Enganchados al huerto
Madrid esconde 17 huertas comunitarias, a las que se unen una veintena m¨¢s en 2017. En ellos, los vecinos aprenden la vida del hortelano
Todas las sesiones empiezan igual: sombrero a la cabeza y regadera en mano. Se re¨²nen, primero, para repasar las tareas del d¨ªa, que n agosto no son m¨¢s de una docena. ¡°Tenemos que regar la zona de las lombardas que le falta agua¡±, dice uno. ¡°Y recolectar, que nos han salido un mont¨®n de cosas ya¡±, apuntan todos. Es el resultado de llevar desde enero preparando su huerto, el de todos. ¡°Empiezan como en un lienzo en blanco¡±, se?ala la educadora ambiental Diana P¨¦rez, encargada de dirigirlos en este terreno de El Retiro. Ya han cumplido todos los pasos, desde el principio: preparar el suelo, decidir qu¨¦ van a cultivar, dise?ar qu¨¦ cultivos ir¨¢n en bancales y cu¨¢les en surcos, instalar el riego por goteo, hacer el semillado y el plant¨®n, aprender a prevenir plagas y a cultivar sin utilizar fitosanitario. Han estado ocho meses trabajando duro y ahora, en verano, llega la recompensa: la recolecta de ajos, perejil, pimientos, lechugas¡ Tienen el huerto a rebosar.
No todos conoc¨ªan esta actividad y el perfil de los hortelanos urbanitas son muy variados: de j¨®venes a mayores, de funcionarios a jubilados, de pueblo y de ciudad. Aqu¨ª todos caben. ¡°Para unos es empezar algo totalmente nuevo y con otros nos toca lidiar porque no paran de decir: ¡®en mi pueblo no se hace as¨ª¡¯¡±, explica ri¨¦ndose P¨¦rez. Vengan de donde vengan, todos se mueven ya como expertos entre las berenjenas, los tomates y las lombardas. Luis P¨¦rez, de 44 a?os, solo hab¨ªa hecho un par de cursos antes de lanzarse a esta experiencia: ¡°Es incre¨ªble cuando coges los tomates y saben a tomate. Y adem¨¢s son los tuyos: los que t¨² has cuidado, regado y cogido de la planta¡±.
Solo 50 personas pueden participar en este curso anual hasta diciembre. Son elegidos por sorteo debido al alto n¨²mero de interesados que hay cada a?o. ¡°Hemos recibido hasta 500 peticiones¡±, explica Rafa Ruiz, jefe del departamento de Educaci¨®n Ambiental del Ayuntamiento de Madrid. ¡°Hemos tenido much¨ªsima suerte en poder hacerlo. Es una maravilla. Mi parte favorita es semillar, me da much¨ªsima tranquilidad ir metiendo la tierra en todas sus macetitas", cuenta Paqui Ju¨¢rez, de 50 a?os.
Lo dicen los alumnos y las educadoras: las plantas no son la parte m¨¢s importante en el huerto: ¡°Es la socializaci¨®n, sin duda. Esto une a muchas personas que comparten un modo distinto de ver la vida, de hacerla m¨¢s sostenible¡±. ¡°Conoces a mucha gente que est¨¢ m¨¢s pr¨®xima a la naturaleza¡±, razona Gonzalo Sempr¨²n, qu¨ªmico de 65 a?os ya jubilado, que se est¨¢ encargando de documentar fotogr¨¢ficamente todo el proceso. Desde el Ayuntamiento saben que ese es uno de los puntos fuertes: ¡°Es una actividad social y relacional. Un punto de encuentro entre vecinos¡±, explica Ruiz.
Durante las dos horas que est¨¢n al d¨ªa, cada uno de los participantes sabe lo que tiene que hacer. Mientras unos recogen las malas hierbas para d¨¢rselas de comer a las gallinas, otros quitan a mano los zapateros que se han quedado en las lombardas y algunos del grupo est¨¢n en el invernadero sacando las semillas de los mejores tomates que han recolectado. ¡°Son para los del curso siguiente, cuanto mejores sean nuestras semillas, mejores tomates les saldr¨¢n a ellos¡±, explica Diana P¨¦rez.
Estamos en agosto y el final se acerca. A estas alturas ya empiezan a llegar las mismas preguntas de todos los a?os: ¡°?Podemos repetir un a?o m¨¢s?". A las educadoras les da tanta pena como a ellos ¡ª¡°te encari?as¡±¡ª, pero la respuesta es clara: ¡°No, llega una nueva remesa de hortelanos¡±. P¨¦rez lo explica: ¡°Mientras siga habiendo tanta demanda, lo justo es que cada a?o entre gente nueva¡±. Pero no les dejan sin nada, sino que les orientan para que se integren, si as¨ª quieren, en uno de los 17 huertos comunitarios que hay ya por todo Madrid o alguno de los 21 que se inauguran en 2017. Casi todos tienen claro que van a seguir: ¡°El huerto engancha¡±.
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