Se espera al ej¨¦rcito en la Font de l¡¯Oreneta
Viladrau vive con sereno mosqueo e iron¨ªa las maniobras militares en el municipio
La presencia de una unidad militar en Viladrau ha animado y calentado la floreciente primavera en la localidad. Ochenta soldados del Ej¨¦rcito de Tierra realizan maniobras hasta el mi¨¦rcoles por el territorio del municipio en uniforme de combate, completamente pertrechados y dotados de veh¨ªculos. Esta tarde, este enviado especial ¨Cque adem¨¢s es veraneante- ha localizado al contingente, tras un rastreo digno del ¨²ltimo mohicano, acampado en un paraje silvestre al pie de Les Agudes. La unidad, mandada por un capit¨¢n, no lleva blindados, como hab¨ªan se?alado algunas fuentes municipales, y su parque m¨®vil consiste en realidad en dos camiones, tres todoterrenos y un remolque cisterna. Los militares, que han desplegado una gran carpa mimetizada bajo las hayas y si no te fijas mucho es que ni los ves, no entienden la alarma suscitada y est¨¢n a lo suyo. De hecho, me han permitido acceder al campamento sin identificarme siquiera, aunque el centinela ha musitado un sentido ¡°qu¨¦ t¨ªo m¨¢s raro¡±.
¡°Nos encontramos muy a gusto aqu¨ª porque ¨¦ramos una unidad de monta?a, del cuartel del Bruc, y el paisaje es precioso¡±, se?ala el capit¨¢n, que va equipado como para un despliegue en Afganist¨¢n y sostiene bajo el brazo su fusil de asalto est¨¢ndar de la OTAN HK G36. Recalca que no est¨¢ autorizado a hacer declaraciones, pero le desarma un punto mi entusiasmo por haberles encontrado y que diga que en otra vida hice la mili en el cuartel general de Divisi¨®n Acorazada Brunete. Los soldados no tienen planeado visitar el pueblo de Viladrau. Es una pena porque se quedar¨¢n sin probar la estupenda butifarra local y los pa de pessic de la Font.
Precisamente ayer en la famosa pasteler¨ªa hab¨ªa una gran incertidumbre sobre los movimientos militares. ¡°Por aqu¨ª no han pasado¡±, se?alaba Ramona, mientras envolv¨ªa pormenorizadamente un hojaldre. ¡±Quiz¨¢ vayan a la Font de l¡¯Oreneta¡±, aporta una clienta de toda la vida. En la plaza a mediod¨ªa reinaba un ambiente muy relajado. M¨¢s que Sainte-M¨¨re-?glise la v¨ªspera del D¨ªa D parec¨ªa Clochemerle. Emil, la Vane, Ignasi y Josep tomaban el sol tan ricamente mientras apuraban caf¨¦ y cigarrillos. ¡°Si los vemos te aviso¡±, indic¨® el primero. Ignasi apunt¨® que hab¨ªa o¨ªdo que estaban por Sant Mar?al.
A la vista de la falta de tensi¨®n informativa fui a casa a equiparme. Prism¨¢ticos, cantimplora, linterna. Incluso cog¨ª una red de camuflaje que tengo para observar p¨¢jaros, un pu?ado de pastillas potabilizadoras y raciones K que guardo de un reportaje sobre alimentos de supervivencia y la lanza zul¨². Nunca se sabe. Aprovech¨¦ para regar el jard¨ªn y echar unas pastillas de cloro en la piscina con tan mala fortuna que me envolvi¨® una nube de gas como si estuviera en el Somme. En fin, as¨ª ¨ªbamos haciendo ambiente. Recorr¨ª la monta?a con los binoculares esperando ver una patrulla en Matagalls. En Sant Segimon todo estaba tranquilo, pero a la que te descuidas te lo convierten en Montecasino.
