Trascendencia at¨¢vica
El tr¨ªo de Baltimore aporta color e ingenio en la Joy Eslava a un repertorio que a ratos tambi¨¦n puede hacerse irritante
La titulaci¨®n de homo contemporaneus pasa necesariamente por adherirse a propuestas como la de Animal Collective. Que tampoco es del todo nueva, si nos atenemos al peque?o detalle de que Painting With, el trabajo que les serv¨ªa de excusa para acercarse por Joy Eslava, hace ya el d¨¦cimo de su carrera. Nadie aspirar¨ªa a tararear ninguna pieza de estos tres preclaros cerebritos de Baltimore, pero su aureola de trascendencia at¨¢vica basta para considerarlos un fen¨®meno muy relevante. El llenazo del martes, cinco a?os despu¨¦s de aquella plomiza visita a La Riviera al calor de Merriweather Post Pavillion, certificaba la fascinaci¨®n por uno de esos pavos engordados desde Pitchfork y aleda?os. La canonizaci¨®n de la apariencia. Y los modales resultones para empaquetar grandes volutas de humo (de colores).
Panda Bear, Geologist y Avey Tare se alinean al borde del escenario tras unas mesas que los convierten en perfectos compa?eros de una oficina de coworking: tan alternativos, tan modernuquis, tan bien avenidos y pertrechados de viseras o linternas de espele¨®logo. Existe paridad entre los ingredientes apreciables (ambient) y los irritantes (freak-folk) en esa especie de electr¨®nica tribal, una banda sonora para antrop¨®logos despanzurrados en el sof¨¢. Panda y Avey alternan o superponen sus voces mientras Geologist (el espele¨®logo) agita mucho la cabeza. Es un entusiasmo que solo no parece impostado en momentos como Golden Gal, hilarante, contagiosa e ir¨®nica a la vez.
Nada de lo aqu¨ª alcanzado har¨ªa sombra a Vampire Weekend o, por extensi¨®n, a la vertiente m¨¢s ¨¦tnica de Paul Simon. Es mucho m¨¢s valioso, en realidad, el minimalismo ambiental de Loch Raven o los c¨ªmbalos que repiquetean en Bees, ambos de los tiempos de Feels (2005). Los hallazgos se antojan menores, pero la paqueter¨ªa moderna los eleva a la categor¨ªa de Santo Grial. Las proyecciones multicolores, muy bien. Las tres grandes m¨¢scaras que parecen sacadas de una cueva precolombina, muy bien. El curro del esforzado bater¨ªa que escolta a los tres animales, fenomenal. Y el divertimento ¨²ltimo, FloriDada, ingenioso. Lo dem¨¢s, pues vale.
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