Jessica Vall: ¡°Cuando nado no me veo tan peque?a¡±
La bracista barcelonesa de 27 a?os, tenaz y perfeccionista, bronce el en el Mundial, aspira a dos finales en sus primeros Juegos Ol¨ªmpicos
Jessica Vall se empe?¨® en llegar a ser ol¨ªmpica en R¨ªo. No par¨® hasta hacerlo realidad. Brazada a brazada, con tenacidad y sin complejos, la barcelonesa se ha ganado el derecho a so?ar en conseguir algo grande en los Juegos Ol¨ªmpicos, a pesar de su explosi¨®n tard¨ªa en la ¨¦lite mundial.
A sus 27 a?os, propulsada definitivamente por el est¨ªmulo que supuso para ella el Mundial de Barcelona en 2013, sue?a en clasificarse para las finales de los 100 y los 200 metros braza en R¨ªo. ¡°Lo veo dif¨ªcil, pero es mi ilusi¨®n. Espero disfrutar, como en Kaz¨¢n y en Berl¨ªn¡±. En Barcelona se asom¨® a la ¨¦lite, en los Europeos celebrados en la ciudad alemana subi¨® al tercer escal¨®n del podio en los 200 braza, y en la ciudad t¨¢rtara, en el Mundial de 2015, repiti¨® el bronce, tras una soberbia remontada desde la ¨²ltima posici¨®n en la final.
Una medalla muy especial
Jessica Vall, bi¨®loga, est¨¢ especializada en industria farmac¨¦utica y trabaja como t¨¦cnica de laboratorio en el IMIM (Instituto Hospital del Mar de Barcelona de Investigaciones M¨¦dicas). ¡°Ayudo a otros investigadores a llevar a cabo sus proyectos, sobre todo para detectar nuevas t¨¦cnicas de an¨¢lisis de mol¨¦culas¡±, dice.
La medalla de bronce en el Mundial de 2015 se la dedic¨® a su marido, Alberto, que poco antes hab¨ªa sufrido una grave enfermedad. ¡°No sab¨ªamos qu¨¦ ten¨ªa. Sufrimos mucho. Lo pasamos mal. Tuvimos que adaptar mis entrenamientos a la situaci¨®n, gracias a la ayuda y comprensi¨®n de mis preparadores¡±. Pas¨® varias noches en el hospital junto a Alberto, que fue tratado por el padre de la estrella de la sincronizada, Ona Carbonell, especialista en el aparato digestivo.
Practica la nataci¨®n desde que ten¨ªa seis a?os. Pero su carrera no se dispar¨® hasta que lleg¨® al CN Sant Andreu y se cruz¨® con Jordi Jou, un exnadador de distancias largas, ahora entrenador. El punto de inflexi¨®n lo dio a su manera. ¡°Estuve muchos a?os en el Catalunya, luego, dos o tres en el Hospitalet, pero siempre quise ir al Sant Andreu¡±, cuenta Jessica. En el club del Fabra, el que inaugur¨® su piscina en 1992 tras adquirir al FC Barcelona los terrenos en los que se foguearon algunos de sus futbolistas, fue donde empez¨® a destacar.
¡°Esto no se consigue de la noche a la ma?ana¡±, previene Jordi Jou. ¡°Comenzamos en septiembre de 2009. Yo entonces empezaba mi carrera como entrenador. Las hemos pasado de todos los colores. Ahora contamos con un grupo de 20 nadadores e intentamos alegrarnos y motivarnos, tanto si uno consigue una m¨ªnima para un Campeonato de Espa?a, como cuando Jessi o ?frica (Zamorano) alcanzaron las m¨ªnimas para los Juegos¡±. Jessica ha preferido continuar con Jou, en el Sant Andreu, sin desde?ar algunos d¨ªas de trabajo con el resto de componentes del equipo espa?ol en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat o en concentraciones en otros lugares.
La ayuda de Melki
¡°Necesito trabajar junto a gente que se deje la piel como me la dejo yo¡±
Jessica recuerda la importancia en su eclosi¨®n de Melkiades ?lvarez, en su d¨ªa, uno de los mejores bracistas de Europa. ¡°Me ayud¨® mucho en el entrenamiento. Me inspir¨®¡±, agradece. Melki, que ahora ejerce como entrenador en M¨¢laga, rememora: ¡°Cuando sal¨ª del CAR, volv¨ª al Sant Andreu. Me ped¨ªa consejos y le ayud¨¦ en algunas cuestiones t¨¦cnicas. Era muy trabajadora. Se fijaba en todo. Muchos se exigen mucho desde que son peque?os, m¨¢s de la cuenta. Y eso es lo que ella ha sabido gestionar muy bien¡±.
