La ciudad invisible
De prosperar la idea de Ada Colau de crear por encima un ¡°alcalde metropolitano¡± se esfumar¨ªa el conocimiento detallado para elevar las decisiones a una autoridad lejana
Mirando por la ventana del tren cuesta imaginarse esta tierra como virgen: hoy es una prostituta vieja. No hay equilibrio entre el territorio y su uso. Hay pol¨ªgonos industriales de todo tipo y carreteras y pisos aglomerados y alg¨²n hotel y publicidad en cartelones inmensos y huertos prolijos y esa calima que difumina el horizonte. Lo que no est¨¢ ocupado est¨¢ abandonado. Es un paisaje de patio de atr¨¢s. Pero las cosas cambian cuando la escala se hace dom¨¦stica. El paisaje se ordena y la realidad se vuelve comprensible. He venido a Viladecans para ver c¨®mo se encaja un outlet que parece destinado a distorsionar l¨®gica y mercado: saldr¨¦ de aqu¨ª entendiendo los porqu¨¦s. Aunque siga siendo cierto que el outlet compite con una oferta sim¨¦trica y exitosa en La Roca del Vall¨¨s, y no es nunca buena pol¨ªtica copiar un modelo sin saber si la cosa da para dos, entiendo la apuesta de Viladecans.
Se trata de estar en el mapa. De hacerse un hueco en el imaginario metropolitano entre la potencia del Prat, de Gav¨¤, de Castelldefels, que se han quedado con las carxofes y los esp¨¢rragos, con el aeropuerto y hasta con la memoria de aquellos c¨¢mpings populares y horteras que jalonaban la autov¨ªa, escondidos entre pinares ufanosos. Resulta que todo eso tambi¨¦n es Viladecans, sin llevar su firma. El outlet es una gota en un vaso lleno, pero a lo mejor, piensan, es la gota que faltaba. De hecho, el outlet, que est¨¢ en vistas a levantar persianas en oto?o, crece en un predio lindante a la estaci¨®n, que es perif¨¦rica a la ciudad. Los payeses, dice la leyenda, estaban defendiendo sus huertos ¡ªlo que sigue siendo el formidable Parc Agrari¡ª y no quer¨ªan el estorbo. Hoy Viladecans despliega la pancarta para que paren m¨¢s trenes, porque muchos pasan de largo. Los tiempos cambian. El outlet se nutrir¨¢ m¨¢s bien de la espesa red de coches que van arriba y abajo, como hormigas estresadas.
Viladecans est¨¢ constituido por tres franjas, a partir de una sierra moderada con la c¨²spide en la ermita de San Ram¨®n, que lo ve todo. Est¨¢ la ciudad normal, despu¨¦s una zona de actividad econ¨®mica de nuevo cu?o y despu¨¦s la naturaleza, esta s¨ª virgen, imponente, silenciosa si no fuera por los aviones que pasan rasantes. Todo est¨¢ marcado por mojones de AENA y eso explica que no se construyera. Una espl¨¦ndida playa con sus dunas tambi¨¦n moderadas, un pinar espeso, el Remolar, las casetas para observar aves: lo que queda del delta tal como era. La zona econ¨®mica se divide entre pisos acabados de estrenar, construidos en bloques, con centro comercial incluido ¡ªy un karting inventado por Marc Gen¨¦¡ª, y un pol¨ªgono de nueva generaci¨®n, donde reina la log¨ªstica de Desigual, pero que incorpora otras industrias de alta tecnolog¨ªa. Los separa un parque desproporcionado, que engulle la antigua riera y se despliega en zonas de ocio, de juegos, de conciertos, de todo. Aqu¨ª hubo una vez el sue?o de un parque aeron¨¢utico, o como sea, un centro de investigaci¨®n en vuelos y en sus artefactos, pero las instituciones, as¨ª en general, no creyeron en el tema.
El nexo entre esta zona ¡ªdonde The Style Outlet, dicho en ingl¨¦s, ser¨¢ el ¨²ltimo hito¡ª y la ciudad, una ciudad milenaria que en los a?os sesenta pas¨® de 7.000 habitantes a 24.000 y despu¨¦s a 60.000, es una zona moderna, amplia y descansada, de avenidas y equipamientos. Luce con brillantez el Atrium, centro de espect¨¢culos y polideportivo, adosados la cultura y el sudor, un edificio que por dentro es una maravilla. Estuvo hace poco Clara Segura, la actriz de moda, pero hasta hacen ¨®pera. Subiendo hacia la sierra, alg¨²n sector ha merecido la atenci¨®n de la Ley de Barrios, ese ant¨ªdoto contra la degradaci¨®n. Todo esto, mezclado, quiere convertirse en atractivo tur¨ªstico y econ¨®mico, borrar del mapa la ciudad dormitorio para consagrar una ciudad din¨¢mica, cambiante. Visitable.
Aqu¨ª hay una buena gesti¨®n, un n¨²cleo de t¨¦cnicos j¨®venes y con ganas, que piensa, camina, palpa, cuida, sue?a. Exactamente lo que se necesita: gobierno desde la proximidad y competencia sana con el vecino. Imaginen ahora que prospera la idea de Ada Colau de crear por encima un ¡°alcalde metropolitano¡±. Se esfumar¨ªa el conocimiento detallado para elevar las decisiones a una autoridad lejana y global. Viladecans volver¨ªa a ser invisible. La ambici¨®n no siempre es buena consejera. Y las cosas de casa se gobiernan mejor desde casa.
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