Los goles de Joana Biarn¨¦s
La fot¨®grafa fue pionera en los campos de f¨²tbol y consigui¨® una exclusiva con Los Beatles
1959. En el campo de Les Corts. La fot¨®grafa Joana Biarn¨¦s (Terrassa, 1935) se arrodilla en la l¨ªnea de gol junto a los otros reporteros gr¨¢ficos. Una falda donde todo son pantalones porque ese oficio y ese deporte eran considerados algo exclusivamente masculino. El ¨¢rbitro, que acaba de pitar el inicio, paraliza el partido. Y se dirige a donde Biarn¨¦s para echarla. Ni ten¨ªa que estar all¨ª, ni pod¨ªa. Era un sitio para fot¨®grafos, no para mujeres. Y en la grada, recochineo e insultos a aquella atrevida. Biarn¨¦s tuvo que mostrar todas las acreditaciones federativas en regla para poder seguir trabajando en aquel lugar, hasta entonces, prohibido para ellas.
Esta historia la revive Biarn¨¦s en el filme Una entre todos, de Jordi Rovira y ?scar Moreno que ha recorrido el circuito del Documental del mes. La pel¨ªcula -una miniatura biogr¨¢fica emotiva, sencilla, que no simple- se basa principalmente en el relato de la propia Biarn¨¦s.
De cuando las inundaciones en Terrassa. De cuando se col¨® en la habitaci¨®n del Avenida Palace donde estaban Los Beatles, una exclusiva fotogr¨¢fica mundial que su diario, Pueblo, no quiso publicar porque ya hab¨ªa hablado de aquellos chicos y que Biarn¨¦s regal¨® a la revista Ondas. De cuando la bes¨® Clint Eastwood. O de cuando, pasados 22 a?os, decidi¨® abandonar el oficio, harta de los nuevos intereses informativos de revistas y paparazis. Hab¨ªa presentado un reportaje sobre un enfermo de c¨¢ncer y el animoso alivio que daba a otros y el jefe de redacci¨®n, mostr¨¢ndole unas fotos de Lola Flores haciendo una payasada, le dijo que lo suyo no interesaba. Ella, nunca quiso ser gregaria. Siempre buscaba, como le aconsej¨® su padre, tambi¨¦n fot¨®grafo, ¡°la foto¡±.
El ¨¢rbitro quiso expulsarla de un partido de f¨²tbol
El discreto combate de Biarn¨¦s -ser mujer era un obst¨¢culo hasta para hacer reportajes en el Congreso de los Diputados-, desde luego, merece una epopeya, y el t¨ªtulo del documental lo resume perfectamente. Una entre todos me ha recordado otras pel¨ªculas, de ficci¨®n, donde se trata la entrada de la mujer en el periodismo y, m¨¢s concretamente, en el deportivo. Precisamente rodado en Barcelona, Escuela de Periodismo (Jes¨²s Pascual) es un curioso filme de 1956. En una asamblea, los estudiantes debaten sobre si la mujer puede ser periodista. La gran duda es: ¡°Puede entrevistar a un futbolista en el vestidor?¡±. Una estudiante recuerda que los se?ores periodistas entrevistan a las vedettes en los camerinos. En esta singular asamblea se pueden escuchar todo tipo de perlas: ¡°El destino natural de la mujer es el matrimonio, aunque, quiz¨¢s, la mejor esposa de un periodista sea una periodista¡±; ¡°el periodismo es maravilloso, solo tiene un inconveniente, lo han inventado los hombres¡±¡.
El cine ha mostrado m¨¢s de una vez la incomodidad de reporteros de los a?os veinte y cuarenta ante la inesperada presencia en la tribuna de prensa de una colega.
Le pasa a Lexie (Ren¨¦e Zellweger) en Ella es el partido (George Clooney, 2008). Cuando se aposenta en la zona de prensa de un estadio de rugby, un colega refunfu?a que no puede estar all¨ª. Y cuando otro comenta que, dicen, ¡°es muy buena en el oficio¡±, llega la r¨¦plica insultante del primer cronista, ya muy ajado: ¡°En qu¨¦ tipo de oficio?¡±.
El mismo problema tendr¨¢ Tess Harding (Katharine Hepburn), una prestigiosa articulista de pol¨ªtica internacional a quien su colega Sam Craig (Spencer Tracy) lleva a ver un partido de b¨¦isbol, que le deber¨¢ explicar pacientemente. A los colegas de Craig en La mujer del a?o (1942) no les gusta la visita. Claro que a Harding, por su parte, tampoco le gusta que el diario env¨ªe dos reporteros a un partido y a Vichy, en plena Guerra Mundial, uno. El filme tiene muchos t¨®picos rancios, desde la est¨²pida consideraci¨®n del periodismo deportivo como algo que no exige muchas herramientas intelectuales a un acomodaticio final, donde por encima de todo est¨¢ el valor del matrimonio y la familia. Y eso ¨²ltimo es algo que siempre ha pedido una dif¨ªcil combinatoria cuando uno de los dos, o los dos, es periodista, de cualquier disciplina. Lo muestra La boda de mi mejor amigo. Un cronista deportivo prepara su boda, pero la pareja no puede saber donde pasar¨¢n la luna de miel porque depende de si San Antonio elimina a Sacramento. Y la pareja de Luna nueva (1940), cambiar¨¢ sus planes de viaje de boda, la segunda, y en lugar de ir al Ni¨¢gara pasar¨¢n por Albany porque hay un jaleo obrero y aprovechar¨¢n para enviar cr¨®nicas.
Algunas veces, la mujer es quien da lecciones. Pasa en Mi desconfiada esposa (1957) donde Marilla Brown (Lauren Bacall), dise?adora de moda, env¨ªa una cr¨®nica de golf, algo que deb¨ªa haber hecho Mike Hagen (Gregory Peck) en lugar de dormir la mona.
Pero, desde luego, las lecciones valientes, y aut¨¦nticas, son las que dio Biarn¨¦s. Y no una vez, ni dos. Marc¨® muchos goles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.