La clasificaci¨®n de Jessica para el Mundial de Barcelona result¨® extraordinariamente emotiva. Un a?o antes, en 2012, hab¨ªa fallecido su abuelo, el mismo que a menudo la acompa?aba a la piscina. Fue tambi¨¦n el a?o en que se licenci¨® en Biomedicina. Eso la liber¨® para aplicarse en su objetivo. ¡°Acab¨¦ la prueba y por megafon¨ªa no dec¨ªan nada. Era un manojo de nervios. Cuando me confirmaron que hab¨ªa conseguido la m¨ªnima, me puse a llorar y no par¨¦ durante horas. En el control antidopaje me dijeron: ¡®?Pero chiquilla, deja ya de llorar que no vas a poder hacer ni el pis!¡±.
¡°No tengo ¨ªdolos, pero Rafa Nadal me inspira por los valores que transmite¡±
Jou considera decisivo otro momento en la carrera de Vall: ¡°Cambi¨® el chip en su primera concentraci¨®n con el equipo nacional. Siempre recordar¨¦ que, cuando regres¨®, me dijo: ¡®Jou, hemos de entrenar mucho m¨¢s¡±. ¡°Es verdad¡±, asiente Jessi, ¡°hasta entonces me cre¨ªa que est¨¢bamos entrenando duro, pero tras trabajar con todo el equipo en Tenerife le ped¨ª m¨¢s intensidad y dureza a Jou¡±. ¡°Era blando¡±, ironiza el entrenador. ¡°?Ahora ya no le digo eso, eh!¡±, se desternilla ella.
Jessica acumula unas 32 horas de entrenamiento a la semana, repartidos en dos sesiones diarias, combinando sesiones en el agua y sesiones de acondicionamiento f¨ªsico fuera de ella. Nada entre 12 y 14 kil¨®metros cada d¨ªa. ¡°M¨¢s que gente de nivel, lo que necesito es trabajar junto a gente que se deje la piel como me la estoy dejando yo¡±, pide Jessica. ¡°Melki, por su manera de ser, muy abierto, me inspir¨® y me ayud¨®. Como nadador no tengo ning¨²n ¨ªdolo, pero Rafa Nadal transmite unos valores, una manera de ser y de afrontar las dificultades que nos inspira a todos¡±.
¡°Es tozuda y lo mejor es su capacidad para aprender¡±, dice Jordi Jou, su entrenador
Jou eval¨²a a su disc¨ªpula. ¡°Lo mejor que tiene es la percepci¨®n en el agua, su capacidad para aprender cualquier tipo de movimiento nuevo. Es capaz de nadar cada brazada de una forma diferente. No hay muchas capaces de hacerlo. Es algo innato, aunque lleva cinco a?os evolucionando y cada vez tiene m¨¢s la percepci¨®n de lo que hace bien y lo que debe mejorar¡±. El entrenador, mientras Jessi se echa de nuevo a re¨ªr, a?ade: ¡°Es tozuda. Cuando quiere algo, para lo bueno y para lo malo, lo quiere y no hay nada que hacer¡±.
Lograr las m¨ªnimas para R¨ªo no result¨® f¨¢cil. ¡°Cuando lo consegu¨ª, fue como si me hubiera quitado una mochila de encima porque era un objetivo conseguido. Pero, por suerte, tengo m¨¢s desaf¨ªos y aquello me dio ¨¢nimos para seguir trabajando¡±, confiesa. Sus principales rivales suelen ser mucho m¨¢s altas. Ella mide 1,64 metros. ¡°Yo, cuando salgo a nadar, no me veo tan peque?a. Pero luego, cuando veo las fotos del podio, me digo: ?Uy, pues s¨ª que soy m¨¢s peque?a!¡±. Interviene Jou: ¡°La constituci¨®n m¨¢s que la altura tiene cosas negativas y positivas. Una chica m¨¢s corpulenta no debe tener tanto cuidado al entrar en el agua. Ella, como pesa poco, no entra con tanta velocidad. Cualquier peque?a desalineaci¨®n del cuerpo o de las piernas la frenan. Pero suele llegar m¨¢s fresca al final de las pruebas y tiene m¨¢s flotabilidad, algo que ayuda, y m¨¢s en la braza¡±.
Entrenador de PlayStation
Jessi compara a su entrenador con un jugador de PlayStation. ¡°Es como si tuviera el mando. Sabe c¨®mo he trabajado. Lee la carrera como quiere leerla ese d¨ªa y me dice lo que tengo que hacer. Voy totalmente confiada, no me planteo si podr¨¦ conseguirlo o no, intento hacerle caso¡±. Ambos se fijan en la escuela japonesa y, especialmente en Kanako Watanabe. ¡°Veo v¨ªdeos de ella. Nada siempre con el mismo estilo y en los ¨²ltimos metros aprieta un poco, pero no se nota en el estilo¡±, explica Jessi. ¡°La forma de trabajar de los japoneses impresiona. Los ves y algunos son peque?os y no son extremadamente fuertes, pero son los mejores del mundo y mis condici¨®n f¨ªsica se parece un poco a la de ellos¡±, remacha Jessi.
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