Democracia descafeinada
Rebajar los proyectos pol¨ªticos para facilitar el acuerdo es devaluarlo todo: el di¨¢logo, el pacto, la negociaci¨®n y la propia pol¨ªtica. ?Tienen los partidos algo en positivo que decir sobre los problemas que determinaran el futuro pr¨®ximo?
De una reciente conversaci¨®n con unos amigos empresarios, me qued¨¦ con dos frases. Uno de ellos dijo: ¡°En este pa¨ªs tenemos la suerte de que los antisistema se han incorporado al sistema¡±. Y otro advirti¨®: ¡°La gran amenaza de la globalizaci¨®n es que Europa derive hacia el autoritarismo¡±. La avalancha de novedades que el proceso de globalizaci¨®n nos echa encima provoca una disparidad de reacciones dif¨ªcil de articular: unos optan por el inmovilismo o por dejar que el espont¨¢neo discurrir de las cosas resuelva los problemas, otros responden reactivamente resucitando modelos que vienen de lejos, y algunos anuncian novedades procedentes de los m¨¢rgenes que no se acaban de concretar. Y mientras la pol¨ªtica va adquiriendo una posici¨®n subalterna, camino de ser sustituida por el consumo, es decir, en palabras de Byung-Chul Han ¡°por la aclamaci¨®n del dominio del capital".
Llevamos cuatro meses dando vueltas a la formaci¨®n de gobierno y ahora volvemos a empezar. La doctrina dominante desde la que se presiona a los partidos para que lleguen a un acuerdo, es que no hay que hablar de orientaciones de fondo, que podr¨ªan generar diferencias insalvables, sino de peque?os retoques y reformas que permitan mejorar el funcionamiento de las instituciones. Es decir, en nombre de la regeneraci¨®n democr¨¢tica se apuesta contra la democracia. No hablemos de lo conflictivo, porque no nos pondremos de acuerdo. ?Hay que recordar que, como dec¨ªa Claude Lefort, la democracia se define ¡°por el enfrentamiento pac¨ªfico de las diferencias¡±?
Descafeinar los proyectos pol¨ªticos para facilitar el acuerdo es devaluarlo todo: el di¨¢logo, la negociaci¨®n, el pacto y la propia pol¨ªtica. Si los partidos que vienen de los m¨¢rgenes se han incorporado al sistema, aprovech¨¦moslo para abrir el juego y no para atraparlos en un campo estrechado por el uso de las instituciones por parte de quienes se cre¨ªan poseerlas en exclusiva. Todo sistema pol¨ªtico tiene unos l¨ªmites, todo interior genera un exterior, pero una sociedad din¨¢mica es aquella que c¨ªclicamente incorpora lo que viene de fuera para ampliar el espacio de lo posible.
?Para qu¨¦? Precisamente para evitar que las fracturas de diversa ¨ªndole: generacionales, culturales, laborales, territoriales, econ¨®micas y morales, se enquisten y conduzcan inevitablemente al autoritarismo posdemocr¨¢tico, en que la pol¨ªtica quede reducida a la funci¨®n de polic¨ªa al servicio de intereses de unos pocos convertidos en intereses generales a trav¨¦s de nuevas formas de violencia que penetran en el individuo cada vez m¨¢s explotador de s¨ª mismo.
?Algunos de los partidos que se presentan ahora a las elecciones tienen algo en positivo que decir sobre los problemas que determinaran el futuro pr¨®ximo? Pongamos alg¨²n ejemplo. La fractura generacional: la fuerza de los partidos cl¨¢sicos est¨¢ en la gente mayor. ?Es posible confrontar los intereses y construir proyectos que no tengan como objetivo salvar a una generaci¨®n a costa de condenar a las siguientes? Basta con leer las tripas de cualquier encuesta para saber que el PP vive de los miedos de los mayores de 60 a?os.
La fractura laboral: repetir que la primera preocupaci¨®n es el paro y recuperar el empleo es pura demagogia salvo que se afronten las razones por las que este pa¨ªs tiene una brecha laboral descomunal. En Suiza, el 5 de junio se vota en refer¨¦ndum la renta b¨¢sica universal. ?Por qu¨¦ este debate no est¨¢ en la agenda pol¨ªtica? La cuesti¨®n de la emigraci¨®n se esquiva sistem¨¢ticamente y el gobierno se desentiende de la crisis de los refugiados, hasta el punto de impedir a los Comunidades y Ayuntamientos que los acojan. ?Es la valla de Melilla el horizonte moral de nuestro tiempo como pretende el ministro del Interior?
Si la pol¨ªtica democr¨¢tica deber¨ªa ser el poder de los que no tienen poder, ?qu¨¦ proponen nuestros candidatos para poner l¨ªmites al ense?oramiento del poder financiero sobre nuestras sociedades? Y si el universo digital es el futuro: ?c¨®mo se afronta la educaci¨®n para evitar un nuevo analfabetismo y qu¨¦ se hace para impedir que en nombre de la transparencia se rompan los muros del espacio privado? En fin, la estructura territorial de Espa?a: ?Hay que seguir dando el no c¨®mo ¨²nica respuesta a los que piden otro reparto del poder? Se necesitan proyectos pol¨ªticos para combatir la indolencia y el fatalismo y sacar del atasco a la democracia espa?ola.
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