Un h¨¦roe que quiso ser an¨®nimo
Un vecino de Majadahonda de 20 a?os resulta herido al mediar en una agresi¨®n a una mujer en pleno centro de la localidad. Pese a los tres dientes rotos, sigui¨® a su atacante, lo que permiti¨® identificarle y que se enfrente a dos juicios
![F. Javier Barroso](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0cf5fb59-eab8-46c8-bcca-f112a1a7846c.png?auth=a4a5a56abc078449e8165721b2b449479e5bd0384d1cd2f70900262c80af7937&width=100&height=100&smart=true)
A Pablo R. R., un vecino de Majadahonda de 20 a?os, no se le olvidar¨¢ la madrugada del pasado 24 de julio. Este joven sal¨ªa de pinchar en un local cuando vio c¨®mo un hombre agred¨ªa a una mujer. Le lanz¨® una lata de cerveza, la arroj¨® al suelo y le tir¨® del pelo. Al intentar mediar fue agredido: su agresor le parti¨® tres dientes, le da?¨® la nariz y el o¨ªdo y posiblemente sufra lesiones oculares. Eso no impidi¨®, sin embargo, que Pablo le siguiera y permitiera que fuera identificado por la Polic¨ªa Local. Ahora el agresor se enfrenta a dos procesos penales.
Pablo R. R. estudia realizaci¨®n de proyectos audiovisuales en el instituto Puerta Bonita, en Carabanchel. Gran aficionado a la m¨²sica, pincha en algunos locales. Tambi¨¦n ha hecho algunos trabajos como modelo, una faceta que pretend¨ªa potenciar antes de la agresi¨®n.
Alrededor de las 3.40 de la noche del pasado 24 de julio, acab¨® de pinchar en el restaurante de unos amigos y decidi¨® llevar todos los platos de mezclas y los discos a su casa. Hab¨ªa quedado con una amiga, pero prefiri¨® no ir cargado. Tras dejar su domicilio, enfil¨® la Gran V¨ªa de Majadahonda. ¡°Hab¨ªa cuatro o cinco hombres y uno de ellos le estaba tirando el contenido de una lata de cerveza y luego la propia lata a una mujer¡±, relata Pablo.
¡°Ya est¨¢ bien¡±
Cuando ya les hab¨ªa sobrepasado, se dio la vuelta y vio en ese momento cuando el atacante arroj¨® a la mujer al suelo tras zarandearla y la cogi¨® por el pelo. ¡°En ese momento, pens¨¦: ¡®Ya est¨¢ bien, basta ya, esto no se puede hacer¡¯. Por eso me dirig¨ª hacia ellos¡±, recuerda el vecino de Majadahonda. Cuando le recrimin¨® su actitud al hombre, un amigo de este le dijo que llamara a la polic¨ªa. El agresor le espet¨® que no se metiera en ese asunto, en el que no le iba nada.
¡°Siempre se habla mal de los j¨®venes¡±
Pablo R. R. se recupera de las lesiones que sufri¨® la madrugada del pasado 24 de julio. Hasta el momento se ha gastado varios cientos de euros en la reconstrucci¨®n de los dientes. Sigue sin o¨ªr bien y tiene la nariz taponada por el golpe. Tambi¨¦n duerme mal y est¨¢ pendiente de que le vea un psic¨®logo. ¡°?Si lo volver¨ªa a hacer? Desde luego, pese a todo lo que llevo pasado. Es impensable que se pegue a una mujer y que nadie, ni siquiera sus propios amigos, salgan a defenderla¡±, protesta el joven de Majadahonda.
Pablo quer¨ªa retomar su carrera de modelo. Hab¨ªa dise?ado un plan de entrenamiento en el gimnasio para mejorar a¨²n m¨¢s su forma f¨ªsica y en septiembre hacer un book fotogr¨¢fico y pasarlo a todas las agencias de Madrid. Todo eso se ha visto truncado por la agresi¨®n. De momento, sigue en tratamiento y con dolores y molestias corporales.
El joven ha decidido romper su silencio, tras pensarlo durante mucho tiempo. No cree que sea un h¨¦roe ni que haya hecho algo extraordinario. ¡°Lo que m¨¢s me ha animado a hacerlo ha sido el intentar cambiar la imagen que tienen mucha gente de los j¨®venes. No somos tan malos ni tan vagos como nos pintan. Hay gente muy comprometida, como en otras etapas de la vida¡±, concluye.
La mujer sali¨® corriendo y se par¨® en unos grandes maceteros que hay en esa calle. La rodearon otras mujeres, mientras Pablo llamaba a la polic¨ªa. ¡°Le dije que se tranquilizara, que ya hab¨ªa avisado, pero creo que ella ni se dio cuenta de lo que estaba pasando y me parece que ni siquiera me mir¨® a los ojos¡±, describe el majariego.
