Madrid es el lugar (del jazz)
Contra todo pron¨®stico ha renacido con m¨¢s p¨²blico y m¨¢s joven, nuevos locales y festivales, como los dos de este fin semana
¡°Ser m¨²sico de jazz es un estado mental¡±. (Richie Ferrer, contrabajista).
Un selecto grupo de improvisadores de jazz madrile?os posa para una foto con el templo de Debod como tel¨®n de fondo. Los turistas se arremolinan a su alrededor. ¡°Eso es porque no nos han o¨ªdo¡±, bromea Ricardo Tejero con su saxof¨®n en ristre, ¡°si no, saldr¨ªan huyendo¡±.
Para los m¨²sicos de jazz de todo el mundo, este lugar tiene un significado especial: ¡°Madrid es la ¨²nica ciudad europea en contar con un templo egipcio, algo que los seguidores de Sun Ra valoramos como se merece¡±.
Sun Ra, nacido Herman Sonny Blount en Birmingham (Alabama) el 22 de mayo de 1914 y fallecido en 1993, sigue inspirando a los jazzeros; en su ¨²ltimo disco, Tejero rinde homenaje al maestro fara¨®nico-gal¨¢ctico del jazz: ¡°no sab¨ªamos qu¨¦ t¨ªtulo ponerle y se nos ocurri¨® Spain is the place, [Espa?a es el lugar] parafraseando Space is the place [El espacio es el lugar], el disco de 1973 de Sun Ra. Y as¨ª se qued¨®¡±.
Pero quiz¨¢s el lugar concreto sea Madrid. Porque a pesar de que el cierre en 2014 del Colegio Mayor San Juan Evangelista, el m¨ªtico Johnny, coraz¨®n de la escena en la ciudad desde 1970 y la amenaza de traspaso del Caf¨¦ Central auguraban tiempos oscuros, ha ocurrido lo contrario: la afluencia a los clubes de jazz ha subido en torno a un 40% respecto a 2014, calculan los due?os de las salas. Funciona el boca a boca. O el blog a blog, en t¨¦rminos contempor¨¢neos.
El jazz es trendy en 2016. Esta afirmaci¨®n la confirman los due?os de los clubes. Para probarlo enumeran las sesiones vermut que se realizan en la Quinta del Sordo o las cenas del Jazz Club Gourmet. Tambi¨¦n mantiene su tir¨®n algo que nunca muere: las jam session. A las de los jueves en el hotel AC Recoletos concurre lo mejorcito del panorama jazzero de la capital y alg¨²n invitado sorpresa, como el int¨¦rprete de kora maliense Toumani Diabat¨¦. Menos glamurosas pero no menos concurridas, son los encuentros dominicales en El Plaza Jazz Club, que dirige el saxofonista Inoidel Gonz¨¢lez.
Y se renuevan los espacios. Roberto Rey acaba de tomar posesi¨®n de su cargo al frente de Clamores Jazz. ¡°Cuando me enter¨¦ de que estaba disponible me lanc¨¦. No puedes dejar escapar una sala m¨ªtica como ¨¦sta¡±, cuenta Rey. Hoy como ayer, este club sigue formando parte del panorama jazz¨ªstico de la capital. Bogui Jazz o el Caf¨¦ Central, que encabezan una oferta amplia y diversa de la que tambi¨¦n forman parte locales como El Despertar, Populart, El Intruso, Bar& co¡ ¡°Que dejen entrar a menores acompa?ados empieza a notarse¡±, apunta Dick Angstadt, due?o y se?or de Bogui Jazz.
A partir del pr¨®ximo 31 de marzo, los amantes del clubbing van a contar con un nuevo espacio en el remozado Caf¨¦ Berl¨ªn. No ser¨¢ el ¨²nico local en abrirse. ?ste mismo fin de semana, el Caf¨¦ de Oriente de la plaza hom¨®nima abrir¨¢ sus puertas al sonido swing. ¡°En ¨¦sta ciudad el jazz no s¨®lo se escucha sino que tambi¨¦n se baila¡±. Residente en Madrid desde 1984, el trompetista Joseph Siankope es el alma de las multitudinarias Swing Madrid nights del Teatro del Barrio: ¡°la sala se llena de gente bailando el lindy hop, hay un feeling tremendo¡±. Encuentros clandestinos, lecciones de baile en espacios ins¨®litos¡ No hay duda: la swingman¨ªa ha tomado las calles de Madrid.
Dos festivales desde este fin de semana
La actuaci¨®n, ayer jueves, de The Cookers, dio inicio al primer festival Gigantes del Jazz con el que los nuevos propietarios de la Sala Clamores pretenden darse a conocer entre la audiencia. Seguir¨¢, los pr¨®ximos lunes y martes, la cantante C¨¦cile McLorin Salvant, reciente premio Grammy al mejor disco de jazz vocal por For one to lovey, el mi¨¦rcoles 18, el quinteto del exbaterista y ahora vibrafonista Jorge Rossy, durante a?os miembro del tr¨ªo del pianista Brad Mehldau. Junto al barcelon¨¦s, el legendario Al Foster, quien fuera hombre de confianza y baterista titular de Miles Davis durante m¨¢s de una d¨¦cada, adem¨¢s de los j¨®venes pero suficientemente preparados Mark Turner, a los saxos; Peter Bernstein, a la guitarra, y Doug Weiss, al contrabajo.
