Prevenir, cuidar, empoderar

Pocos problemas han sido hist¨®ricamente tan comunes, y a la vez tan ignorados y estigmatizados, como los relacionados con la salud mental, durante muchos a?os alimentados por el desconocimiento y el silencio que se impon¨ªa en la familia y en la sociedad, ?y todav¨ªa hoy!

En buena parte por eso durante mucho tiempo la salud mental ha sido la Cenicienta de los sistemas de atenci¨®n sanitaria y social; es m¨¢s, ha sido arrinconada como una parte peque?a y marginal de estos, a pesar de que son muchos los actores con tradici¨®n en el trabajo para la mejora de la salud mental en la ciudad. Hace m¨¢s de 30 a?os que las entidades de la sociedad civil dan respuesta a las personas afectadas y a sus familias, y trabajan en el ¨¢mbito de la prevenci¨®n y la promoci¨®n de la salud mental, y lo han hecho con recursos limitados y apoyos insuficientes.

Hasta ahora la salud mental no se ha concebido como un instrumento clave del bienestar y de la felicidad del conjunto de ciudadanos y ciudadanas. Pero en realidad se trata de una necesidad no solo muy com¨²n, sino tambi¨¦n desgraciadamente creciente en nuestras sociedades, al ritmo al que lo hacen las desigualdades. Las enfermedades mentales pueden afectar a cualquier persona, pero hay determinados grupos sociales que son m¨¢s vulnerables: las mujeres, las personas en situaci¨®n de paro o precariedad laboral, las personas sin hogar, las v¨ªctimas de violencia machista, las personas inmigradas, refugiadas, las personas grandes solas, etc. ?C¨®mo no tiene que afectar a tu salud mental y estado de ¨¢nimo ver como pasan los meses, los a?os, y no encuentras trabajo? Qu¨¦ angustia ver que se acerca el d¨ªa del desahucio y no saber d¨®nde dormir¨¢n ma?ana tus hijos. Qu¨¦ estado de nervios no poder encender la luz por miedo a que te corten el suministro o tener que hacer malabarismos para llegar a fin de mes...

Tambi¨¦n hay una estrecha relaci¨®n entre nuestra salud mental y el entorno urbano en el que vivimos. En una sociedad con un creciente individualismo nos encontramos cada vez con m¨¢s personas aisladas y solas y que perciben la ciudad como un entorno hostil. Aqu¨ª tambi¨¦n podemos hacer mucho para generar instrumentos y espacios que rompan estas din¨¢micas en la ciudad. Tambi¨¦n el aumento de la presi¨®n sobre los servicios de salud, sociales, educativos, ha condicionado fuertemente la capacidad de acompa?ar, apoyar y contener el malestar emocional y las dificultades que est¨¢n sufriendo muchos vecinos y vecinas de la ciudad.

Por esa raz¨®n el pasado 20 de julio se presentaba el primero Plan de salud mental de Barcelona con el objetivo de promover la salud mental y prevenir y atender las enfermedades mentales con la finalidad de mejorar el bienestar psicol¨®gico y la calidad de vida de toda la poblaci¨®n. Han sido ocho meses intensos de preparaci¨®n para much¨ªsima gente con ilusi¨®n y altas expectativas, como tiene que ser. Ha sido un trabajo en equipo, coprodu?do entre el Ayuntamiento donde se han implicado las diferentes ¨¢reas, administraciones y entidades sociales. Donde las protagonistas han sido personas enfermas, sus familias, el tejido social y otras instituciones. Son muchos a?os de ausencia de una pol¨ªtica integral de salud mental en el ¨¢mbito de la ciudad.

Pero ha merecido la pena para incorporar este nuevo enfoque, m¨¢s amplio, integral y basado, como toda la pol¨ªtica de este gobierno municipal, en la garant¨ªa de derechos. Un enfoque que podemos resumir con ¡°prevenir, cuidar y empoderar¡±.

