Serrat sin Serrat con Serrat
Kitflus y Miralles protagonizan un concierto con las mejores canciones del cantautor
Joan Manuel Serrat fue testigo anoche en la barcelonesa sala Luz de Gas de un concierto ins¨®lito. Los pianiastas Kitflus y Ricard Miralles interpretaban una selecci¨®n de las composiciones m¨¢s famosas del cantautor solos ante sendos teclados. El espect¨¢culo para dos pianos de cola Serrat sense Serrat ofrece nuevas versiones musicales que buscan la poes¨ªa en la ausencia de la palabra. ¡°Yo todav¨ªa no las he o¨ªdo, estoy aqu¨ª por inter¨¦s¡±, explicaba Serrat sonriente antes del concierto. Kitflus y Ricard Miralles son m¨²sicos habituales de Serrat y le han acompa?ado en la gira Antolog¨ªa desordenada. El concierto se editar¨¢ en CD y DVD.
?Cabe todo el mundo de Joan Manuel Serrat en dos pianos? No, por supuesto pero cuando los dos pianistas son Kitflus y Ricard Miralles la cosa cambia y mucho. Pocos m¨²sicos conocen tan bien el universo serratiano, durante d¨¦cadas le han acompa?ado por los escenarios de medio mundo y, sobre todo, han vestido sus canciones con trajes a medida de aut¨¦ntico lujo.
El pasado noviembre Serrat (y con ¨¦l Kitflus y Miralles) conclu¨ªa la gira internacional de su Antolog¨ªa desordenada. Tocaba descansar pero los dos pianistas son aut¨¦nticos culos inquietos y han decidido tirar el merecido descanso por la ventana y regresar a la carretera por supuesto con Serrat pero, esta vez, sin Serrat. En un espect¨¢culo para dos pianos de cola han reunido algunas de las mejores composiciones del cantautor en nuevas versiones que buscan la poes¨ªa precisamente en la ausencia de la palabra. Serrat sense Serrat se present¨® ayer en Luz de Gas como pr¨®logo a una gira por diversos escenarios peninsulares. El concierto fue grabado para su futura edici¨®n en cd y dvd.
¡°Yo todav¨ªa no las he o¨ªdo, estoy aqu¨ª por inter¨¦s¡±, explicaba un sonriente Serrat poco antes de que comenzara el concierto. ¡°Si en la pr¨®xima gira no estamos ninguno de los dos es que no le habr¨¢ gustado¡±, bromeaba Kitflus. ¡°Miralles y yo nos conocemos desde finales de los a?os sesenta¡±, prosegu¨ªa el pianista. ¡°Ya hicimos un trabajo a tres pianos con Manel Camp. Ahora quer¨ªamos hacer algo diferente y antes que recurrir a est¨¢ndares o composiciones propias pensamos en las de Serrat que los dos conocemos bien¡±.
Para un cantautor como Serrat m¨²sica y letra parecen un todo indisociable. ¡°Siempre van pegadas la una a la otra como algo unitario¡±, comenta Serrat. ¡°Solo Tete Montoliu hab¨ªa puesto todo el ¨¦nfasis en mis melod¨ªas dejando de lado el texto. Estoy contento de que Kitflus y Miralles lo hagan y, sobre todo, que sean ellos. Me conocen muy bien, conocen mis canciones y yo les conozco a ellos, conozco su capacidad musical y de trabajo. La confianza es total¡±.
Kitflus y Miralles han trabajado cada melod¨ªa dejando un espacio para la improvisaci¨®n aunque prefieren no hablar de jazz. ¡°Con Serrat se puede hacer esto porque sus melod¨ªas tienen vida propia. Ning¨²n otro cantautor soportar¨ªa que su m¨²sica se separara de la letra. Adem¨¢s la tocarlas, el p¨²blico canta las letras en su interior; es como un karaoke al rev¨¦s¡±.
Serrat hab¨ªa decidido dedicar este a?o al descanso pero como sus pianistas no ha podido resistir la tentaci¨®n del escenario y dentro de unas semanas iniciar¨¢ la gira de los veinte a?os de El gusto es nuestro. ¡°Ma?ana empezamos a ensayar porque queremos incluir canciones nuevas que no estuvieron en la gira original¡±, dice. Para m¨¢s adelante prefiere no adelantar nada. ¡°Tengo la suerte de no tener la necesidad de hacer un disco obligatoriamente. Si van saliendo cosas y me gustan lo haremos¡±. Para cualquier seguidor de Serrat estas palabras son como el anuncio de algo inminente, habr¨¢ que esperar.
Cuando, pasando pocos minutos de las nueve de la noche, las luces de Luz de Gas de apagaron y comenzaron a sonar los primeros acordes de Can?¨® de matinada qued¨® ya claro que todo el entusiasmo que desprend¨ªan los dos pianistas no eran solamente palabras. Kitflus a la izquierda, Miralles a la derecha, ambos vestidos de negro y separados por la imponente masa de los dos pianos de cola negros. Y sobre ellos, revoloteando juguetonas un pu?ado de melod¨ªas de esas que forman parte de la banda sonora de varias generaciones. y, sin duda, Kitflus ten¨ªa raz¨®n porque en la cara de muchos ensimismados espectadores pod¨ªa verse com los labios rememoraban en silencio ese texto que nadie cantaba esa noche.
Miralles y Kitflus, perfectamente compenetrados (se notan las d¨¦cadas de trabajo conjunto), fueron de lo m¨¢s sencillo a las improvisaciones m¨¢s complejas, acerc¨¢ndose y alej¨¢ndose de las melod¨ªas originales pero conservando siempre el esp¨ªritu serratiano. Una propuesta que igualmente pod¨ªa satisfacer a los seguidores m¨¢s ac¨¦rrimos del cantautor como a los simples aficionados al piano jazz¨ªstico.
Las canciones de todas las ¨¦pocas de Serrat se entremezclaron con naturalidad. Pueblo blanco, M'en vaig a peu, Temps era temps, Pare e inevitablemente Cantares, Paraules d'amor y Mediterr¨¢neo. En alg¨²n lugar oscuro de la sala, alejado de las miradas del p¨²blico, Serrat sonre¨ªa, seguro.
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