Entusiasmo y energ¨ªa
El coro The Gospel Viu presenta su ¨²ltimo espect¨¢culo en el Paralelo barcelon¨¦s
Tras doce a?os de trabajo continuado el coro The Gospel Viu present¨® su ¨²ltimo espect¨¢culo en el Paralelo barcelon¨¦s. Reload, el t¨ªtulo escogido, m¨¢s que un alto para recargar las pilas es un paso adelante de esta numerosa banda de Palafolls en lo que denominan urban gospely que simple y llanamente significa meterle aun m¨¢s ritmo a un producto que, de por s¨ª, ya va cargado de ritmo. El resultado es altamente positivo y, lo que es todav¨ªa m¨¢s importante, tremendamente contagioso.
?En el escenario del teatro Condal y dirigidos por Mois¨¦s Sala se agolparon sesenta y cinco voces, cinco m¨²sicos y un espor¨¢dico bailar¨ªn para recrear durante noventa minutos su personal visi¨®n del gospel m¨¢s contempor¨¢neo. Una visi¨®n que huye deliberadamente de la habitual mescolanza (por estos pagos) entre un foc de camp y el remedo de un escenario de Broadway pero que tampoco se sumerge totalmente (ser¨ªa pr¨¢cticamente imposible hacerlo) en las ceremonias de una iglesia afroamericana.
Equidistantes de todo eso, The Gospel Viu centran su oferta en el ritmo m¨¢s contagioso y se ganan al personal, ya desde el primer momento, gracias a un derroche de entusiasmo que nunca parece impostado. Destilan energ¨ªa y demuestran un respeto que es muy de agradecer en una m¨²sica tan maltratada como esta.
Su nueva oferta deja de lado los est¨¢ndares del g¨¦nero, eso tambi¨¦n es muy de agradecer, para mostrar un pu?ado de nuevas melod¨ªas de corte espiritual que ellos prefieren presentar como un grito ecum¨¦nico por la paz y la convivencia.
En el aspecto musical el coro suena r¨ªtmico y afinado aunque le falta fuerza en los bajos pero donde realmente hace aguas es en la parte solista. La mayor parte de las voces que cantaron en solitario no dieron la talla para arrastrar una empresa as¨ª, problema del que sin duda el coro es muy consciente ya que toda la parte final del espect¨¢culo, la m¨¢s potente y contagiosa, se realiz¨® sin voces solistas.
En esos momentos finales fue cuando el entusiasmo se desbord¨® y los cantantes se crecieron avivados por el constante picar palmas de los asistentes.
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