Los vecinos de la calle de Estocolmo se resisten al nuevo Mercadona
Un grupo de vecinos de San Blas protesta contra la edificaci¨®n del supermercado
Los vecinos de la calle de Estocolmo, en el barrio madrile?o de San Blas, contin¨²an movilizados contra la edificaci¨®n del supermercado de Mercadona. En los ¨²ltimos meses presentaron alegaciones al plan especial para las parcelas situadas donde el grupo quiere ubicar el supermercado, al considerar que la v¨ªa es demasiado estrecha para su instalaci¨®n. Desde el punto de vista legal, la nueva obra respeta todos los requisitos para su construcci¨®n y cuenta con el aval del Ayuntamiento, que en julio vot¨® en favor de su puesta en marcha.
"Hab¨ªa una propuesta vecinal leg¨ªtima, que entendimos y que quer¨ªamos escuchar. En julio solicitaron que se dejara encima de la mesa, se solicit¨® un informe aclaratorio, y en julio lo volvemos a someter a votaci¨®n en este pleno, y que sea el pleno quien decida este expediente". As¨ª expres¨® el delegado del gobierno municipal del ?rea de Desarrollo Sostenible, Jos¨¦ Manuel Calvo, la posici¨®n del Consistorio antes de que Ahora Madrid votara en el pleno municipal de julio, con la abstenci¨®n del PP y la oposici¨®n de PSOE y Ciudadanos, a favor de la edificaci¨®n del supermercado Mercadona en la calle Estocolmo en San Blas.
Un grupo de vecinos del barrio hab¨ªan presentado en los meses anteriores a la votaci¨®n alegaciones al plan especial para las parcelas situadas en la calle de Estocolmo, donde se ubicar¨¢ el nuevo hipermercado. Estas alegaciones fueron secundadas con la firma de 400 vecinos del barrio (el distrito de San Blas-Canillejas tiene un poblaci¨®n de 153.372), seg¨²n explica Vicente P¨¦rez Quintana, presidente de la Federaci¨®n Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM). En las alegaciones, los vecinos consideran que la calle es estrecha (tiene solo un carril) y consideran la zona de uso residencial y silenciosa por lo que opinan que no es el lugar id¨®neo para edificar una obra de esta naturaleza.
¡°Se trata de un tema muy puntual y concentrado en esta zona¡±, describe P¨¦rez Quintana, quien reconoce que, particularmente en la calle de Estocolmo, el sentimiento de oposici¨®n al nuevo supermercado es difundido. En algunas ventanas de la v¨ªa cuelgan a¨²n los carteles de la protesta. Estibaliz Molina, de 31 a?os, pasea con su bebe por la zona. Se mud¨® al barrio hace poco, en busca de tranquilidad. No ve necesario construir un nuevo supermercado, aunque se muestra m¨¢s esc¨¦ptica sobre los efectos negativos de la nueva instalaci¨®n: ¡°La cuesti¨®n es que la calle es muy peque?a y los viernes quiz¨¢s s¨ª que habr¨¢ problemas¡±.
M¨¢s cr¨ªticos son los trabajadores de las tiendas colindantes. Cuando abre las puertas un competidor fuera de serie, como lo es un supermercado frente a las tiendas hist¨®ricas del barrio, los comerciantes son los primeros que muestran su reticencia. ¡°La gente de la zona pag¨® 400.000 o 500.000 euros por unos chalets tranquilos y ahora tendr¨¢n al lado de su casa un supermercado, con camiones que descargar¨¢n en una calle peque?a durante todas las horas de la madrugada¡±, asevera Gema B., trabajadora de una tienda del barrio. En su opini¨®n, los precios m¨¢s bajos del supermercados afectar¨¢n al negocio de los establecimientos cercanos.
Los vecinos del barrio est¨¢n convencidos de que, despu¨¦s de la construcci¨®n del estadio de la Peineta, el nuevo supermercado ser¨¢ otra gota m¨¢s en el proceso que terminar¨¢ por ahuyentar su tranquilidad. No obstante, reconocen que generar¨¢ empleo y actividad econ¨®mica en la zona, tal y como ocurri¨® con la apertura de otros supermercados y centros comerciales. En el ¨²ltimo supermercado abierto por Mercadona en la Comunidad de Madrid (en la calle de Jos¨¦ Vasconcelos, 4), la compa?¨ªa realiz¨® una inversi¨®n de 3,3 millones y dio trabajo a 55 empleados. En su construcci¨®n participaron una media de 30 proveedores, que han dado empleo a m¨¢s de 120 personas durante la fase de obra, seg¨²n informa el grupo en su portal.
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