Pablo regres¨® sobre sus pasos para ver d¨®nde se hab¨ªa metido el agresor. Gracias a un testigo, pudo seguirle hasta un portal cercano en la Gran V¨ªa. All¨ª estaba con un amigo. El vecino le reproch¨® que huyera: ¡°O sea, ?pegas a una mujer y ahora te vas corriendo?¡±. La respuesta que obtuvo fue un tremendo golpe en la parte izquierda de la cabeza, que le provoc¨® perforaci¨®n de t¨ªmpano y graves secuelas auditivas. Antes de que pudiera reaccionar, su atacante le asest¨® otro golpe en la nariz, que le dej¨® noqueado. Empez¨® a sangrar de manera abundante.
Lo siguiente que recuerda Pablo es que estaba en el suelo y que su atacante le segu¨ªa golpeando. ¡°Puedes pegarme lo que quieras, pero no vas a cambiar lo que has hecho¡±, le dijo el joven al violento.
Cuando se levant¨®, Pablo se palp¨® la boca y comprob¨® que le hab¨ªan partido tres dientes y ten¨ªa las manos y la ropa manchadas de sangre. Adem¨¢s, le hab¨ªa roto el tel¨¦fono m¨®vil. Pese a ello, se levant¨® y comenz¨® a seguirle, mientras llamaba a la Polic¨ªa Local y a la Guardia Civil. El recorrido fue por las calles del Cid, Vasco de Gama, Do?a Jimena y Pelayo. Durante el trayecto, el atacante se enfrent¨® de nuevo a ¨¦l, pero el joven logr¨® convencerle para que no le hiciera nada.
Desembocaron en el parque de Col¨®n. Aqu¨ª el supuesto atacante dio varias vueltas a la caseta de los jardineros. Al poco el hombre sali¨® andando y regres¨® de nuevo a los edificios, mientras su perseguidor continuaba dando su ubicaci¨®n a la polic¨ªa.
¡°O sea, pegas a?una mujer y ahora te vas corriendo¡±,?le dijo al atacante
Justo cuando llegaron a la confluencia de la calle del Cid con Vasco de Gama, un coche patrulla de la Polic¨ªa Local vio al joven, que les hizo se?ales para que se dirigieran hacia ¨¦l. ¡°Nos separaron y cada uno dimos nuestra versi¨®n de lo que hab¨ªa ocurrido. A m¨ª me llevaron a un lado y a ¨¦l al otro. Despu¨¦s me atendieron en una ambulancia y fui al hospital a que me dieran un parte de lesiones¡±, recuerda Pablo.
Diligencias previas
Lo que m¨¢s sorprendi¨® a este joven es que el supuesto agresor, C. M. B., de origen boliviano y con residencia en Majadahonda, quedara en libertad pendiente de ser citado despu¨¦s por la Guardia Civil y por el juez. ¡°Despu¨¦s me dijeron que con mi declaraci¨®n le deber¨ªan haber detenido en el momento¡±, explica el joven.
En un principio, Pablo acudi¨® al Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de Majadahonda por un juicio r¨¢pido por un delito leve (antiguas faltas) de lesiones. Sin embargo, el titular de este juzgado, el magistrado Gregorio Mar¨ªa Callejo Hernanz, decidi¨® abrir diligencias previas por delito y remitir la parte de la agresi¨®n al Juzgado n¨²mero 7 de la localidad, especializado en casos de violencia contra la mujer, por si fuera constitutivo de delito tambi¨¦n de lesiones hacia su novia.
El supuesto agresor asegura que su novia estaba ebria?y ¨¦l solo la ayud¨®
El detenido declar¨® en el juzgado que no agredi¨® a su pareja, en contra del testimonio de Pablo. Seg¨²n este, la mujer ¡°estaba un poco bebida¡± y ¨¦l no quer¨ªa que bebiera m¨¢s y se marchara para casa. ¡°La agarr¨¦ por el brazo y ella se cay¨® porque llevaba tacones. Yo la ayud¨¦ para levantarse¡±, afirm¨® ante el magistrado. Despu¨¦s se march¨® a su casa solo, pero nadie le abri¨®. Al poco lleg¨® un joven (supuestamente Pablo), que le estaba grabando con el m¨®vil. ¡°Corr¨ª para despistarle y el chico me segu¨ªa. Al ver a la polic¨ªa me par¨¦¡±, a?adi¨®, mientras reiter¨® que no hab¨ªa agredido a su novia en ning¨²n momento. ¡°No le roci¨¦ con cerveza. Quiz¨¢s al caerse al suelo la tir¨¦ un poco encima. Tampoco pegu¨¦ al chico y no s¨¦ por qu¨¦ se ha roto tres dientes y tiene el o¨ªdo perforado¡±, mantuvo C. M. B. en la sede judicial. Tambi¨¦n a?adi¨® que nadie le recrimin¨® nada.
El investigado (antiguo imputado) tiene que comparecer cada 15 d¨ªas en el juzgado.
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![F. Javier Barroso](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0cf5fb59-eab8-46c8-bcca-f112a1a7846c.png?auth=a4a5a56abc078449e8165721b2b449479e5bd0384d1cd2f70900262c80af7937&width=100&height=100&smart=true)