Volv¨ª de nuevo al coche y part¨ª en misi¨®n de reconocimiento. Unos operarios de Portet estaban arreglando el tendido el¨¦ctrico. ?Hab¨¦is visto movimiento de tropas? ¡°?Qu¨¦?¡± Soldados. ¡°?La mare que els va parir!¡±. Me detuve en el Ayuntamiento, esperando verlo ya convertido en cuartel general. Pero no. Me recibi¨® la alcaldesa, Margarida Feliu, a la que no ve¨ªa desde la boda del chico Pica?ol y que ha devenido especial protagonista de la historia tras promulgar un simpatiqu¨ªsimo bando en el que da cuenta de la situaci¨®n a los vecinos de Viladrau. El bando, que no tiene desperdicio, tras informar de la presencia de los militares, pide a los habitantes de la localidad ¡°1) que no os extra?¨¦is si encontr¨¢is a alguna persona desconocida vestida de militar, 2) que seamos respetuosos, como siempre lo somos con todos los visitantes, 3) que si os pide ayuda porque est¨¢ perdida y/o necesita asistencia m¨¦dica los dirij¨¢is al 112¡±.
La alcaldesa, que poco despu¨¦s celebraba el pleno en el que se aprob¨® una moci¨®n de adhesi¨®n de Viladrau a los pueblos desmilitarizados de Catalu?a, me ense?a una de las bolsas de la Fira de la Castanya que tienen previsto entregar a los militares, si se da el caso, y que incluyen un plano de Viladrau (de una edici¨®n atrasada) y una hoja informativa para adherirse a t¨ªtulo individual al Pacte Nacional del Refer¨¦ndum. La bolsa no incluye casta?as ¨C¡°no es ¨¦poca¡±-, ni pa de pessic ¨C¡°somos austeros¡±-. Feliu me dice que la idea es tratar al operativo verde oliva ¡°como si fuera un grupo cualquiera de los que nos visitan en autocar¡±. Pese a todo el buen rollo, no puede evitar estar mosca. ¡°Se nos comunic¨® la venida de los militares el mismo viernes de manera expeditiva, con poco tiempo y no se nos ha explicado las zonas por las que se mover¨¢n. No sabemos ni d¨®nde dormir¨¢n. No han sido muy atentos. Tampoco hemos tenido ninguna visita de cortes¨ªa¡±. Uno piensa que la presencia del capit¨¢n con su HK G36 igual hubiera provocado alarma, tal como est¨¢ el patio en Osona.
Los trataremos como si fuera un grupo de los que nos visitan en autocar¡±, dice la alcaldesa Margarida Feliu
La alcaldesa me explica que hab¨ªa gente en Viladrau muy cabreada y en plan ¡°no pasar¨¢n¡±. Algunos propietarios de Viladrau han acudido al Ayuntamiento para reclamar que el ej¨¦rcito no atraviese sus fincas. Sopeso hacer lo mismo pero carezco de sacos terreros y caballos de frisa y mi terreno se ocupa en menos de lo que tard¨® la Wehrmacht en sobrepasar Luxemburgo. El Ministerio de Defensa ha recordado que el ej¨¦rcito est¨¢ para defender a todos los espa?oles. ¡°?Defendernos de qu¨¦?¡±, se?ala con sorna la alcaldesa.
Salgo del Ayuntamiento rumbo al Buc d¡¯Oriol con el esp¨ªritu de un resistente franc¨¦s tratando de localizar las divisiones blindadas de Blumetritt en Normand¨ªa. En todo el trayecto solo encuentro una oveja que acaba de dar a luz y resulta una p¨¦sima informante. Y entonces aparece el ciclista. ?Soldados! ?Los ha visto? El hombre casi se cae. Jadea. Y estira un brazo tembloroso se?alando.? Arranco como una exhalaci¨®n. Los bosques de abren como si fueran las Ardenas y al final all¨ª est¨¢n los militares. Misi¨®n cumplida.
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