El caso Fern¨¢ndez
En realidad el exministro del Interior es un converso, tanto al antinacionalismo como a otras creencias m¨¢s ¨ªntimas. Y por ello manifiesta los t¨ªpicos excesos de celo del ne¨®fito
Una l¨¢stima y un desastre lo ocurrido la pasada semana en el Congreso con el bueno de Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, por culpa de la artera deslealtad del PSOE. Vet¨¢ndole como presidente de la Comisi¨®n de Exteriores no s¨®lo se le imped¨ªa ocupar la poltrona abrillantada a lo largo de tres legislaturas ¡ªonce a?os¡ª por Josep Antoni Duran Lleida; adem¨¢s, se infligi¨® un da?o irreparable a la pol¨ªtica internacional del Reino: ?imaginan ustedes la alianza transeuropea de v¨ªrgenes (la de Covadonga, la de Czestochowa, la de Medjugorje, la de Loreto, la Macarena, la del Roc¨ªo, la de F¨¢tima, la de Lourdes...) que el exministro Fern¨¢ndez hubiese promovido desde su ahora frustrada responsabilidad? Esa alianza, y no la gesti¨®n de la luterana se?ora Merkel, s¨ª hubiera sido capaz de salvar a la Uni¨®n Europea del naufragio. ?Y bajo el liderazgo espiritual de Espa?a!
Pero no sirve de nada lamentarse por las ocasiones perdidas. El hecho es que Fern¨¢ndez D¨ªaz preside hoy una anodina Comisi¨®n de Peticiones del Congreso, y que sus posibilidades de ocupar en un futuro el codiciado palazzo Monaldeschi (la hist¨®rica sede romana de la embajada espa?ola ante la Santa Sede) resultan harto problem¨¢ticas. ?Cu¨¢les son las claves de tan deslucido colof¨®n a una carrera pol¨ªtica que arranc¨® en los albores de la democracia postfranquista?
Fogueado en la UCD de Su¨¢rez y decepcionado luego por el d¨¦bil arranque del CDS del mismo Su¨¢rez, cuando Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz aterriz¨® en la Alianza Popular barcelonesa de principios de 1983 parec¨ªa cualquier cosa excepto un integrista. Ni en lo personal ¡ªpor entonces no hab¨ªa descubierto a¨²n a su futuro ¨¢ngel de la guarda, el famoso Marcelo¡ª ni en lo ideol¨®gico. M¨¢s bien, y por comparaci¨®n con otras figuras del partido (los Miguel ?ngel Planas, Eduardo Tarragona, Dom¨¨nec Romera...), se mostraba como un centrista, un liberal. Y, desde luego, era el dirigente menos refractario a los valores b¨¢sicos del catalanismo pol¨ªtico.
Esto ¨²ltimo resultaba tan notorio que, cuando un antiguo protegido suyo de nombre Alejo Vidal-Quadras comenz¨® a segarle la hierba bajo los pies (hacia 1989-90), lo hizo a base de proyectar en Madrid la imagen de un Jorge Fern¨¢ndez entregado, sometido a Converg¨¨ncia. Con ¨¦xito, a juzgar por este titular de EL PA?S del 8 de febrero de 1991, tras el triunfo interno de Vidal-Quadras: ¡°Amistades peligrosas. Fern¨¢ndez D¨ªaz perdi¨® el liderazgo del PP catal¨¢n por su buena relaci¨®n con Roca y Pujol¡±.
Y bien, si seg¨²n una insistente versi¨®n el actual soberanismo no es m¨¢s que la serpiente nacida del huevo que Pujol incub¨® durante un cuarto de siglo, no parece coherente describir al exministro del Interior como un obsesivo antinacionalista catal¨¢n de toda la vida. Menos todav¨ªa cuando se sabe que, humillado y marginado durante el virreinato de don Alejo, lleg¨® a considerar con algunos compa?eros la idea de crear un nuevo partido de centro, de estricta obediencia catalana.
En realidad, Jorge Fern¨¢ndez es un converso, tanto al antinacionalismo como a otras creencias m¨¢s ¨ªntimas. Y, por consiguiente, manifiesta los t¨ªpicos excesos de celo del ne¨®fito. Agradecido a Mariano Rajoy por haberlo recuperado para altos cargos de la Administraci¨®n central entre 1996 y 2004, m¨¢s todav¨ªa por darle, a finales de 2011, la cartera ministerial de Interior, crey¨® su obligaci¨®n corresponder a la confianza erigi¨¦ndose desde 2012 en ariete antiindependentista. Comenz¨® a ejercer de tal en clave menor: recu¨¦rdese su famosa par¨¢bola sobre las comidas familiares de Navidad que ya no pod¨ªan celebrarse a causa de la dram¨¢tica divisi¨®n social provocada por la cuesti¨®n de la independencia. Pero pronto pas¨® a mayores, y hace ya cuatro a?os que tuvimos los primeros indicios de una guerra sucia policial destinada a dinamitar el proceso soberanista catal¨¢n
Fern¨¢ndez D¨ªaz, ?bestia negra del independentismo? En todo caso, bestia negra de todos los dem¨®cratas, porque sus charlas conspirativas con Daniel de Alfonso son alarmantes y rechazables para cualquiera que crea en una democracia veros¨ªmil, la divisi¨®n de poderes y la decencia pol¨ªtica. Incomprensiblemente ¡ªdadas sus convicciones morales¡ª, el entonces ministro no quiso reconocerlo al estallar el esc¨¢ndalo, ni contempl¨® una dimisi¨®n que hubiera sido autom¨¢tica en cualquier pa¨ªs de nuestro entorno.
Seg¨²n parece, sigue sin entender la ¡°sa?a¡± de la ¡°persecuci¨®n¡± actual. Es lo malo de confundir los editoriales de su amigo Paco Marhuenda (Injusticia con un gran ministro, La Raz¨®n del jueves 17) con la opini¨®n p¨²blica.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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