No dispar¨¦is contra los libros
?Ley¨® Eduardo Mendoza la mayor¨ªa de libros a los que disminuy¨® calific¨¢ndolos como lo hizo?
En el ¨²ltimo mes, dos escritores catalanes, Eduardo Mendoza y F¨¦lix de Az¨²a, se pronunciaron ante los medios con declaraciones que no pasaron inadvertidas. Hace unos d¨ªas, el autor de Historia de un idiota contada por ¨¦l mismo se despach¨® a gusto contra nuestra alcaldesa envi¨¢ndola a trabajar a una pescader¨ªa. Me parece que crey¨® que con ese mensaje disminu¨ªa el perfil profesional de Ada Colau, suponiendo que vender pescado no fuera tan digno como conducir una ciudad. Como De Az¨²a, yo tambi¨¦n le har¨ªa algunas cr¨ªticas a nuestra alcaldesa. (Por ejemplo, no hubiera permitido nunca la lectura de ese panfleto de p¨¦simo mal gusto llamado poema que se ley¨® en el Consistorio). S¨®lo que en lugar de creer que la ofendo mand¨¢ndola a una pescader¨ªa, se?alar¨ªa exactamente cu¨¢les son esas cuestiones que se supone que no gestiona bien. Si me quedo en el vituperio, ?qu¨¦ autoridad podr¨ªa tener como leg¨ªtimo cr¨ªtico de su hacer, adem¨¢s de ser presa f¨¢cil de una pertinente respuesta de la alcaldesa con la cual todos tendr¨ªamos que estar ¨¦tica y est¨¦ticamente de acuerdo? S¨®lo con que no lo enviase a vender patatas fritas o Chupa-Chups, ya quedar¨ªa corroborada su condici¨®n de persona educada. Nuestra alcaldesa, con excelente criterio, se sac¨® unas fotos con unas pescaderas en un mercado y dio por terminada la desafortunada invectiva. Yo tambi¨¦n la doy por terminada. Hace tiempo que lo que diga el polemista y acad¨¦mico F¨¦lix de Az¨²a, con todo mi pesar, me dej¨® de interesar.
No me deja de interesar lo que diga Eduardo Mendoza, aunque a veces cueste entender que diga cosas como lo que expres¨® a la prensa, durante el Congreso de la Lengua Espa?ola, celebrado hace dos semanas en Puerto Rico. Declar¨® que ¡°la mayor¨ªa de los libros son una birria¡±. Remat¨® luego que le ¡°da lo mismo que la gente lea¡±. Este tipo de declaraciones, viniendo de quien viene, no dejan de desconcertar. A Eduardo Mendoza se le escuch¨® expresar opiniones de parecido tenor, cosa que por otra parte tiene todo el derecho a hacer. Pero esta que comento, no solo se podr¨ªa calificar como m¨ªnimo de desconsiderada, sino tambi¨¦n sumamente arriesgada de defender. El escritor no aclar¨® el caudal de esa mayor¨ªa de papel in¨²til, seg¨²n ¨¦l. Su exabrupto no clasific¨® por g¨¦neros, ni subg¨¦neros. Ni por temas. Afirm¨® con gran¨ªtica seguridad y displicencia que la mayor¨ªa de libros que se publican son una birria. Bien, entonces tenemos el derecho a conocer con mayor precisi¨®n la variada y compleja naturaleza de esa birria. Conocer sus nombres, sus t¨ªtulos, sus g¨¦neros. S¨®lo teniendo esos datos se podr¨ªa iniciar un debate. O como m¨ªnimo una pol¨¦mica, que es lo que me parece que esas palabras del escritor catal¨¢n quisieron iniciar. Tampoco dijo a qu¨¦ ¨¦poca se refer¨ªa. Esa birria, ?es de nuestro m¨¢s rabioso presente? ?Es de la primera mitad del siglo veinte o de la segunda? ?Se refiere Mendoza a lo que se public¨® durante los tres primeros lustros del siglo veintiuno? ?Est¨¢n incluidos Hes¨ªodo, Cal¨ªmaco o Villon? Esa birria est¨¢ escrita, ?en qu¨¦ idioma? ?En japon¨¦s, fin¨¦s, castellano, gallego, vasco, catal¨¢n, guaran¨ª? Sin duda Eduardo Mendoza tuvo que leer mucho para llegar a esta apocal¨ªptica conclusi¨®n.
Cuando un escritor de la talla de Eduardo Mendoza dice que la mayor¨ªa de los libros son una birria tiene que darnos a los pocos avisados, a los que leemos a bulto, a los que no sabemos detectar con la prontitud y la lucidez desacreditadora con que lo hace ¨¦l, una pista, una instrucci¨®n para transitar por el mejor camino del ancho mundo libresco. A m¨ª me hubiera bastado con un t¨ªtulo, un autor, una tendencia, un g¨¦nero, para iniciar un di¨¢logo fruct¨ªfero. (De paso, tambi¨¦n dada la insuficiente categor¨ªa de la mayor¨ªa, ?cu¨¢l es esa minor¨ªa que tiene a bien salvar?). Con una consideraci¨®n de ese calibre sobre los libros que la gente no tiene que preocuparse de leer porque son una birria, necesito m¨¢s datos. Necesito m¨¢s argumentos. A lo mejor, alguna idea que me valga rebatir. ?Ley¨® Mendoza la mayor¨ªa de libros a los que disminuy¨® calific¨¢ndolos como lo hizo?
No deber¨ªa olvidarse que en el mundo hay hombres y mujeres que escriben libros. Ponen su esfuerzo, pasi¨®n y esperanzas. Solo por ello, esos libros, independientemente de su jerarqu¨ªa est¨¦tica, merecen nuestro respeto. Y ya no digamos el de un autor tan respetable y respetado en la literatura espa?ola de los ¨²ltimos cuarenta a?os.
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