Sobraba el divo

No todos los divos funcionan en taquilla. Lo pudieron comprobar el pasado domingo en el Palau de la M¨²sica Catalana de Barcelona, pues ni con la presencia del famoso tenor mexicano Rolando Villaz¨®n como reclamo de una versi¨®n en concierto de Il re pastore, de Wolfgang Amadeus Mozart, apenas lograron llenar a medias el templo modernista. La ¨¢gil y sabia direcci¨®n de William Christie otorg¨® frescura y vitalidad a una versi¨®n muy bien defendida por un equipo vocal en el que s¨®lo sobraba el cargante histrionismo y el p¨¦simo estilo mozartiano de Villaz¨®n.

?Les Arts Florissants ofreci¨® una sensacional actuaci¨®n en una lectura de gran brillo y transparencia orquestal bajo la inspirada direcci¨®n de William Christie. El veterano director y clavecinista realz¨® con gracia y elegancia las entradas y salidas de los cantantes en una sencilla acci¨®n teatral, animando una versi¨®n de concierto que el ciclo Palau 100 ha presentado en Barcelona en el marco de una gira europea iniciada el pasado d¨ªa 11 en Viena.

?El tenor mexicano exhibi¨® una cargante gestualidad en el papel de Allessandro, en busca de una comicidad tan vulgar como innecesaria para animar esta serenata en dos actos, con flojo libreto de Metastasio, que Mozart compuso con 19 a?os con el prop¨®sito de complacer al arzobispo de Salzburgo,? Colloredo. La instrumentaci¨®n es sencilla, pero la inventiva del joven Mozart anima sin cesar una partitura integrada por una obertura, 12 arias, un d¨²o y un quinteto final.

Abus¨® Villaz¨®n en los recitativos y arias de unos recursos bufos exagerados y fuera de estilo. Con ellos se gan¨® aplausos, pero no le sirvieron para disimular sus limitaciones vocales para hacer justicia a la ¨¢gil y dificil coloratura. Por fortuna, el buen gusto, la musicalidad y el respeto al estilo mozartiano del resto de los int¨¦rpretes permiti¨® disfrutar el encanto de una partitura deliciosa.

La expresiva Aminta de la soprano Martina Jankov¨¢, que brill¨® en su extraordinaria aria del segundo acto con viol¨ªn obligado, la delicada Elisa de la tambi¨¦n soprano Regula M¨¹hlemann y el empaque vocal de la mezzosoprano Angela Brower en el papel de Tamiri, mostraron la superioridad de las voces femeninas en un reparto completado por el tenor ligero Emiliano Gonzalez Toro con un irregular Agenore.