El vinilo esta vivo (y Elvis tambi¨¦n)
Gran afluencia de p¨²blico en la Fira del Disc en la estaci¨®n del Nord
Cada a?o, como si se tratara de una fiesta patronal, la Fira del Disc regresa a Barcelona. Y el santo patr¨®n aqu¨ª no es la m¨²sica, como podr¨ªa imaginarse, sino el vinilo. El viejo vinilo elevado a los altares por nuevas generaciones que, adem¨¢s de su c¨¢lida sonoridad, lo veneran tambi¨¦n como objeto (una descarga de Internet no se puede contemplar ni manosear y, mucho menos, colgarla en la pared).
As¨ª pues, su majestad el vinilo volvi¨® a reinar en la estaci¨®n del Nord. La Fira Internacional del Disc ha llegado este a?o a su 21? edici¨®n y mantendr¨¢ el antiguo nudo ferroviario repleto de m¨²sica hasta las 20 horas de hoy. El pasado a?o acudieron unas 14.000 personas, cifra que se espera repetir a pesar de la climatolog¨ªa.
La feria abri¨® sus puertas a las diez de la ma?ana de ayer s¨¢bado pero los m¨¢s madrugadores llevaban ya una hora esperando en una fila que se proteg¨ªa del aguacero bajo las voladizos de la antigua estaci¨®n. Es necesario llegar pronto para ser el primero, es el lema de los buscadores de tesoros. Y tesoros pod¨ªan encontrarse de todos los precios, desde maltratados elep¨¦s a dos euros (era necesario ponerse el mono de trabajo y dedicarle tiempo y paciencia a hurgar en los polvorientos montones pero la sorpresa estaba ah¨ª, solo era necesario tener la suerte de encontrarla) hasta verdaderas joyas de colecci¨®n protegidas por sus fundas de pl¨¢stico transparente y a precios que pod¨ªan alcanzar los varios cientos de euros. Probablemente el m¨¢s caro en exposici¨®n, en una tienda norteamericana, era una edici¨®n original del primer elep¨¦ de la Velvet Underground con la famosa portada de Andy Warhol, su pl¨¢tano amarillo y la pegatina despegable; su precio 500 €, a mediod¨ªa de ayer aun no se hab¨ªa vendido.
En los diferentes expositores, unos 160, se habla bastante ingl¨¦s y franc¨¦s; el 30 % de los feriantes procede de Francia o Reino Unido. Gilles, por ejemplo, trae su mercanc¨ªa con bastantes rarezas francesas desde Pau: "Siempre resulta provechoso venir, por un lado est¨¢n las ventas y por el otro puedo encontrar piezas raras para mi colecci¨®n". Realmente la mayor parte de expositores son tambi¨¦n coleccionistas y, seg¨²n dice la leyenda, las mayores transacciones se realizan entre ellos antes de que la feria abra sus puertas.
Aunque pueda parecer mentira no solo de vinilo (usado o en reediciones actuales) vive el musicadicto. En la estaci¨®n del Nord se apilan tambi¨¦n miles de ced¨¦s generalmente a precios de desguace. Aqu¨ª la pieza buscada no lo es por s¨ª misma como objeto (al parecer nadie desea contemplar o manosear un ced¨¦ y, menos a¨²n, colgarlo en la pared) sino por su contenido in¨¦dito. As¨ª, los ced¨¦s buscados son los que contienen conciertos no grabados oficialmente (los hist¨®ricos piratas). Entre los ced¨¦s piratas (y tambi¨¦n dvds con conciertos) el triunfador es Bruce Springsteen seguido de cerca por Bob Dylan (da la impresi¨®n de que a estos dos les han grabado absolutamente todo lo que han hecho en su vida y que todo tiene un inter¨¦s superlativo).
Por supuesto en la Fira tambi¨¦n pueden encontrarse libros, posters, fotograf¨ªas, picture discs, mu?equitos, camisetas y muchos otros objetos. Incluso botellines de cerveza Bastard Beer de Mot?rhead a 3,50 € o latas de la misma bebida de AC/CD a 3 € (los australianos hasta tienen barriles de cinco litros a 25 €).
Abri¨¦ndose paso entre tanto vinilo la figura de Elvis Presley parece haber vuelto a la vida. Los miembros del Club Elvis andan celebrando su 25? aniversario, nacieron en marzo de 1991 en Badalona y actualmente lo conforman 700 socios en toda la pen¨ªnsula que pagan religiosamente su cuota anual de 25 €. Adem¨¢s de llenar el hall de entrada con maniqu¨ªes del Rey, vestidos de su ¨¦poca Las Vegas o una exposici¨®n de fotos y discos raros, el club prepara un viaje a Memphis para recordar los cuarenta a?os de su muerte, viaje que coincidir¨¢ con la Elvis Week anual, en la que se re¨²nen en la ciudad (en un espect¨¢culo callejero que casi roza lo grotesco) buena parte de sus imitadores, que en los Estados Unidos son muchos m¨¢s de lo que podr¨ªa imaginarse.
Uno de ellos, Greg Miller (que act¨²a con el permiso de la familia Presley) aterrizar¨¢ dentro de unos d¨ªas en el Paralelo (del 11 al 29 de mayo) convirtiendo el teatro Apolo en un remedo de casino de Las Vegas o, aun mejor, en el New Daisy de Memphis donde cada agosto se re¨²nen los imitadores del Rey.
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