Recuerdos del minuto 93 ante la final de la Champions League 2016
Los seguidores del Atl¨¦tico y Real Madrid se conjuran antes de la final de Champions
Antonio Jim¨¦nez se estremece recordando la escena: ¡°Ten¨ªa enfriando una botella de champ¨¢n. No pod¨ªa m¨¢s de los nervios, as¨ª que me levant¨¦ a por ella. Total, era el minuto 93 de partido. Estaba hecho. Pues nada. Fue abrir el frigor¨ªfico y escuchar a mis vecinos madridistas: ¡®???Goooooooooooool!!!¡¯. En ese momento supe que hab¨ªamos perdido la Champions League¡±.
Lo cuenta tan ¨¢spero como sucedi¨®. Porque despu¨¦s de aquel gol de Ramos, que hac¨ªa el empate ante el Atleti y alargaba el brindis hasta despu¨¦s de la pr¨®rroga, vino el tanto de Bale, el de Marcelo y el de Cristiano. Y las l¨¢grimas, por ende, de este colchonero de 44 a?os. Antonio reconoce que no esperaba volver a vivir una final igual como la que reunir¨¢ esta noche, en Mil¨¢n, al equipo de sus amores con el Real Madrid. ¡°A¨²n estoy pensando si veo o no el partido. Lo de 2014 fue muy cruel¡±. ¡°?Oye!¡±, le recrimina Carlitos, su hijo de 10 a?os, ¡°?los del Atleti no nos rendimos jam¨¢s!¡±.
La proclama resuena con fuerza en los alrededores del estadio Vicente Calder¨®n. Si al final Antonio se decide a enfundarse la camiseta del doblete ¨Cla de Marbella, con el 10 de Pantic a la espalda- ser¨¢ en alg¨²n bar por aquello de ahorrarse los gritos inc¨®modos de los vecinos, dice. Y si eso ocurre, seguramente acuda al El Doblete. El ambiente en este conocido local rojiblanco es de euforia contenida porque ninguno ha olvidado tampoco aquel fat¨ªdico minuto 93. Todos tienen un recuerdo: unos lo sufrieron en Lisboa y otros como Daniel L¨®pez, de 27 a?os, en casa: ¡°Con mi padre, atl¨¦tico ac¨¦rrimo y mi hermana¡±. Aquel d¨ªa, unas 500 personas se derrumbaron en este mismo bar. ¡°Llegamos fundidos a la final, sin Diego Costa ni Turan, y perdimos de la forma m¨¢s dura¡±, evoca Ram¨®n de Madariaga, de 49 a?os y uno de los camareros de este templo colchonero. Cuando se le pregunta por un posible resultado, se lo piensa. Pero r¨¢pidamente saca pecho por su equipo: ¡°Es una final. Puede pasar cualquier cosa. Pero yo digo que ganamos 1-2¡±.
Si esto ocurre, si el Atl¨¦tico de Madrid gana, por fin, su primera Champions despu¨¦s de tres intentonas ¨Ctras la final errada de 1974 contra el Bayern y la de Lisboa de 2014-, Carlos Fern¨¢ndez llamar¨¢ a su padre. ¡°Lo conseguimos¡±, le dir¨¢ este taxista de 45 a?os. ¡°Nos lo merecemos. Es admirable c¨®mo el Atleti se ha levantado del golpe. Esta plantilla y la afici¨®n se merece que hoy ganemos¡±. ?Por cu¨¢nto? ¡°1-0. Y que lo marque Torres¡±. Es cerca del mediod¨ªa y los alrededores del Calder¨®n se van llevando de aficionados. En El Doblete esperan servir hoy 600 litros de cerveza. A esta hora ya ha ca¨ªdo, al menos, uno. ¡°Lo suyo¡±, coinciden muchos de los concentrados, ¡°habr¨ªa sido ver el partido dentro del propio estadio¡±. Pero los preparativos del concierto que dar¨¢ Paul McCartney, el pr¨®ximo jueves en el Calder¨®n, han hecho imposible el deseo de 54.000 atl¨¦ticos. El club, eso s¨ª, ha habilitado el Barclaycard Center, el antiguo Palacio de los Deportes de Madrid, para seguir desde ah¨ª el partido a trav¨¦s de pantallas gigantes. ¡°Pero no es lo mismo y aqu¨ª adem¨¢s hay m¨¢s calor¡±, afirma uno de los clientes de este bar. ¡°Hoy ganamos, punto. No, no, no. Dejaros de negatividad. Gol de Griezmann en el minuto 93¡±.
En la zona noble de Madrid dicen que eso est¨¢ por verse. Aunque en los alrededores del Santiago Bernab¨¦u el ambiente es mucho m¨¢s relajado. Tal vez porque est¨¢n acostumbrados a ganar este tipo de encuentros, los clientes de la cervecer¨ªa Brios comentan los pormenores de la sentencia que reconoce a El cordob¨¦s como el padre de Manuel D¨ªaz. Es el tema del d¨ªa. De lo otro apenas se discute porque, como sugiere Daniel Lanzas, estudiante de 23 a?os, el Madrid ganar¨¢ esta noche ¡°como no puede ser de otra forma¡±. La Castellana luce menos colorida que el Paseo de los melanc¨®licos. Hay quien se afana por terminar los bocatas de chorizo que alimentar¨¢n las bocas que acudan a ver el partido al Santiago Bernab¨¦u. Y quien lanza ya los primeros petardos. Pero las banderas lucen todav¨ªa a media asta. En los puestos hay bufandas conmemorativas de la final por 10 euros. Y mucho turista haci¨¦ndose fotos.
Gerardo D¨ªaz observa el panorama desde la entrada principal del templo madridista. Tiene claro que ser¨¢ un partido a cara de perro. Que costar¨¢. Que el Madrid sufrir¨¢. Pero que, al final, alzar¨¢ su und¨¦cima Copa de Europa. ¡°Hemos nacido para esto. El Madrid es pura Champions¡±, sentencia este jubilado de 65 a?os, socio 35.569 del equipo. Sabe de lo que habla. Sus retinas han visto pasar seis de estos t¨ªtulos europeos. ¡°Es nuestra competici¨®n. Y ganaremos, no le quepa la menor duda. El Atleti no sabe competir en estas finales, mire lo que les pas¨® en el minuto 93¡±. Otros, sin embargo, no lo tienen tan claro. ¡°Yo soy madridista hasta la m¨¦dula, pero el Atleti de este a?o no es el mismo que el de Lisboa. No ponga mi nombre porque me averg¨¹enza decir esto: vamos a perder¡±.
Antonio, el padre colchonero de Carlitos, ni siquiera lleg¨® a descorchar el champ¨¢n; se le resbal¨® de las manos por los nervios. Esta noche, en cambio, los bares abrir¨¢n miles de botellas. Seg¨²n c¨¢lculos de la Asociaci¨®n Empresarial de Hosteler¨ªa de Madrid, La Vi?a, los restaurantes y establecimientos de la Comunidad ingresar¨¢n durante el partido nueve millones de euros -36 en toda Espa?a- gane quien gane. Para Champions, la suya.
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