Camino a lo abstracto

Desde luego, la obra de Alejandro Marote (Madrid, 1978) es muy sostenible y consigue hacer m¨¢s con menos. Porque este fot¨®grafo somete a cada negativo a dos tomas, en un intento por trascender el propio soporte y ¡°desvelando el pulso constante entre opuestos de la realidad¡±. El resultado, una s¨ªntesis que parte de la figuraci¨®n para irse acercando a la abstracci¨®n pura, se puede ver en la exposici¨®n 11:11,que re¨²ne m¨¢s de 25 fotos en La Fabrica (Alameda, 9) hasta el 1 de abril.<QF>

Marote es miembro del colectivo fotogr¨¢fico Blank Paper y exalumno de la escuela hom¨®nima, que justo por estas fechas cumple 10 a?os. Comenzaron en una habitaci¨®n de apenas 20 metros cuadrados en el barrio de Lavapi¨¦s queriendo huir del tanque de revelado, el bodeg¨®n y Cartier Bresson.

Ahora, radicados en Malasa?a ya han encauzado la creatividad de algunos de los nuevos talentos emergentes del panorama nacional. Adem¨¢s, han contribuido al actual auge del fotolibro, haciendo de este g¨¦nero casi su se?a de identidad. En este sentido han organizado tres ediciones del festival Fiebre Photobook, la ¨²ltima en sedes como la Casa del Lector o CentroCentro.

Con motivo del decenio, la escuela celebra diversas actividades, entre ellas la actual exposici¨®n de Mar¨ªa Rojas (en la sede de la escuela, calle Nao, 4), cuyo t¨ªtulo, LOGIN, hace referencia a la primera palabra que se envi¨® entre dos ordenadores comunicados en red.

Aqu¨ª la fot¨®grafa tambi¨¦n busca conexiones, algo lis¨¦rgicas, entre diferentes elementos de la realidad fragmentada en la que vivimos, con la modernidad l¨ªquida de Zygmunt Bauman como referente. Para crear esos (h¨ªper)v¨ªnculos, el todopoderoso Google es de gran ayuda: ¡°Es la m¨¢quina la que decide qu¨¦ somos y c¨®mo somos y si ella decide que Obama es un conjunto de coliflores, no ser¨¦ yo quien le lleve la contraria¡±, escribe la artista.