Me gusta San Isidro, me gustas t¨²
Manu Chao despide San Isidro 2016. Mientras el a?o pasado lo hac¨ªa Paloma San Basilio, la fusi¨®n 'indie' de Joe Crep¨²sculo y Tomasito dio paso a una de las actuaciones m¨¢s esperadas
No daban las ocho de la tarde y la gente no cab¨ªa en la Plaza Mayor. ¡°Aforo limitado a 10.000 personas por motivos de seguridad¡±, avisaba el Ayuntamiento ante uno de los conciertos m¨¢s esperados de las fiestas de San Isidro.?
De aperitivo, Joe Crep¨²sculo y el jerezano Tomasito. Juntos han creado el trap gitano, una mezcla de flamenco con el inclasificable estilo de Crep¨²sculo. Llevan meses cocinando su creaci¨®n, a medio camino entre la electrorrumba y el trip hop. El resultado: el tema Me parto la camisa, que revolucion¨® a un p¨²blico variado. Dominaban los j¨®venes, pero tambi¨¦n hab¨ªa gente de m¨¢s edad. "Hemos pasado el d¨ªa en la pradera y no quer¨ªamos perdernos el concierto de Manu Chao", comenta Jos¨¦ Luis, padre de familia, que est¨¢ gratamente sorprendido con la actuaci¨®n de Crep¨²sculo junto a Tomasito. ¡°Hace 365 d¨ªas, estas fiestas las desped¨ªa Paloma San Basilio y la Banda Sinf¨®nica Municipal¡±, escrib¨ªa Crep¨²sculo en Twitter tres d¨ªas antes de su actuaci¨®n. ¡°El giro ha sido radical¡±, bromeaba el cantante.
"Viva la fusi¨®n", gritaba Tomasito desde el escenario. Tan "agustirrimisimo" estaba que se qued¨® para cantar, y taconear, los dos grandes himnos de Crep¨²sculo:?A fuego y Mi m¨¢quina de baile. Se quit¨® los zapatos, se arranc¨® la camiseta e incluso hizo el amago de quedarse en calzoncillos. Un aut¨¦ntico delirio festivo con La Prohibida, una estrella travesti del electropop, y Nacho Vigalondo a los coros. ¡°Hay casi la misma gente fuera que dentro¡±, lamentaba un seguidor de Manu Chao, que no pudo acceder al recinto. A¨²n no hab¨ªa llegado el plato fuerte y a Cristina y a Jocelyn ya les dol¨ªan los pies de bailar. "Seguimos a Manu Chao desde que estaba en Mano Negra y ten¨ªamos ganas de verlo en directo", afirma Jocelyn, madrile?a de padres ecuatorianos. En torno a las diez de la noche, Manu Chao salt¨® al escenario con su banda.
Vestido con una camisa roja, pantalones pesqueros y su eterna gorra beis, nada m¨¢s salir a escena puso en pie a toda la Plaza Mayor. Una sonrisa se ilumin¨® en la cara de Mar¨ªa, vecina de Vallecas de cincuenta a?os, t¨¦cnico de laboratorio, que ve¨ªa por primera vez en directo a Chao. Sigue al franc¨¦s desde hace veinte a?os y ha arrastrado a su mejor amiga, Puri, que prefiere otro tipo de m¨²sica. "Yo soy m¨¢s del ¡®Yo soy aquel...¡¯, pero me adapto a todo. Hace unos a?os vi a Alaska en unas fiestas y me gust¨® tanto que me compr¨¦ el disco", a?ade entre risas. No se pierden una. Ambas estuvieron hace una semana en el concierto gratuito de Silvio Rodriguez e Ismael Serrano en Villa de Vallecas.
El cantante parisino de origen espa?ol, de 54 a?os, fue desgranando los grandes hitos de su repertorio lleno de ska, rock latino, charanga y fusi¨®n. "?Qu¨¦ horas son mi coraz¨®n?" retumbaba en las paredes centenarias de la plaza. Continuaba: "Me gusta marihuana, me gustas t¨²", y buena parte del p¨²blico parec¨ªa estar de acuerdo. A mitad de concierto, tras Bongo Song, en unos acordes m¨¢s hacia el reggae y el funky que la canci¨®n original, y Raining in Paradize, subi¨® al escenario un grupo de saharauis para reivindicar un Sahara libre mientras Chao cantaba los versos de Clandestino: "El sufrimiento del pueblo saharaui no puede quedar impune", clamaban los representantes de varias asociaciones de amigos del pueblo saharaui de Madrid. Un peque?o acto reivindicativo que dio paso a un tour de force musical con lleno total. ¡°Estoy agotada, pero quiero que Manu Chao me lance un beso¡±, dec¨ªa una de las afortunadas desde el interior del recinto. Fuera, miles de personas se quedaron con las ganas de ver al int¨¦rprete que cerraba unas celebraciones de San Isidro diferentes.
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