Los a?os de Variedades

El Centro Cultural Conde Duque acoge, hasta el 18 de septiembre, Intermedios. La cultura esc¨¦nica en el primer tercio del siglo XX espa?ol, una de las muestras m¨¢s deslumbrantes de todo ese periodo, protagonizado por actrices, artistas circenses, bailaores, escen¨®grafos, titiriteros, creadores de efectos especiales y dem¨¢s figuras de lo que se llam¨® ¡®Variedades¡¯.

¡°La exposici¨®n recorre algunos episodios concretos de la cultura esc¨¦nica de principios de siglo¡±, explica la comisaria Aurora Herrera, que ha contado con el apoyo de Acci¨®n Cultural Espa?ola, organizadora de esta gran investigaci¨®n que ha llevado dos a?os de trabajo. ¡°El p¨²blico que asista va a poder encontrar una serie de disciplinas que se van interrelacionando con los principales artistas de la ¨¦poca¡±. Un viaje a un pa¨ªs que vio c¨®mo la cultura llegaba a todas las capas de la sociedad y que tuvo que interrumpir aquel momento de excitaci¨®n debido a una contienda civil.

Manifestaciones art¨ªsticas como el teatro, el cine, el flamenco, la revista, el music hall o el circo se alimentaban entre ellas de manera transversal, situ¨¢ndose en el marco temporal de lo que com¨²nmente se ha llamado Edad de Plata, que tuvo en la literatura y en las generaciones del 98, 14 y 27 su m¨¢ximo exponente, como indica Herrera. Sin embargo, todas las dem¨¢s artes se van a ver influidas por esa efervescencia, donde conviven libremente el folclore, el carnaval y el surrealismo.

¡°De esa experimentaci¨®n con las diferentes artes esc¨¦nicas y sus subg¨¦neros se desprende un car¨¢cter l¨²dico dominante, se consuma una visi¨®n propia y tragic¨®mica del sentido del humor y se da una suerte de confluencias entre territorios po¨¦ticos y visuales, que invaden el g¨¦nero del espect¨¢culo en su dimensi¨®n m¨¢s amplia¡±, apunta la investigadora en el cat¨¢logo, que hace un gui?o a las revistas de la ¨¦poca -como Blanco y Negro o Mundo Gr¨¢fico- e intercala en su dise?o anuncios de esos a?os junto a relatos y art¨ªculos de fondo sobre los principales protagonistas del periodo: el cine seminal de Benito Perojo, el arte ef¨ªmero de Antonio Accame, los fandangos de La Argentinita, el teatro de Catalina B¨¢rcena o los textos y acciones de Ram¨®n G¨®mez de la Serna.

La exhibici¨®n, aunque de aspecto te¨®rico y monumental -cuenta con m¨¢s de 400 obras entre carteles, dibujos, recortes de prensa, fotograf¨ªas y objetos-, tambi¨¦n tiene un alto componente did¨¢ctico y audiovisual, siendo el cine y el documental los principales soportes utilizados. De esta manera, podemos encontrar desde retratos de grandes bailarinas, cantantes y cupletistas como Celia G¨¢mez, Raquel Meller y Concha Piquer, a figurines y bocetos realizados para La zapatera prodigiosa, de Federico Garc¨ªa Lorca, pasando por marionetas y t¨ªteres pertenecientes a la colecci¨®n de Paco Sanz, el m¨¢s c¨¦lebre ventr¨ªlocuo espa?ol de aquellos a?os. Artes vivas que muestran sin ning¨²n tapujo unas nuevas formas de entretener, rompiendo con los formatos tradicionales y apostando por v¨ªas m¨¢s libres, que cuentan con una enorme respuesta popular.

En todo caso, Herrera advierte que ¡°la transformaci¨®n que se produjo en pa¨ªses como Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia o la Uni¨®n Sovi¨¦tica durante la ¨¦poca en que transcurre la exposici¨®n fue m¨¢s significativa y radical que en Espa?a¡±. Por eso resulta tan significativo el trabajo realizado en Intermedios, que permite reflexionar y contextualizar, adem¨¢s de rescatar del olvido, disciplinas que en su momento fueron menospreciadas y catalogadas de menores y fr¨ªvolas.