Condenas de hasta 36 a?os por vejar a indigentes y quedarse con sus pensiones
La Audiencia de A Coru?a halla culpables a dos matrimonios de feriantes, vecinos de Culleredo, de los delitos de trata de seres humanos, maltrato, hurto, lesiones y tenencia de armas
Dos hombres y dos mujeres de entre 29 y 30 a?os, vecinos de la localidad coru?esa de Culleredo, tres de ellos de nacionalidad portuguesa, han sido condenados por la Audiencia de A Coru?a a penas de hasta 36 a?os de prisi¨®n por enga?ar a cuatro personas en situaci¨®n de riesgo de exclusi¨®n social y con limitaciones f¨ªsicas o ps¨ªquicas a los que somet¨ªan a trabajos degradantes y obligaban a ejercer la mendicidad, adem¨¢s de quedarse con las pensiones o las ayudas p¨²blicas que recib¨ªan.
Seg¨²n la sentencia, los dos principales acusados, de com¨²n acuerdo, Joaqu¨ªn D.A. y Andr¨¦ D.A., decidieron ejecutar un plan que consist¨ªa en ganarse la confianza de estas personas indigentes para ofrecerles la posibilidad de colaborar con ellos en una serie de trabajos con la promesa de pagarles un sueldo pero sin llegar a concretar las condiciones laborales ni econ¨®micas.
Sostiene el fallo que una vez enga?ados, ¡°alojaban a sus v¨ªctimas en unos habit¨¢culos en condiciones higi¨¦nicas lamentables, maltrat¨¢ndolas f¨ªsica y psicol¨®gicamente¡± sin que pudiesen poner fin a esa situaci¨®n. ¡°El ambiente de hostigamiento era tal que les imped¨ªa tomar decisiones por s¨ª mismas¡±, incide el tribunal.
En la sentencia queda probado que los cuatro acusados (Joaqu¨ªn D.A., casado con Mar¨ªa Sandra N.M. y hermano de Sandra D.A., mujer de Andr¨¦ D.A.), a finales de 2010 y al menos hasta principios de 2015, obligaron a los cuatro indigentes a realizar trabajos de limpieza y otros relacionados con las atracciones de ferias que gestionaban, ¡°generando hacia ellos un ambiente de agresividad, tanto f¨ªsica como verbal, con unas condiciones de vida absolutamente precarias y carentes de la m¨ªnima dignidad.¡±
Describe la sentencia que ¡°los indigentes ten¨ªan que dormir en cajas de camiones o en galpones, sin acceso a un cuarto de ba?o o agua caliente para lavarse, tratando as¨ª de doblegar la voluntad de estas personas y generando en ellas una situaci¨®n de miedo que les imped¨ªa no s¨®lo negarse a realizar las tareas que les encomendaban sino tambi¨¦n tomar la decisi¨®n de marcharse ante el temor a las represalias¡±.
El primero de los casos surge en unas fiestas en la localidad de Malpica, cuando Joaqu¨ªn ofreci¨® trabajo a su primera v¨ªctima, de 55 a?os, que cobraba una pensi¨®n de 400 euros por tener un grado de minusval¨ªa del 67% y con un diagn¨®stico de esquizofrenia paranoide. Adem¨¢s de sufrir maltrato, le obligaron a pedir limosnas por la calle para quedarse con todo lo que recaudaba.
En 2011, convencieron a otra v¨ªctima que padec¨ªa diversas patolog¨ªas f¨ªsicas y ps¨ªquicas derivadas de un accidente laboral por lo que tambi¨¦n era pensionista. Meses despu¨¦s, ambos matrimonios sometieron a otros dos indigentes enfermos, de 60 a?os, a las mismas vejaciones. Aunque lograron denunciar en el juzgado el maltrato que sufrieron, ambos testigos fallecieron antes de la celebraci¨®n del juicio.
¡°En una de las ocasiones en las que trat¨® de escaparse, Sandra, la mujer de Joaqu¨ªn, tras darle alcance, lo golpe¨®. Asimismo en otra ocasi¨®n Sandra, quien m¨¢s de una vez se dirigi¨® a ¨¦l con el calificativo de perro, lo golpe¨® tambi¨¦n con una escoba¡±, recoge la sentencia para referirse al caso de una de las v¨ªctimas fallecidas.
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