Las playas declaran la guerra a las sombrillas solitarias
La retirada de objetos colocados para reservar sitio junto al mar se extiende por la costa espa?ola
Cada d¨ªa al rayar el alba se libra una batalla silenciosa en las playas espa?olas m¨¢s concurridas para asegurarse un lugar lo m¨¢s cerca posible del agua. Hacia las siete de la ma?ana centenares de personas plantan el parasol, y a veces tambi¨¦n silla y mesas, antes de marcharse a hacer sus cosas. A veces no vuelven hasta cuatro horas despu¨¦s. Las quejas de residentes y veraneantes est¨¢ llevando a un n¨²mero creciente de Ayuntamientos de la costa del Mediterr¨¢neo a declarar la guerra a esta reserva de plazas, aprobando ordenanzas o aplicando las que ten¨ªan: "Hemos decidido dar un paso m¨¢s y hacer que la polic¨ªa local retire aquellos objetos que a primer¨ªsima hora de la ma?ana delimitan un espacio p¨²blico y lo convierten en un espacio privativo", afirma Jos¨¦ Manuel Prieto, concejal de Administraci¨®n de Gandia (Valencia), el ¨²ltimo lugar donde se ha puesto en marcha.
La medida ha sido bien recibida por la mayor¨ªa de veraneantes, seg¨²n cree Prieto y confirman varios residentes."Vengo cada ma?ana a pasear y veo mucha gente mayor que viene y coloca aut¨¦nticas empalizadas, todo en primera l¨ªnea. Y no me parece correcto", opina Carlos Peir¨® reci¨¦n salido del mar.
Admite la l¨®gica de la prohibici¨®n incluso Eusebio S¨¢nchez, de 73 a?os, pese a reconocer que muchas veces ha dejado "la sombrilla pinchada en la arena para reservar un puesto lo m¨¢s cerca del agua a la familia". "Si el Ayuntamiento lo hace para que los operarios que van con las m¨¢quinas allanando la arena no se encuentren con el problema de que hay sombrillas, soy el primero que le doy la raz¨®n. Ahora, si lo hacen para sancionar por el dinero, no lo veo razonable", comenta S¨¢nchez, que viene cada verano desde Torrijos (Toledo).
En Gandia, un municipio que ve crecer su poblaci¨®n de 75.000 personas en invierno a 300.000 en verano, el mero anuncio ha hecho que de la noche a la ma?ana las sombrillas solitarias desaparezcan. Al menos de momento. Y ello sin que se haya retirado a¨²n ninguna sombrilla ni se hayan impuesto multas, que pueden alcanzar 720 euros. "La difusi¨®n de las medidas ha hecho que cunda el ejemplo, que era lo que pretend¨ªamos y no hab¨ªamos conseguido con la simple informaci¨®n que hemos dado a la gente durante un mes", afirma el edil.
El problema de identificar al due?o
Retirar las sombrillas que no tienen nadie cerca, despu¨¦s de comprobar que sus due?os no se han alejado moment¨¢neamente o se est¨¢n ba?ando no es un problema, sobre todo a primera hora de la ma?ana, seg¨²n los responsables municipales. M¨¢s dif¨ªcil es, en cambio, imponer una multa.
El motivo, dice Pablo Escobar, de la Polic¨ªa Local de Torrox, es que a diferencia de un autom¨®vil, los parasoles no llevan identificaci¨®n. "Solo se puede multar si vienen a retirarlas. Y como la sanci¨®n puede ser de hasta 300 euros dependiendo de las circunstancias, el infractor prefiere abandonarla y comprarse otra".
Hay poblaciones como Gandia que tienen previstas multas muy superiores, de hasta 720 euros, pero el Ayuntamiento espera no tener que llegar a imponerlas. "La intenci¨®n de la iniciativa es pedag¨®gica m¨¢s que coercitiva", afirma el concejal Jos¨¦ Manuel Prieto. "Lo hacemos por civismo elemental y para garantizar que todo el mundo pueda disfrutar de la playa en las mismas condiciones".
Desde que el martes pasado entr¨® en vigor, el n¨²mero de quitasoles a primera hora del d¨ªa ha disminuido. Y los que se plantan tienen una persona al lado haciendo guardia.
Pero combatir el fen¨®meno no es sencillo. En Torrox (M¨¢laga), donde la retirada de sombrillas se efect¨²a por segundo verano, haciendo pagar 30 euros a los due?os que quieren recuperarlas, la disuasi¨®n no acaba de funcionar, seg¨²n Pablo Escobar, portavoz de la polic¨ªa local: "No todos est¨¢n de acuerdo. En la ¨²ltima intervenci¨®n hubo gente increpando a los polic¨ªas desde los balcones". La iniciativa de Torrox ha sido imitada por el vecino pueblo de Algarrobo y por Almu?¨¦car, en Granada.
Adem¨¢s de los madrugadores, en Torrox han detectado otra pr¨¢ctica que incumple la normativa local. "Hay gente que a mediod¨ªa se va a comer dejando las cosas en la playa, se echa su siesta fresquita en casa y vuelve a las seis o las siete de la tarde. Y estamos actuando sobre ello", afirma Escobar.
No ha durado mucho tampoco la disuasi¨®n en Torrevieja (Alicante), que el a?o pasado retir¨® la primera sombrilla e impuso a su due?o 150 euros de multa. "Durante un tiempo funcion¨®. Pero este verano la playa se ha vuelto a llenar", afirma el alcalde, Jos¨¦ Manuel Dol¨®n. El regidor reconoce que de momento no han vuelto a actuar por miedo, dice, a abrir una "guerra" en unas playas abarrotadas. "Pero lo haremos. La apropiaci¨®n de un espacio p¨²blico es inaceptable".
El perfil de quienes reservan con quitasoles un sitio en la arena a primera hora de la ma?ana responde al de personas mayores, sobre todo hombres, que veranean en un apartamento con la familia y llevan a?os acudiendo al mismo destino tur¨ªstico, con frecuencia a la misma zona de playa, coinciden fuentes de varios municipios.
El problema no existe en Mallorca, donde el peso de los hoteles es mayor y los turistas "utilizan m¨¢s sombrillas y hamacas de alquiler", apuntan desde el Ayuntamiento. Tampoco en Salou (Tarragona), donde la limpieza de las playas se realiza hacia las cinco de la ma?ana. "A esa hora las m¨¢quinas no encuentran sombrillas. Y hasta ahora no hemos considerado necesario regularlo", afirma un portavoz.
Las medidas para atajar la pr¨¢ctica se extienden r¨¢pidamente, en cambio, por la costa valenciana. Sagunto ha implantado la retirada de las sombrillas sin acompa?ante. Alicante y Benidorm proh¨ªben instalar parasoles antes de las ocho de la ma?ana. La misma hora que en Cullera (Valencia), un destino de apartamento tur¨ªstico donde el concejal de playas, Salvador Tortajada, describe la pugna que se vive cada ma?ana: "Cuando las m¨¢quinas acaban de limpiar empieza una carrera para ver qui¨¦n coge sitio antes. Algunos grupos est¨¢n organizados de forma que cada d¨ªa una persona guarda las cosas del resto. Tambi¨¦n hay quienes se hacen una parcela marc¨¢ndola en el suelo con la punta de la sombrilla".
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