Prevenir, actuando sobre las condiciones de la vida cotidiana de las personas, con una perspectiva de ciclo de vida y una atenci¨®n especial a los grupos con m¨¢s vulnerabilidad y sobre los determinantes sociales de la salud y los entornos de las personas. Hace falta una atenci¨®n y detecci¨®n precoz en el proceso de desarrollo de los ni?os y dotar de recursos de apoyo a la poblaci¨®n infantil, adolescente y adulta joven, para evitar la cronificaci¨®n o la que se agudice la problem¨¢tica.?

Cuidar para garantizar servicios accesibles, seguros y eficaces para satisfacer las necesidades f¨ªsicas, psicol¨®gicas y sociales de las personas con problemas de salud mental y de sus familias. Esto implica ampliar los servicios de atenci¨®n mental, sobre todo donde son m¨¢s necesarios, es decir, en los barrios con m¨¢s dificultades socioecon¨®micas y tambi¨¦n ampliar la intensidad de su atenci¨®n. Hay que mejorar el bienestar psicol¨®gico de la poblaci¨®n y reducir la prevalencia de problemas de salud mental y promover el acceso y el mantenimiento de la ocupaci¨®n as¨ª como los servicios de vivienda para facilitar la inclusi¨®n social de las personas con enfermedad mental. Pero cuidarnos tambi¨¦n los unos a los otros, una ciudad amable, que promueva el cuidado y los v¨ªnculos comunitarios ante la creciente soledad y aislamiento.

Y empoderar, garantizando el respeto a los derechos de las personas con problemas de salud mental, ofreciendo acceso a las oportunidades para conseguir una buena calidad de vida y luchando contra el estigma y la discriminaci¨®n a que est¨¢n sometidas. Tenemos que pasar de la l¨®gica de diagnosticar y etiquetar a las personas con enfermedad mental aislando el problema y la persona a abordar la salud mental desde una perspectiva integral y comunitaria.

Es la primera vez que se hace un plan de salud mental en Barcelona. Involucra a toda la ciudad: hay que hacer de Barcelona una ciudad m¨¢s saludable, creando condiciones facilitadoras de la salud mental, situando el foco especialmente en aquellas personas que viven las situaciones de m¨¢s vulnerabilidad social y facilitando tambi¨¦n que las personas con trastornos mentales puedan desarrollar un proyecto de vida lo m¨¢s aut¨®nomo posible y con garant¨ªas de respeto a sus derechos de ciudadan¨ªa y a que sus familias encuentren tambi¨¦n el apoyo necesario. Un 12% de los barceloneses y barcelonesas sufre o sufrir¨¢ alg¨²n trastorno mental a lo largo de su vida: la salud mental es cosa de todos y todas.

Por supuesto, esta es una estrategia compartida que representa un compromiso mutuo entre el Ayuntamiento, las instituciones y las entidades de la ciudad para desarrollar acciones de prevenci¨®n y mejora de la atenci¨®n en salud mental y porque las personas afectadas puedan participar con igualdad de oportunidades y sin discriminaci¨®n en una ciudad de derechos. Ellas son las protagonistas, no solo en la definici¨®n del plan , sino tambi¨¦n en la implementaci¨®n y en el seguimiento, y los coprotagonistas somos el resto: las instituciones, las entidades, las familias, que tambi¨¦n han sido determinantes mucho tiempo, demasiado solas, abordando esta problem¨¢tica, que se ha vivido mucho en silencio.

Asimismo, tenemos que avanzar para que se comprometan tantos actores como sea posible porque la salud mental es un asunto de todo el mundo. Si queremos que Barcelona sea una ciudad promotora de derechos y de bienestar tenemos la obligaci¨®n de seguir adelante con este compromiso y el cambio de planteamiento que representa. En definitiva, donde hab¨ªa dejadez, prioridad; donde hab¨ªa estigma, dignidad; donde hab¨ªa silencio, empoderamiento.

Laia Ortiz, Tenienta de Alcaldia de Derechos Sociales y Gemma Tarafa, Comissionada de Salud .