Secuestradores de casas
Bandas organizadas ocupan viviendas y extorsionan a sus propietarios para marcharse
Bruno ha pasado el mes de agosto con su familia y unos amigos en una casa con piscina en Castelldefels. La vivienda no era suya. Los propietarios la ten¨ªan en venta y contaban con ella para comprar una nueva, pero ¨¦l la ocup¨®. Entr¨® por la noche, cambi¨® la cerradura y se hizo fuerte hasta que le pagaron varios miles de euros que exigi¨® para marcharse. Ese mismo d¨ªa se meti¨® en otra casa fant¨¢stica en la que pas¨® algunos d¨ªas hasta que logr¨®, de nuevo, extorsionar a sus propietarios para poner rumbo con los cuatro bultos que lleva a cuestas (varios colchones, un barril de cerveza, una bicicleta¡) hasta una nueva. Y as¨ª, haciendo caja de chal¨¦ en chal¨¦, y logrando los privilegios p¨²blicos que conlleva tener residencia fija, aunque sea solo a donde llegan las citaciones judiciales, sigue este vecino uruguayo de Castelldefels (Barcelona) y el grupo que le acompa?a. Saben que siempre ser¨¢ m¨¢s rentable para los propietarios pagar lo que piden, que esperar la resoluci¨®n de un largo y costoso proceso judicial.
En Castelldefels un mismo grupo ha ocupado tres casas este verano
Esa es la base de un negocio que nada tiene que ver con los movimientos sociales o los habitualmente injustos desahucios que suceden tambi¨¦n a diario. Sin embargo, se ampara en la misma legislaci¨®n y utiliza los resortes del derecho a la vivienda para funcionar. La polic¨ªa, a menos que les pille in fraganti forzando la cerradura, no puede hacer nada con esta banda (uno de ellos con antecedentes) ni con ninguna de las que operan en toda Espa?a: se acercan al lugar, certifican que viven ah¨ª y, en ocasiones, incluso recomiendan negociar a los propietarios. De ah¨ª, en parte, el ¨¦xito de empresas privadas que intermedian con estos ocupas ¡°con c¡±, como les definen fuentes policiales. Una pr¨¢ctica que m¨¢s que a una ocupaci¨®n, recuerda a un secuestro.
Estas bandas encuentran en los resquicios de la ley y en la lentitud del proceso judicial un fil¨®n para la extorsi¨®n. El tiempo que un juez tarda en determinar si se trata de un caso de usurpaci¨®n de vivienda puede llegar a ser el mismo que el del desahucio de una familia que no puede pagar el alquiler o la hipoteca y permanece en la casa por necesidad. Y todav¨ªa se alarga m¨¢s si el proceso va por la v¨ªa penal. ¡°Si hay un cambio de cerradura hecho ya no puedes entrar. El acceso a esa vivienda es inviolable¡±, se?ala Toni Garriga, abogado experto en derecho inmobiliario del bufete Navarro Advocats. De hecho, si el propietario accediese a su domicilio incurrir¨ªa en un posible allanamiento de morada, y si cortase los suministros de agua y luz se podr¨ªa considerar un delito de acoso inmobiliario. Ninguno de los afectados de Castelldefels, que ya recibieron amenazas por parte de los ocupas, ha querido dar su nombre ni hacer declaraciones por miedo a represalias.
Mientras tanto, y despu¨¦s de un verano ajetreado, Bruno tiene ya una tercera vivienda. No se marchar¨¢ hasta que consiga un trabajo o le devuelvan el pasaporte que la justicia le retir¨® por agredir a una persona, cuenta por tel¨¦fono. Seg¨²n explican los vecinos, la madre de uno de ellos vive en un apartamento alquilado y les lleva comida a cada nueva casa en la que entran. ¡°Es surrealista. Llevan una vida normal, entran y salen... pero todo en la casa de otro. Y la polic¨ªa no interviene¡±, denuncia una vecina que pide no revelar su nombre.
