El mejor bar del mundo (o al menos de Malasa?a)

El fundador de este local fue un se?or de Palencia ¡ªde ah¨ª el nombre¡ª que se lo traspas¨® a la familia Herrezuelo. En 1977 falleci¨® el patriarca y sus hijos, Mois¨¦s y Casto, se hicieron cargo de la barra. Ah¨ª se vivi¨® la Movida, se sufri¨® la hero¨ªna y se recibi¨® la democracia.

Prostitutas, periodistas ¡ªacog¨ªa a la sedienta redacci¨®n de Informaciones, que estaba al lado del local¡ª, hedonistas, turistas, estudiantes, hipsters o vecinos se alternan por su barra. ¡°El p¨²blico ha cambiado, pero nunca ha dejado de venir¡±, celebran sus due?os, Casto y Dolores, a la que todos conocen como Loli. El primero, de 79 a?os, es heredero de la familia Herrezuelo y el responsable de las ajetreadas noches del local; la segunda, de 65 a?os, la viuda del hermano de Casto y la cara diurna del establecimiento.

¡°Aqu¨ª puedes desayunar, tomarte un montado o una buena copa. Siempre, sea la hora que sea, hay ambiente y gente divertida. Adem¨¢s, es barato. Muy barato¡±, dice un joven desde su barra.

Los precios de El Palentino son imbatibles: un caf¨¦ con leche cuesta 1,10 euros; una ca?a, lo mismo; los copazos, 3 euros ¡ªnunca es garraf¨®n y hace tiempo que los vasos de tubo dieron paso a la copa ancha¡ª, y el pepito de ternera, su especialidad, a 2 euros (como el resto de montados). Aunque el pan no sea el m¨¢s crujiente de la ciudad, est¨¢ hecho con cari?o y el relleno sacia a cualquier comensal. A pesar de las horas echadas en la barra del local, ni Casto ni Loli se plantean todav¨ªa dejarla. Sus hijos no quieren porque, por ahora, no planean hacerse cargo del establecimiento. Sus clientes tampoco: no quieren ni imaginarse el d¨ªa que El Palentino cierre sus puertas.