La dignidad de un artista
Iv¨¢n Tubau nunca se arredr¨®. Fue uno de los primeros firmantes de los manifiestos Babel y estuvo en todas las batallas por la tolerancia y la libertad
No es f¨¢cil, ni dif¨ªcil, explicar cu¨¢l fue la profesi¨®n de Iv¨¢n Tubau, fallecido hace unos d¨ªas en Barcelona. En los ¨²ltimos a?os podr¨ªa decirse que era catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, donde ense?aba la asignatura de Periodismo Cultural. Pero decir esto, s¨®lo esto, ser¨ªa falsear la realidad de un personaje fascinante y multifac¨¦tico. Iv¨¢n fue m¨¢s, mucho m¨¢s.
Lo conoc¨ª hace much¨ªsimos a?os, m¨¢s de cincuenta, haciendo caricaturas a los clientes del Monza, una cafeter¨ªa de la Rambla de Catalu?a. A un amigo y a m¨ª pretend¨ªa cobrarnos cien pesetas por cada dibujo, le dijimos que ni hablar, y fue rebajando. Al final acabamos de charleta, haciendo bromas. Era muy simp¨¢tico. A las pocas semanas le vi actuar en una obra de teatro, creo que en el Alexis o el Candilejas, los dos muy cercanos al Monza. ?Qui¨¦n era aquel tipo tan peculiar que sab¨ªa hacer tantas cosas? A partir de ah¨ª me lo fui encontrando por la vida. Yo le conoc¨ªa, ¨¦l a m¨ª no. Nos hicimos amigos mucho m¨¢s tarde.
Iv¨¢n ten¨ªa una impresionante presencia f¨ªsica. Alto, guapo, aparec¨ªa siempre con la elegancia desgarbada del anarquista accidental pero, a la vez, aires de caballero bien educado. Con su media sonrisa encantaba, y pretend¨ªa encantar, a las mujeres y as¨ª convencer a los hombres Cuando se irritaba, cosa no infrecuente, su rostro se endurec¨ªa, pasaba a ser otra persona, y la ira le cambiaba la faz. En estos cambios se le notaba su faceta de actor. Temible era entonces, de aguij¨®n venenoso, casi siempre certero¡ y exagerado. Vest¨ªa como un dandi porque lo era, no pod¨ªa evitarlo. Y no pod¨ªa evitarlo porque era esencialmente un artista. Esta fue su ¨ªntima vocaci¨®n, su temperamento, su pasi¨®n vital. Burocr¨¢ticamente profesor de universidad, el alma de artista.
Esta vertiente la despleg¨® a lo largo de toda su vida. Pero no fue, como a veces aparentaba, bohemio y ca¨®tico. A su manera, fue un hombre de orden. Le¨ªa, estudiaba, escrib¨ªa, cumpl¨ªa horarios, se interesaba por todo y era persona de cultura s¨®lida, conoc¨ªa bien la literatura, el arte y el pensamiento. Para empezar, era doctor en filolog¨ªa francesa. De peque?o, por razones pol¨ªticas familiares ¡ªsu abuela fue fundadora del PSUC, su padre anarquista¡ª, residi¨® y curs¨® estudios en Francia. Hablaba y escrib¨ªa perfectamente en castellano, catal¨¢n y franc¨¦s. Era un obsesivo perfeccionista en cada una de esas lenguas.
La vida de Iv¨¢n se ha prolongado hasta los 79 a?os. En ese largo per¨ªodo de tiempo, sus actividades han sido m¨²ltiples pero nunca contradictorias, los artistas dan para mucho. Ya digo que le conoc¨ª haciendo caricaturas y en un escenario teatral. Pero tambi¨¦n fue periodista, el primer director del Play-boy en espa?ol, actor de cine, presentador y director de programas de televisi¨®n, novelista, ensayista, experto en comics y columnista habitual, ¨²ltimamente en El Mundo.
Adem¨¢s fue un personaje de una gran dignidad e independencia personal. Existe una asociaci¨®n en Barcelona cuyo nombre es ¡°Asociaci¨®n para la Tolerancia¡±. Suena bien, ?verdad? La tolerancia es una virtud p¨²blica fundamental para la convivencia. Esta asociaci¨®n, desde hace m¨¢s de veinte a?os, concede un premio a una personalidad p¨²blica que destaque por el ejercicio de este valor democr¨¢tico. Han sido premiados personas muy destacadas de diversos ¨¢mbitos, especialmente del cultural. El primer premiado, all¨¢ por 1994, fue Iv¨¢n Tubau por su defensa p¨²blica del biling¨¹ismo en Catalu?a.
Fue el primero de todos nosotros que critic¨® la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica obligatoria en las escuelas catalanas, all¨¢ por 1991, creo que en el Diari de Barcelona, un peri¨®dico escrito en aquella ¨¦poca ¨ªntegramente en catal¨¢n y boicoteado por la Generalitat al no ser nacionalista.
Naturalmente, ni de las actividades ni del premio de esta asociaci¨®n salen nunca referencias en la prensa catalana. El macartismo catal¨¢n lo impide y dura ya m¨¢s, mucho m¨¢s, que el de Estados Unidos. De los ¡°diez de Hollywood¡± catalanes, Iv¨¢n es el n¨²mero uno. Con merecimientos, con todos los merecimientos. Nunca se arredr¨®. Despu¨¦s fue uno de los primeros firmantes de los manifiestos Babel, a fines de los noventa, y uno de los fundadores de Ciudadanos. Estuvo en todas las batallas por la libertad, la tolerancia y la igualdad. Fue un artista digno.
Iv¨¢n, amigo, compa?ero, disidente, descansa por fin.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.
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