Los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Catalu?a alertan de un aumento del 15% anual de este tipo de casos
El fen¨®meno se reproduce en toda Espa?a, pero Catalu?a se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en el epicentro de estas pr¨¢cticas. El presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad de Catalu?a, Joan Oll¨¦, cree que es una ¡°cuesti¨®n altamente preocupante¡±. ¡°Ha crecido enormemente. Cada a?o hay alrededor de un 15% m¨¢s, y siempre en casos que no son por necesidad, sino para extorsionar a los propietarios. Esto ya est¨¢ protocolizado, tienen sus abogados, saben qu¨¦ tipo de casas les conviene ocupar, qui¨¦nes son los propietarios¡ Al final el due?o no tiene derechos, se va de vacaciones, se encuentra la casa ocupada y tiene que demostrar que es suya¡±.
En Girona se produjo el a?o pasado una oleada de ocupaciones de este tipo. All¨ª, el colegio de Agentes de la Propiedad de Girona denunci¨® tambi¨¦n a una extensa mafia de este tipo. Su presidente distingue claramente entre los tipos de okupas con los que tratan. ¡°Hay una cuesti¨®n social, gente que ocupa por necesidad. Y es verdad que en Girona faltaba vivienda social. Pero este tipo de ocupaci¨®n es mercantilista: era para recibir una indemnizaci¨®n. Ven¨ªan con aut¨¦nticos manuales, sab¨ªan qu¨¦ decir a la polic¨ªa¡ Se les ofrec¨ªa una renta social, pero lo que quer¨ªan era el dinero¡±.
La denuncia por extorsi¨®n, se?ala Toni Garriga, tampoco es sin¨®nimo de un r¨¢pido desalojo. ¡°Denuncias el chantaje y la extorsi¨®n, pero sigues sin recuperar la posesi¨®n. Al final todo conduce a que la gente termina pagando¡±. En esa disyuntiva se encontr¨® Pedro (nombre ficticio) en su promoci¨®n de Badalona, donde un grupo de individuos ocup¨® dos pisos que estaban a la venta esta semana. ¡°Entraron por la noche forzando la cerradura del portal y ocuparon dos ¨¢ticos. Les pedimos que se fueran y nos amenazaron de muerte¡±, recuerda. Los Mossos tampoco pudieron hacer nada por ayudarle, explica.
Denuncias el chantaje y la extorsi¨®n, pero no? recuperas la casa.? Al final todo conduce a pagar", explica un abogado
Desesperado ante la situaci¨®n, este promotor contrat¨® a Desokupa, una empresa especializada en negociar con este tipo de bandas y que logr¨® convencerles ¡ªprevio pago de una suma que el afectado prefiere no revelar¡ª que abandonasen las viviendas. Como en otros casos, la negociaci¨®n incluso termin¨® con el propietario alquilando un cami¨®n para que los okupas se lleven sus b¨¢rtulos a otra parte. ¡°Si no hubi¨¦ramos actuado as¨ª seguir¨ªan en la casa. Es triste, pero sab¨ªa que solo con la polic¨ªa no lo resolver¨ªa¡±, insiste.
Desokupa ha recibido muchas cr¨ªticas en las ¨²ltimas semanas por parte de diversas asociaciones y ha sido denunciada por el Observatori de Drets Econ¨°mics i Socials por usar m¨¦todos supuestamente intimidatorios. Pero la imponente presencia f¨ªsica de los empleados de esta empresa, defiende su director, Daniel Esteve, ayuda a contrarrestar las amenazas que sufren los propietarios y ellos mismos. ¡°Conocemos bien la ley. Sabemos que nosotros no podemos entrar en la vivienda ocupada. Solo intermediamos el desalojo, que en su mayor¨ªa son mafias que piden dinero a cambio de desalojarlos. Tampoco trabajamos con viviendas de alquiler o sobre las que recaigan ordenes de desahucio¡±. Pese a las cr¨ªticas, los vecinos afectados les defienden a capa y espada. ¡°Se critica su trabajo, pero si no hubiera sido por ellos la convivencia en este edificio se hubiera vuelto insostenible. Lo que habr¨ªa que preguntarse es por qu¨¦ la ley no puede actuar con celeridad y haya que recurrir al sector privado para recuperar tu propia casa¡±, se?ala una vecina.
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