Coincidente en fechas, o casi, el festival ?Escucha! (hasta el pr¨®ximo lunes en Cruce; calle de Dr. Fourquet 5), que re¨²ne a un nutrido elenco de creadores electroac¨²sticos venidos ex profeso desde Estados Unidos, Eslovaquia, Francia y Rusia, adem¨¢s de una representaci¨®n nacional de primer¨ªsimo orden. En el cartel: Enrique Zaccagnini, Wade Mathews, Kurt Liedward y la chelista Paloma Carrasco, entre otros.
?Qu¨¦ tiene el jazz que no tienen otras m¨²sicas? La escena madrile?a, fruto del mestizaje y la promiscuidad consustancial al g¨¦nero, fascina a cuentistas y doctorandos en musicolog¨ªa tanto como a los numerosos documentalistas cinematogr¨¢ficos que, de un tiempo a ¨¦sta parte, han convertido los clubes de jazz de la ciudad en improvisados plat¨®s. Actualmente hay en marcha cuatro proyectos audiovisuales en torno al tema y una serie de ficci¨®n. Su t¨ªtulo no puede ser m¨¢s elocuente: Miseria.
Porque a pesar de esa efervescencia intelectual, una cosa est¨¢ clara: aqu¨ª nadie est¨¢ por dinero. Ni los artistas, ni los due?os de las salas. ¡°El m¨²sico ha dejado de vender motos sencillamente, porque no hay motos que vender¡±, opina Jaime Massieu, fot¨®grafo correcaminos de la noche madrile?a, con un premio de la World Photography Organization.
Pero la noticia que m¨¢s llama al optimismo es que se rejuvenece el p¨²blico. Hace pocas semanas actuaba en una Sala Clamores abarrotada el saxofonista de free jazz Joe McPhee. ¡°Miraba a la audiencia y pensaba: ¨¦stos podr¨ªan ser mis nietos¡±, dec¨ªa satisfecho el m¨²sico de 76 a?os de lo que se ve¨ªa desde el escenario.
El recambio generacional es un hecho tambi¨¦n en los artistas. Y adem¨¢s los nuevos creadores han bajado al jazz de su pedestal para mezclarlo con los sonidos de la calle. ¡°M¨²sicos como Luis Verde, Dani Juarez o Patax est¨¢n tocando los sonidos de ahora, y eso, la gente lo valora¡±. afirma Dick Angstadt.
Un ejemplo es Isaac del Pozo, jazzista, matem¨¢tico y boxeador; todo en uno. A sus veintipocos a?os, Del Pozo ha desarrollado un novedoso m¨¦todo arm¨®nico basado en las relaciones num¨¦ricas entre las escalas, los colores y la temperatura que le permite improvisar ¡°pensando en fr¨ªo, o tibio, o en brillantez¡±.
Quiz¨¢s son pocos, pero se les escucha. Se trata de los ¡°libres improvisadores¡±, un colectivo disperso que defiende una creaci¨®n sin reglas ni estilos. ¡°Es una m¨²sica que te obliga a replantearte los t¨¦rminos¡±, opina Edu Garc¨ªa, m¨¢ximo responsable de la promotora Giradiscos. Fan¨¢tico declarado del free jazz, Garc¨ªa recorre los caminos menos transitados de la creaci¨®n musical trayendo a actuar a Madrid a artistas que ofrecen una experiencia ¡°al l¨ªmite del l¨ªmite¡±. Lo hace mezclanco estilos ¡ªFreeForm, psych¨¦d¨¦lic progressif, indie Jazzcore, Jazz-Footwork¡¡ª y sonidos que traspasan la barrera de sonido: ¡°La electr¨®nica ya no es el bacalao y el chun chun de antes as¨ª como el jazz tampoco es lo de antes¡±. Fuera dogmas.
La actividad de Javier Entonato-Ar¨ªn Dod¨®, miembro de Raras M¨²sicas ¡ªuna de las varias plataformas dedicadas a la libre improvisaci¨®n en ¨¦sta ciudad, junto a M¨²sica Libre, Cruce, Alina o En busca del pasto¡ª demuestra que se puede ser libre improvisador y seguidor de Dr. Feelgood y Jon Spencer: ¡°lo que cuenta es c¨®mo te lo montas¡±. El panorama es amplio y diverso: del ambient-nu-jazz-instrumental de Yelo a la free-electr¨®nica de Gregorio Kazaroff y la low technology de Pelayo Fern¨¢ndez Arrizabalaga. ¡°Gracias al hip hop y los samplers muchos han llegado a Charlie Parker¡±, apunta Entonato.
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