?Hay que respetar a las personas?
Oriol Junqueras no respondi¨® a ninguna de las cuestiones que le plante¨® Josep Borrell. Pero lo grave es que, a base de repetirlas, afirmaciones sin base alguna se dan por ciertas y ni siquiera hace falta justificarlas
Respeto, en principio, a todas las personas, pero no a todas las ideas. A las ideas que tienen las personas, naturalmente. Escribo este art¨ªculo tras ver el debate entre Oriol Junqueras y Josep Borrell en el programa de TV8 que dirige Josep Cun¨ª. En t¨¦rminos futbol¨ªsticos, el resultado del debate hubiera sido de 5 a 0 a favor de Josep Borrell, jugando ¨¦ste en campo contrario. Junqueras ha acabado totalmente noqueada ante la implacable realidad de los hechos y argumentaciones que expon¨ªa, pausadamente y con toda claridad, el antiguo ministro socialista.
El vicepresidente econ¨®mico del Gobierno catal¨¢n no ha respondido a ninguna de las cuestiones que se le formulaban, a ninguna. S¨®lo iba repitiendo el famoso latiguillo de que los catalanes tenemos derecho a decidir. Era su ¨²nico argumento cuando las cuestiones que se planteaban eran otras. Borrell requer¨ªa su opini¨®n sobre dos temas: si consideraba que la independencia supone la exclusi¨®n de Catalu?a de la Uni¨®n Europea y si el c¨¢lculo de las llamadas balanzas fiscales fue err¨®neo durante mucho tiempo hasta que hace un a?o lo corrigi¨® Andreu Mas-Colell, consejero de Econom¨ªa con Artur Mas y antecesor de Junqueras en ese cargo. Tanto en un caso como en otro, Junqueras hab¨ªa sostenido repetidamente que la independencia no supon¨ªa la salida de la UE y que el d¨¦ficit fiscal catal¨¢n hasta ahora era de 16.000 millones de euros (el a?o pasado 14.000), casi la mitad del presupuesto anual de la Generalitat, cuando Mas Colell lo hab¨ªa rebajado a 2.000.
Tanto en un tema como en otro el mantra siempre era el mismo: ¡°Pero si los catalanes tenemos derecho a decidir, esto lo sabe todo el mundo¡±. Borrell le recordaba que sus afirmaciones no se correspond¨ªan ni con las normas europeas ni con los datos econ¨®micos, le ped¨ªa que razonara sus posiciones y si se reafirmaba en las mismas. Daba igual, la respuesta siempre era salir por la tangente: ¡°Pero si tenemos derecho a decidir¡±. Argumentos, cero.
Sin embargo, lo grave del asunto no es Junqueras, lo grave es que los medios de comunicaci¨®n catalanes, especialmente los audiovisuales, tanto p¨²blicos como privados, vienen repitiendo lo mismo desde hace a?os en la manipulaci¨®n de las noticias, en las declaraciones de los pol¨ªticos, en las tertulias. Afirmaciones sin base alguna se dan ya por supuestas, ni siquiera hace falta justificarlas. Lavado de cerebro continuado. ¡°Una mentira repetida muchas veces pasa a convertirse en verdad¡±. Ya saben quien formul¨® esta grav¨ªsima consigna, all¨¢ por los a?os treinta del siglo pasado, no hace falta repetir su nombre. Su aplicaci¨®n en Catalu?a ha sido de una enorme eficacia.
Pero tambi¨¦n debe decirse que la mayor¨ªa de aquellos que, por oficio y conocimientos, saben que determinadas afirmaciones no est¨¢n fundamentadas, es decir, los juristas que no pueden tener dudas de la salida de la UE en caso de secesi¨®n o los economistas que conocen bien el mal c¨¢lculo de las balanzas fiscales, incluso si tiene mucho sentido calcularlas, o bien han justificado las posiciones oficiales o bien han callado, mirando hacia otro lado, para no comprometerse.
En ese sentido, el libro de Borrell, escrito conjuntamente con Joan Llorach, Las cuentas y los cuentos de la independencia (Editorial La Catarata, Madrid, 2015) ha sido un ejemplo de c¨®mo se debe actuar para configurar una opini¨®n p¨²blica bien informada: averiguando la verdad de las cosas, exponi¨¦ndola con claridad, difundi¨¦ndola. Otro libro ejemplar, que rebate de forma muy bien argumentada la falacia del pretendido derecho a decidir, es el de Xavier Pons, catedr¨¢tico de Derecho Internacional de la Universidad de Barcelona, Catalu?a: derecho a decidir y derecho internacional (Editorial Reus, Madrid, 2015). Pero a los tertulianos habituales de las radios y televisiones catalanas, sospechosos por supuesto, no le hace falta leer libros, sus conocimientos s¨®lo brotan de sus emociones. Como Junqueras el lunes por la noche.
Por esto dec¨ªa al comienzo de este art¨ªculo que respeto, en principio, a todas las personas pero no a todas las ideas. Est¨¢ claro, por ejemplo, que las ideas que van en contra de los principios b¨¢sicos de la convivencia, en especial la libertad, la igualdad y la solidaridad, no son respetables. En cuanto a las personas, f¨ªjense que tomo la precauci¨®n de escribir ¡°en principio¡±, porque aquellas que no son rigurosas en la consideraci¨®n de los hechos ni coherentes y l¨®gicas en las argumentaciones, tampoco son respetables. ?Entiendes, Junqueras?
Fancesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.
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