27 nombres despu¨¦s de 40 a?os
?C¨®mo es posible que, pasados 37 a?os desde las primeras elecciones municipales democr¨¢ticas, esta higienizaci¨®n del callejero madrile?o todav¨ªa est¨¦ pendiente?
La pasada semana, coincidiendo casi exactamente con el 80? aniversario del inicio de la guerra civil y transcurridos poco m¨¢s de cuarenta a?os desde el nombramiento presidencial de Adolfo Su¨¢rez -que puede considerarse el primer hito cronol¨®gico de la transici¨®n pol¨ªtica-, se hizo p¨²blica la propuesta del Comisionado de la Memoria Hist¨®rica de Madrid al Ayuntamiento para rebautizar 27 v¨ªas de la capital, dedicadas hasta hoy a figuras conspicuas de la ¨¦pica franquista.
La primera reacci¨®n que el asunto suscita es de extra?eza: ?c¨®mo es posible que, transcurridos 37 a?os desde las primeras elecciones municipales democr¨¢ticas, tal higienizaci¨®n del callejero madrile?o est¨¦ todav¨ªa pendiente? ?Por qu¨¦ altos motivos alcaldes de izquierdas como Enrique Tierno Galv¨¢n o Juan Barranco, incluso el centrista Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n, no hicieron nada al respecto desde 1979 hasta 1991? La comodidad de sus sucesores ?lvarez del Manzano, Ruiz Gallard¨®n y Ana Botella con semejante nomencl¨¢tor es, en cambio, f¨¢cil de entender; y coherente: ahora mismo, el PP de la se?ora Aguirre sigue siendo contrario a la desfranquizaci¨®n en marcha. La cabra tira al monte...
Subrayemos que los nombres de las 27 calles en cuesti¨®n no son los de oscuros funcionarios, discretos e inocuos servidores de la dictadura que sojuzg¨® a Espa?a durante cuatro d¨¦cadas, o bien personajes a los que, con ser franquistas, quepa atribuir alg¨²n m¨¦rito extrapol¨ªtico. No. Se cuenta entre ellos lo m¨¢s granado del generalato ¡ªo del coronelato¡ª golpista de 1936: Saliquet, Moscard¨®, Yag¨¹e, Varela, Mola, Orgaz, Sagard¨ªa (alias el carnicero del Pallars), Mill¨¢n Astray, Fanjul, D¨¢vila, Asensio, Garc¨ªa de la Herr¨¢n, Mu?oz Grandes...). Y tambi¨¦n un par de ministros de Franco durante la feroz posguerra: Jos¨¦ Mar¨ªa Fern¨¢ndez-Ladreda y Men¨¦ndez-Vald¨¦s, y Eduardo Aun¨®s P¨¦rez.
Pero incluso los nombres aparentemente menos conocidos, aquellos que, para la ciudadan¨ªa m¨¢s joven y/o profana, pueden parecer neutros, no lo son en absoluto. Veamos. La plaza de los Hermanos Falc¨® y ?lvarez de
Toledo est¨¢ dedicada a Manuel (duque de Fern¨¢n-N¨²?ez) y Trist¨¢n (conde de Barajas), militares ultramon¨¢rquicos, el segundo de los cuales fue el ejecutor del fusilamiento del alcalde y otros catorce dirigentes republicanos de Le¨®n.
Juan Pujol Mart¨ªnez fue un periodista de ultraderecha, conspirador antirrepublicano y jefe de Prensa y Propaganda de la Junta de Burgos. El capit¨¢n Cort¨¦s (Santiago Cort¨¦s Gonz¨¢lez) era un oficial golpista de la Guardia Civil, jefe del reducto faccioso de Santa Mar¨ªa de la Cabeza (Ja¨¦n) y figura clave de la mitolog¨ªa heroica del franquismo. En cuanto a la calle de los Hermanos Garc¨ªa Noblejas, homenajea a una familia de militantes falangistas, algunos de ellos combatientes de la Divisi¨®n Azul bajo uniforme nazi y juramento de lealtad a Hitler. Que, en 2016, un partido pol¨ªtico democr¨¢tico y de gobierno todav¨ªa pretenda mantener tales nombres en la trama viaria de la capital del Estado resulta un esc¨¢ndalo y una verg¨¹enza.
En cuanto a las propuestas substitutorias hechas por el Comisionado, me parecen en conjunto correctas, inteligentes e incluso provistas de sutil iron¨ªa. ?O no la tiene reemplazar al general Mu?oz Grandes, combatiente en la estepa rusa contra el bolchevismo, por Marcelino Camacho? ?O al siniestro Juan Pujol por el delicado escritor y periodista Corpus Barga? El recambio de una tropilla de militares y civiles que se levantaron en armas contra la democracia por gentes como los escritores Arturo Barea, Max Aub o Edgar Neville, la feminista Mercedes Formica, el periodista Manuel Chaves Nogales, incluso por el teniente de la Guardia de Asalto Jos¨¦ Castillo, cuyo asesinato a manos de la extrema derecha desencaden¨® el de Jos¨¦ Calvo Sotelo, protom¨¢rtir del inmediato Alzamiento, constituye una reparaci¨®n hist¨®rica digna de elogio.
Un ¨²nico reproche, quiz¨¢: no haber encontrado un hueco para el capit¨¢n aviador e ingeniero Virgilio Leret Ruiz, el primer militar leal a la Rep¨²blica ejecutado por los alzados en Melilla, cuya esquela, tan grande como conmovedora, podemos ver en EL PA?S, indefectiblemente, cada 17 de julio.
Pero los miembros del Comisionado madrile?o de la Memoria Hist¨®rica merecer¨ªan el aplauso aunque s¨®lo fuese por una de sus propuestas, que es todo un golpe de genio: la de reemplazar la calle del general Mill¨¢n Astray, el brutal africanista demediado, el maestro de Franco, el coprotagonista del famoso incidente salmantino con Unamuno, el autor del grito "?Muera la inteligencia y viva la muerte!", por la calle... de la Inteligencia. Eso s¨ª es justicia po¨¦tica.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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