto un desgaste electoral, todo lo contrario; con solo dos a?os de vida estuvo a punto de hacerle el sorpasso al centenario PSOE. En Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco (y en el Pa¨ªs Valenciano, Baleares y Galicia) la valent¨ªa le benefici¨®. Tampoco pag¨® un coste por ello en el resto del Estado. Cada vez son m¨¢s los que piensan que la sacrosanta unidad de Espa?a solo tiene sentido si las partes que la conforman est¨¢n de acuerdo en continuar viviendo juntas; en democracia solo desde la fraternidad y la empat¨ªa puede construirse proyecto com¨²n. Y que la pluralidad y la diversidad deben entenderse como riqueza. Pero no solo esto, una apuesta s¨®lida como la que ha hecho la formaci¨®n morada ha modificado el propio imaginario de sus votantes. En pol¨ªtica los liderajes tambi¨¦n construyen y reconstruyen proyectos de pa¨ªs. As¨ª pues, y seg¨²n la encuesta antes citada, un 86% de votantes de Podemos apoya hoy el refer¨¦ndum.

Parece que la ¡°reforma constitucional¡± es para el PSOE la nueva versi¨®n de una vieja treta en pol¨ªtica: crear una comisi¨®n ante cualquier cuesti¨®n sobre la que no hay voluntad/capacidad de posicionarse. Ahora bien, los grandes debates pendientes que tiene el pa¨ªs necesitan que los principales actores pol¨ªticos aporten propuestas substantivas. No basta con marcar medi¨¢ticas l¨ªneas rojas. En este sentido, y a sabiendas que el ¡°Acuerdo de Gobierno¡± firmado entre el PSOE y Ciudadanos es de previsible corto recorrido, el tema que se trata en este art¨ªculo no ha tenido mayor desarrollo en el documento firmado por ambos partidos. Pero pasada la investidura de la pr¨®xima semana que se aventura fallida, si los socialistas quieren ser partido de gobierno deben responder a uno de los retos que tiene Espa?a. Solo a partir de una propuesta real y expl¨ªcita de modelo de pa¨ªs puede empezarse a trabajar, discutir, negociar, transaccionar. Y en ello, el PSC quiz¨¢s tenga cosas a decir.