La huella de Harnoncourt
El pianista Alexei Volodin ofreci¨® un Beethoven estil¨ªsticamente fallido en el Palau de la M¨²sica
Sin ser un mal concierto, la nueva actuaci¨®n de la Orquesta de C¨¢mara de M¨²nich (la formaci¨®n de c¨¢mara con m¨¢s abonados de Europa) y su director titular, Alexander Liebreich, en la temporada de Ibercamera ha dejado un sabor agridulce en Barcelona. Ofrecieron un programa de absoluto repertorio, integrado por el Concierto para piano n¨²m 2, de Ludwig van Beethoven, y dos obras de Felix Mendelssohn, la obertura de Las H¨¦bridas y la Sinfon¨ªa n¨²m. 3, Escocesa. Pese a tratarse de obras muy conocidas, se vieron muchas butacas vac¨ªas en el Palau de la M¨²sica. Y s¨®lo la interesante versi¨®n de la famosa Escocesa elev¨® notablemente el nivel de una velada en la que decepcion¨® el pianista ruso Alexei Volodin como solista.
ORQUESTA DE C?MARA DE M?NICH
Alexei Volodin, piano.
Obras de Beethoven y
Mendelssohn. Ibercamera.
Palau de la M¨²sica Catalana. Barcelona, 7 de marzo de 2016
Alexander Liebreich es un director con buenas ideas que, en muchos de sus planteamientos, muestran la huella del revolucionario Nikolaus Harnoncourt, fallecido el pasado 5 de marzo. El gran director alem¨¢n tuvo siempre a Mendelssohn entre sus favoritos, y sab¨ªa recrear sus hallazgos con texturas ligeras, ritmos precisos y colores fascinantes. Siguiendo ese camino, Liebreich se entreg¨® con vehemencia a la m¨²sica de un autor esencial para entender la evoluci¨®n del clasicismo al primer romanticismo.
Equilibr¨® bien los planos de una plantilla ajustada al estilo, aunque quiz¨¢ se le fue la mano al director en los contrastes, demasiado abruptos, incluso violentos; y tambi¨¦n en los tiempos, llevados a tal velocidad que sonaron borrosos y atropellados muchos episodios de Las H¨¦bridas y de esa galer¨ªa de paisajes escoceses que pueblan su Tercera sinfon¨ªa.
Quien no estuvo muy inspirado, la verdad, fue Alexei Volodin en su novena actuaci¨®n para el p¨²blico de Ibercamera: el sonido de este int¨¦rprete es siempre brillante, pero ofreci¨® un Beethoven estil¨ªsticamente fallido, algo apresurado y demasiado contundente en muchos pasajes, lejos de la ra¨ªz cl¨¢sica de un concierto de estructura mozartiana que, aunque fue publicado como el segundo de su cat¨¢logo, fue realmente el primero que compuso Beethoven.
Y fue en la Escocesa, mucho m¨¢s que en la primera parte, donde la Orquesta de C¨¢mara de M¨²nich mostr¨® sus mejores cualidades; plantilla bien cohesionada, con maderas delicadas que perfilaron detalles preciosos de la transparente escritura de Mendelssohn, buenos metales y una cuerda ¨¢gil y c¨¢lida. Virtudes con las que dio alas a la obertura de La italiana en Argel, de Rossini, que dieron, eso s¨ª, como deliciosa propina.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.