Esp¨ªa los correos de su exmujer para obtener ventaja en el divorcio
Un juez condena a dos a?os y medio de c¨¢rcel al marido, que "secuestr¨®" la cuenta desde casa de su madre
![Jes¨²s Garc¨ªa Bueno](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2a95ea9a-3806-4e49-b344-7870552767e7.jpg?auth=5b6ee7135931598e0443380ca8368e66f5ee3099a65ffc08ad5bba50f0310e6e&width=100&height=100&smart=true)
![Un hombre utilizando un ordenador.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4GQCFB65NJBYLN5AOMR2FOWFKI.jpg?auth=1c26d95943e5241822c81f29bc9a3f43cce26c8717cad456aef7dac585481b7c&width=414)
Andr¨¦s G. lleg¨® a la vista de divorcio con la lecci¨®n bien aprendida. Sab¨ªa de antemano lo que su exmujer y la abogada de ella iban a plantear, lo que le permiti¨® obtener "una posici¨®n de ventaja". El hombre hab¨ªa accedido de forma ilegal a la cuenta de correo de la mujer y hab¨ªa le¨ªdo con detenimiento los correos que intercambi¨® con su letrada, en los que ambas "detallaban la estrategia a seguir en el juicio". Los entrecomilados son de la sentencia que ahora -ocho a?os despu¨¦s de ese espionaje matrimonial- le ha condenado a dos a?os y medio de c¨¢rcel por un delito de descubrimiento de secretos.
La vista de divorcio estaba fijada para el 25 de noviembre de 2009. Durante los meses previos, Andr¨¦s regres¨® a vivir a casa de su madre y su hermana, en Badalona (Barcelona). El hombre aprovech¨® la conexi¨®n a internet de esa vivienda para espiar el correo de su exmujer durante una semana. "Sin que conste c¨®mo obtuvo las claves", dice la sentencia, accedi¨® a la cuenta de Yahoo de su ex y, una vez dentro, cambi¨® las contrase?as. Como ha demostrado un informe pericial, Andr¨¦s ley¨® los correos sobre el proceso de divorcio, pero aprovech¨® tambi¨¦n para echar una ojeada a otros 26 mensajes privados entre la mujer y su nueva pareja; algunos de ellos, de "contenido sexual", admiti¨® la mujer en su declaraci¨®n.
La mujer se dio cuenta de que alguien (entonces no sab¨ªa con certeza qui¨¦n, aunque lo imaginaba) hab¨ªa accedido a su correo porque su contrase?a de siempre no funcionaba. Se lo cont¨® a su nueva pareja, que es inform¨¢tico. ?ste le ayud¨® no solo a acceder de nuevo a la cuenta, sino tambi¨¦n a apreciar que algunos correos de su bandeja de entraba constaban como le¨ªdos. La mujer no lo dud¨® de que hab¨ªa sido cosa de su marido y as¨ª lo explic¨® en el juicio penal. Dijo que quer¨ªa "hacerle da?o" y "enterarse de los pormenores del divorcio". En esa ruptura, agreg¨® la mujer, "se vio perfectamente" que Andr¨¦s "estaba al tanto de todo y conoc¨ªa detalles" que solo hab¨ªa hablado con su abogada.
?Y qu¨¦ replic¨® el hombre, que pidi¨® ser absuelto del delito? Pues que "no recuerda casi nada" y que "padece una enfermedad mental" de la que no ha aportado ninguna prueba, recoge la sentencia dictada por el juzgado de lo penal n¨²mero 25 de Barcelona. Tampoco sabe d¨®nde viv¨ªa entonces. Admiti¨® que en casa de su madre hab¨ªa conexi¨®n a internet. Y que como ella "no sabe utilizar estas cosas", la persona que pudo haber accedido a la red era... su sobrina. La juez reprocha al acusado que la cite en el juicio por primera vez, lo que "no viene sino a confundir y embrollar los hechos". Su declaraci¨®n, concluye la resoluci¨®n, "resulta del todo menos concluyente y veraz".
La hermana de Andr¨¦s tambi¨¦n declar¨® y vino a echar m¨¢s le?a al fuego. Neg¨® que su sobrina hubiera enviado correos a su t¨ªa pol¨ªtica, una hip¨®tesis que la sentencia rechaza de plano: la chica era menor y no ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s en el tema. La hermana admiti¨® que no se llevaba bien con Andr¨¦s, que el divorcio era "conflictivo" y que la relaci¨®n entre las partes era "complicada y mala".
La v¨ªctima del espionaje -defendida por el abogado penalista Jordi Bertomeu- fue m¨¢s all¨¢ y asegur¨® que Andr¨¦s lleg¨® a "extorsionarla" con el contenido de los correos sexuales, porque estaba dispuesto a ense?¨¢rselos al hijo de ambos "cuando fuera mayor". Explic¨®, adem¨¢s, que le envi¨® una carta donde se pod¨ªa entrever que les har¨ªa "da?o". La mujer asegur¨® que estaba embarazada cuando ocurrieron los hechos y que el suceso la alter¨® y le oblig¨® a coger la baja m¨¦dica.
La mujer insisti¨® en que Andr¨¦s viv¨ªa en la calle Sant Rafael de Badalona con su madre, porque era all¨ª donde le entregaba y recog¨ªa al ni?o. Pese a que asegur¨® que no recordaba d¨®nde viv¨ªa, la burocracia le delat¨®: dio esa direcci¨®n de Badalona para recibir las notificaciones del juzgado. Adem¨¢s de la prisi¨®n -con la agravante de "parentesco"- la sentencia le ha impuesto el pago de una multa de 3.600 euros.
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