Los labios atemporales
La antigua escudera de Sabina se estrena por fin en el Caf¨¦ Central con un repertorio sereno
Hay un halo de atemporalidad en todo lo que pasa por las manos, por los labios de Olga Rom¨¢n. El mismo que inspira hasta su presencia corp¨®rea, con esa madurez de edad indescifrable (no hagan trampa rebuscando en Google) que se traduce en emoci¨®n serena, en una voz que vibra rotunda pero brota con naturalidad y sin esfuerzo. Ya tocaba que Rom¨¢n invirtiera una semana en el Caf¨¦ Central, que el s¨¢bado luc¨ªa abarrotado y radiante con ese revolutum impagable de adeptos, guiris y curiosos. Ella no escatim¨® sonrisas ni agasajos, firm¨® discos por docenas y dio siempre la impresi¨®n de encontrarse a sus anchas; incluso cuando compart¨ªa micr¨®fono con su bajista, Paco Bastante, para armon¨ªas vocales tan cuidadas como las de Desde entonces o Eso y todo lo contrario.
Emma, la hija de ocho a?os de nuestra protagonista, bien se mereci¨® una canci¨®n dedicada. A los dem¨¢s nos quedaron otros 17 t¨ªtulos en amena amalgama de pop ligero, canci¨®n abolerada, suave jazz vocal, el precioso folclor argentino de Gustavo Leguizam¨®n (magn¨ªfica guitarra de Sergio Menem), incursiones en el son cubano (Margarita es irresistible) y hasta alg¨²n ramalazo de blues, como en Que s¨ª, que no. Solo la vertiente brasile?a de Rom¨¢n se antoja m¨¢s postiza: cuando dedic¨® con la mejor intenci¨®n Summer samba ¡°a los turistas¡± no hac¨ªa sino verbalizar ese regusto a entretenimiento liviano.
Las virtudes son muchas m¨¢s, sobre todo cuando Olga acierta a imprimir cotidianidad (No me digas c¨®mo) o emotividad, con la excelente Seguir caminando, en ese torrente vocal vivificante como un yogur de fresa. Rom¨¢n a¨²na lo mejor de Sole Gim¨¦nez, Anita Baker o Randy Crawford. La antigua escudera de Sabina deber¨ªa tan solo vigilar esa antiest¨¦tica costumbre de asegurarse la afinaci¨®n llevando la mano al o¨ªdo izquierdo. Una muleta innecesaria para tan cualificada corredora de fondo.
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