Al borde de un ataque de nervios
El pleno de los presupuestos pas¨® de la intensidad de un partido de baloncesto, tras la advertencia de los letrados, a la de una carrera de caracoles en subida, durante la votaci¨®n de enmiendas
Este Parlament est¨¢ tan al borde de un ataque de nervios que una propuesta de parar el pleno durante cinco minutos para estudiar una advertencia de los letrados de la c¨¢mara ha estado a punto de llegar al nivel Partido de futbol infantil en Mallorca. Y no contentos con eso, los diputados han vuelto del receso con ganas de marcha y se ha abatido sobre el hemiciclo un alud de puntualizaciones reglamentistas y cuestiones de orden y desorden. Un total de cuarenta minutos de trifulca sobre las formas, lo que dura un partido de baloncesto, con una intensidad similar y sin opci¨®n a cambiar al que parezca cansado.
No soy capaz de repetir los art¨ªculos del reglamento que se lanzaban unos a otros con tanta seguridad en s¨ª mismos y contradicci¨®n rec¨ªproca. En ese momento, uno, sinceramente, no sab¨ªa si quedarse con los gritos de ¡°?es la legalidad, es la legalidad!¡± del pepero Xavier Garc¨ªa Albiol ¡ªque puede hablar muy alto si se lo propone, aunque cuando se pone en pie el micr¨®fono le queda a la altura del ombligo¡ª o con el gesto recio y sincopado de Marta Rovira, de Junts pel S¨ª, que agitaba un libro rojo en el aire, con grave riesgo de darle un mandoble involuntario a su compa?ero de esca?o Jordi Turull (por la calma con que la observaba Turull se pod¨ªa deducir que, a pesar de rojo, el libro era s¨®lo el reglamento del Parlament). ?Qui¨¦n pod¨ªa imaginar tal vaguedad en un reglamento que permite una interpretaci¨®n y su contraria, la conveniencia de convocar una junta urgente de portavoces y a la vez su imposibilidad? Cierto, cuando se redact¨® nadie pensaba en el proc¨¦s, en las inhabilitaciones, en los momentos ¨¦picos sucesivos o en los portavoces de Ciudadanos.
Por supuesto, la forma ocultaba un fondo: la partida de los presupuestos destinada a convocar el refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n, y que el Consell de Garanties Estatut¨¤ries cree que choca con las disposiciones del Tribunal Constitucional, es decir, aboca al conflicto legal. Por supuesto, refer¨¦ndum es la palabra que unos aman y otros odian, y que estos d¨ªas a quien m¨¢s desazona es a Albano Dante, despu¨¦s del exitazo del que convoc¨® entre la militancia de Podem.
Como una curiosa paradoja, tras el zafarrancho de la forma ha venido el tedio de los contenidos: una hora y diez minutos de votaciones de enmiendas y partidas presupuestarias sin pausa y con no demasiada prisa. De la intensidad de un partido de baloncesto a la de una carrera de caracoles en subida. Lo m¨¢s curioso era ver la diversidad de los aparejamientos en las votaciones; les prometo que una enmienda la han votado conjuntamente el PP y la CUP. En total, m¨¢s de 2000, votadas en grupos. En uno de estos packs, oculta y desapercibida entre tantas otras, estaba sin duda la enmienda n¨²mero 1714. Si se hubiera votado individualmente, habr¨ªa permitido un emocionante momento de exaltaci¨®n nacional al subir a la pantalla los puntitos de colores que reflejan el resultado. O tal vez no, porque la enmienda, en realidad, la hab¨ªa presentado el PSC.
Contentos del resultado, el Govern y los diputados han salido del hemiciclo decididos a celebrar¡el 50 aniversario del estreno de Llu¨ªs Llach en el mundo de la canci¨®n. Y el cantautor-diputado asist¨ªa con gesto de resignaci¨®n ante tanta acumulaci¨®n de homenajes.
Manel Lucas es periodista.
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