No es eso lo que Lavapi¨¦s necesita
Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia, reflexiona sobre el plan de seguridad para Lavapi¨¦s que estudia el Ayuntamiento
Hace unos d¨ªas tuvimos conocimiento gracias a EL PA?S de un proyecto que el Ayuntamiento de Madrid quiere implementar como experiencia piloto en el barrio de Lavapi¨¦s-Embajadores que descansa en un ¡°nuevo modelo de seguridad¡±. El proyecto en cuesti¨®n es desconocido y no ha sido debatido por la mayor¨ªa de las entidades sociales de este barrio, incluida la m¨ªa que tiene su sede en la plaza Nelson Mandela, dedic¨¢ndonos desde hace 25 a?os a la prevenci¨®n de conflictos, integraci¨®n multi¨¦tnica y asistencia a v¨ªctimas de la violencia y del racismo desde su especializaci¨®n en la dimensi¨®n humana de la seguridad.
Lavapi¨¦s, ¡°laboratorio¡± elegido como lugar ideal para tal experiencia singular a extender a todo Madrid, parece que fue nominada porque ¡°sufre una gran inseguridad desde hace d¨¦cadas¡±, argumento que estigmatiza a¨²n m¨¢s a este lugar de encuentro intercultural y que no obedece a una realidad que muestra como los ¨ªndices delictivos bajan a?os tras a?o, corroborado por cualquier persona del lugar como es mi caso, madrile?o gato nacido, crecido que vive y trabaja en este, mi barrio. Quiz¨¢s sean otros los motivos de esa elecci¨®n, como la confianza electoral para el gobierno del Ayuntamiento porque obtuvo un gran respaldo en esta zona en las pasadas elecciones municipales. En cualquier caso, la raz¨®n profunda de seleccionar este barrio y no Cuatro Caminos, Serrano o Goya, solo lo saben los regidores.
Desde hace tiempo muchas empresas, universidades, soci¨®logos¡ nos estudian. Nos pusimos de moda. Y ahora desde un paternalismo angelical se anuncia la experimentaci¨®n de un nuevo modelo de seguridad y justicia que nos habla de ¡°gestor de barrio¡±, ¡°c¨ªrculos de custodia ciudadana¡±, ¡°jurados vecinales¡±, ¡°comisi¨®n de gobernanza¡±¡ todo ello en coherencia con una polic¨ªa ¡°comunitaria¡± de la que no sabemos si es polic¨ªa como la antigua de ¡°proximidad¡±, ¡°montada¡±, ¡°motorizada¡± o moderna. El caso es que estamos convencidos que no es la seguridad y justicia el problema de Lavapi¨¦s, salvo que este discurso esconda una intenci¨®n relacionada con alg¨²n tipo de control o reorganizaci¨®n social desde par¨¢metros del nuevo modelo.
Mientras tanto seguimos sin un polideportivo, las calles est¨¢n sucias, faltan papeleras, hay baches y hoyos que provocan ca¨ªdas de personas mayores, discapacitadas o ni?os, problemas de infravivienda, usos de espacios p¨²blicos muy cuestionables, procesos de sustituci¨®n comercial y vecinal, pol¨ªtica de asociaciones deficiente, hay signos de inaccesibilidad de pol¨ªticos, enfados de responsables de terrazas de hosteler¨ªa¡ y frente a lo que oficialmente se afirma, estamos lejos de profundizar la participaci¨®n democr¨¢tica. Pese a todo Lavapi¨¦s nos atrapa pero por favor, dejad de experimentar con nosotros.
Esteban Ibarra es presidente de Movimiento contra la Intolerancia.
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