Vida de los sin pena ni gloria
S¨ªlvia Alc¨¤ntara, autora de la exitosa ¡®Olor de col¨°nia¡¯, recrea una saga familiar de la Catalu?a interior en ¡®Els dies sense gl¨°ria¡¯
Est¨¢n las grandes biograf¨ªas y, luego, los millones de vidas que pasan sin pena ni gloria en los pueblos y ciudades de cada pa¨ªs. De este tipo son los personajes que habitan Els dies sense gl¨°ria (Edicions de 1984), la tercera novela de S¨ªlvia Alc¨¤ntara (Puig-Reig, 1944), que recrea la historia de una familia proveniente de un pueblecito indefinido del Bages; una de las muchas que vivieron la desaparici¨®n del estilo de vida agrario y la transici¨®n del campo al piso en la gran ciudad. Y una de las muchas, tambi¨¦n, que sufren por culpa de las emociones mal gestionadas y la incomunicaci¨®n entre los componentes de la familia y de ¨¦stos con un entorno nuevo. ¡°M¨¢s que nada es una historia sobre la insatisfacci¨®n y la degeneraci¨®n de las relaciones humanas¡±, resume a caballo entre la sinceridad y la contundencia Alc¨¤ntara, de 72 a?os, cuyo debut literario, Olor de Col¨°nia (2009), fue un inopinado y rotundo ¨¦xito de ventas (lleva 55.000 ejemplares) y tuvo incluso una adaptaci¨®n televisiva en TV-3.
Como precisamente en Olor de col¨°nia, que reconstru¨ªa la vida de una colonia textil catalana, el t¨ªtulo de Els dies sense gl¨°ria contiene un juego de palabras: puede referirse tanto a una gloria abstracta y ausente como a la protagonista, Gl¨°ria, que empieza la novela en coma en un hospital, con su abnegado marido Enric vel¨¢ndola d¨ªa y noche. Desde ah¨ª la narraci¨®n se remonta a los a?os treinta, a los d¨ªas en que Miquela, la madre de Enric, sal¨ªa con el hura?o Ton de cal Noi Xic, en un pueblo cercano a Manresa. De ese matrimonio surge la saga que continuar¨¢n el hijo de ambos con Gl¨°ria, una chica que llega al pueblo para trabajar en la carnicer¨ªa, con su desasosiego a cuestas: ¡°Ella lleva consigo una insatisfacci¨®n que contagiar¨¢ a toda la familia¡±, avanza la autora.
Quiz¨¢ porque estudi¨¦ en el Instituto del Teatro, me interesa meterme en las tripas de las personas", dice la autora sobre su tercera novela
Entre l¨ªos de faldas y conflictos familiares latentes, Alc¨¤ntara recrea los detalles de un estilo de vida desaparecido, el de una gente ligada a la tierra que presenci¨® la desaparici¨®n repentina de muchos de sus oficios: carreteros o payeses se quedaron sin saber qu¨¦ hacer con sus manos cuando la motorizaci¨®n les hizo prescindibles. ¡°Los j¨®venes de ahora asumen que cambiar¨¢n de trabajo varias veces a lo largo de su vida, pero entonces uno empezaba un oficio a los 14 a?os y cre¨ªa que lo mantendr¨ªa para siempre¡±, argumenta. En parte para poder ofrecer una educaci¨®n a sus hijos, los protagonistas de Els dies sense gl¨°ria han de cambiar su casa pairal por un apartamento oscuro en alguna ciudad cercana a Barcelona. ¡°No he vivido nunca en una casa, pero me imagino la pena que debe dar tener que dejarla¡±, reconoce la escritora, que reside en Terrassa desde mediados de los sesenta.
Aunque los elementos de contexto hist¨®rico son m¨ªnimos, los protagonistas de la novela (que alcanza las 380 p¨¢ginas) est¨¢n sujetos a los vaivenes de su tiempo. As¨ª, la madre de Enric llora cuando no tiene ni una gota de aceite para ali?ar las coles, despu¨¦s de que los milicianos requisen todas sus provisiones en nombre del pueblo durante la Guerra Civil... ¡°No es una novela costumbrista, pero s¨ª es veros¨ªmil, porque ning¨²n personaje es totalmente bueno o malo¡±, avanza su creadora. ¡°Quiz¨¢ porque estudi¨¦ en el Instituto del Teatro, me interesa meterme en las tripas de las personas¡±, lanza para justificar alguna de sus t¨¦cnicas narrativas: a lo largo del libro, la autora abandona espor¨¢dicamente la tercera persona para meterse en la piel de Gl¨°ria, Miquela o Enric.
A Alc¨¤ntara le ha llevado cinco intensos a?os la escritura de Els dies sense gl¨°ria. Su m¨¦todo, como desvela levemente, consiste en levantarse cada d¨ªa a las seis de la ma?ana y aprovechar el silencio de las primeras horas del d¨ªa. Se define, en ese sentido, como una ¡°escritora met¨®dica¡± y, como refleja su prosa, alejada de toda ¨¦pica o grandilocuencia: ¡°Yo, a las musas, las espero con el ordenador encendido¡±.
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