Filosof¨ªa de la mutaci¨®n permanente
Nos encontramos en medio de un tr¨¢nsito cultural de gran envergadura y la transformaci¨®n exige una mente creativa; al que no lo comprenda, le espera una amarga complicaci¨®n
S¨²bitamente, sin que nadie se haya dado cuenta, los periodistas culturales espa?oles nos hemos reunido en una especie de concili¨¢bulo en el que no dejamos de complotar. La m¨¢s reciente expresi¨®n de j¨²bilo gremial son¨® airosa hace una semana en Santander. Profesionales curtidos en mil batallas, diestros en el arte de la pol¨¦mica, la elusi¨®n y el sarcasmo, se encerraron a conversar sobre la nueva ingenier¨ªa cultural. Este r¨®tulo agrupa a los innovadores que se deslizan con sus artefactos en los m¨¢rgenes de la industria y en la periferia de la ciudad. Son j¨®venes (aunque no todos), con una inventiva locuaz, y otro estilo de pensar y hacer cultura. De ellos podr¨ªa decirse que han patentado algo as¨ª como un museo port¨¢til, o un arte casual, o que son actores an¨®nimos, o virtuosos y eruditos ambulantes, o que impulsan la m¨¢s reciente migraci¨®n de g¨¦neros narrativos. No importa qu¨¦ apodo les demos. Probablemente en el momento de leer estas l¨ªneas, ya hayan cambiado de nombre y sus ingenios exploren otros territorios.
Lo singular del encuentro ha sido el escenario levantado por los periodistas: una pasarela en la que lo desconocido hace desfilar sus invenciones. Dolorosamente conscientes de su obsesi¨®n como mensajeros e int¨¦rpretes, los periodistas comparten por primera vez la b¨²squeda que nos ayude a dibujar el nuevo mapa cultural de Espa?a. Ya sabemos d¨®nde est¨¢n las grandes instituciones culturales (las pinacotecas, los teatros, las bibliotecas¡), pero la imaginaci¨®n vuela libremente y va ad¨®nde quiere. CartoDB, Basurama, Domestic Data Streamers, Cybersyn, Urbanario, Teknedata, Malvalanda, Zapico, The Machine To Be Another, Rebobinart, Antimuseo, Pannonico, Radio ?frica, Festival M¨¢rgenes¡ A los periodistas culturales nos anima un sabio ego¨ªsmo: queremos saber lo que hacen, o¨ªrles contar c¨®mo lo han hecho, y que nadie nos reproche diez a?os despu¨¦s que no supimos verlo a tiempo.
El arquitecto e ingeniero Carlos Garc¨ªa Delgado inaugur¨® el Congreso con una lecci¨®n magistral sobre los mecanismos de la mente creativa y nos asombr¨® con el resumen de una investigaci¨®n de m¨¢s de veinte a?os. La exposici¨®n sobre el m¨¦todo cibern¨¦tico empleado por la consciencia, y el crucial papel reservado a la memoria, cre¨® el marco conceptual para entender la mente de los creadores. La conclusi¨®n es: si crees saber ad¨®nde van, es que te has equivocado.
Los periodistas culturales (agrupados seg¨²n las cuatro escuelas de la tradici¨®n en esc¨¦pticos, c¨ªnicos, estoicos y hedonistas) padecemos una inquietante pero prometedora ansiedad. Se nos ha encargado contar lo que pas¨® ayer, pero no dejamos de buscar lo que vendr¨¢. Si nuestra curiosidad fuera compartida por las instituciones, el flujo creativo de los pioneros discurrir¨ªa por amplios cauces de innovaci¨®n. En lugar de abrirse paso por su cuenta en la, a veces, tortuosa periferia, los innovadores podr¨ªan emplear la totalidad de su energ¨ªa creativa dando forma a lo inminente, a lo inconcebible.
Es una conciencia irritada la que est¨¢ presente en estos di¨¢logos: la transformaci¨®n exige una mente creativa y al que no lo comprenda le espera una amarga complicaci¨®n. Nos encontramos en medio de un tr¨¢nsito cultural de gran envergadura. La oportunidad se parece a la que tuvo Mois¨¦s en el lecho del Mar Rojo. Como el mundo inventa problemas nuevos sin resolver los antiguos, la creatividad dinamiza una impetuosa transmutaci¨®n: su anuncio nos seduce y sus argumentos nos persuaden. Es una filosof¨ªa de la mutaci¨®n la que estimula nuestra mentalidad. En suma, se trata de esto: si crees saber qu¨¦ est¨¢ pasando, es que te has quedado anticuado.
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