?A qu¨¦ estamos esperando?
La prometida lluvia de millones deb¨ªa bastar para que se templaran las ansias independentistas. Ya se sabe, si algo fenicio hay, es el car¨¢cter catal¨¢n
Nos hemos acostumbrado tanto a la mentira que parece que tengamos que comulgar con ella aun sabiendo que lo que se nos dice no es verdad. La ¨²ltima mentira, la de la lluvia de millones por las inversiones en Catalu?a, es particularmente escandalosa. Ha sido la demostraci¨®n de hasta qu¨¦ punto la directriz pol¨ªtica puede mandar sobre la informaci¨®n. Pocos d¨ªas despu¨¦s los Presupuestos han dejado en declaraci¨®n de intenciones la en¨¦sima promesa solemne.
Las portadas del d¨ªa siguiente a la visita de Rajoy rayaban la humillaci¨®n. La prometida lluvia de millones deb¨ªa bastar para que se templaran las ansias independentistas. Ya se sabe, si algo fenicio hay, es el car¨¢cter catal¨¢n. De poco vale ver la comprobaci¨®n, cient¨ªfica, del atraso en las infraestructuras y del d¨¦ficit fiscal, y de poco sirve ver no ya el grado de cumplimiento de la inversi¨®n, sino el grado de credibilidad de las promesas realizadas.
De entrada, las reacciones no se hicieron esperar y en un arco que va del ABC a la sorprendente M¨®nica Oltra, a Rajoy le afearon la conducta. Medios a los que solo les falt¨® preguntar de qu¨¦ nos quej¨¢bamos, poco menos que desagradecidos, publicaban en Extremadura los agravios de tal inversi¨®n. Otros pon¨ªan precio al desafecto preguntando cu¨¢nto val¨ªa mantener a Catalu?a callada. As¨ª lo hizo Oltra en un gesto digno de Rodr¨ªguez Ibarra, diciendo que se nos tapaba la boca. Es una de las demostraciones m¨¢s palpables de que Espa?a puede ser muchas cosas, pero en absoluto una naci¨®n.
Llega un momento en que la palabra cansa y que escribiendo sobre pol¨ªtica estamos dando vueltas y m¨¢s vueltas al asunto sin avances claros. Leemos reflexiones y art¨ªculos m¨¢s o menos atinados, pero esto de estirar tanto el chicle empieza a ser un poco vicioso. Estamos hartos de expresiones lampedusianas, de lugares comunes y de reflexiones profundas sobre Pla o Vicens Vives, de los nuevos puntos de vista sobre el encaje de Catalu?a y Espa?a, con cita de Aza?a o de Chaves Nogales.
Esto est¨¢ tan visto para sentencia que, de hecho, se est¨¢n produciendo ya. Unas reales y otras de facto: mientras el Estado inhabilita a Francesc Homs, la vieja guardia de Iniciativa intenta purgar a ?ngels Mart¨ªnez Castells por el s¨ª al refer¨¦ndum y la mayor¨ªa del Congreso frena los Presupuestos catalanes. Puede ser noticia pero estaba m¨¢s que previsto. ?Hay movimientos? Bueno, m¨¢s que movimientos hay escenas rid¨ªculas, como la lluvia de millones. Con un d¨¦ficit fiscal clamoroso, se permite venir aqu¨ª a decir que va a arreglar lo que ya prometi¨® y estrope¨® el PSOE y lo que el PP se jacta de destrozar.
Nuevos personajes y la historia de siempre¡ No dudo que las promesas de descentralizaci¨®n del poder y de reconocimiento nacional que hace Podemos son sinceras, pero ya hemos estado ah¨ª con Zapatero y hoy estamos aqu¨ª con Dom¨¨nech. Nuestros intelectuales moderados, dialogantes, sorayescos o compungidos tampoco aportan argumentos nuevos sobre el tema porque saben que no queda recorrido.
Le toca mover ficha al Govern de la Generalitat, que quiere decir forzar el refer¨¦ndum y mantenerse firme en su defensa. Quiere decir no demorar ya m¨¢s la hacienda propia, que ahora depende, se supone, de ERC. Seguro que van a cometer errores, pero el peor error va a ser no hacer nada. ?Que la CUP es un desastre? Recuerden, como mi abuela sol¨ªa decir, que quien no tiene nada m¨¢s, con su marido se acuesta, y que Junts Pel S¨ª no es un dechado de virtudes.
Hoy el peor fatalismo al que nos podemos enfrentar es a esta calma chicha que sirve para que un d¨ªa inhabiliten a uno, otro d¨ªa multen a otro y al tercero llegue el presidente del Gobierno a re¨ªrse de nosotros preguntando cu¨¢nto cuesta que cerremos el pico. Para detr¨¢s no hay nada. Detr¨¢s s¨®lo tenemos lo mismo de siempre: pol¨ªtica autonomista, art¨ªculos de las pla?ideras de la tercera v¨ªa y un pa¨ªs que sigue discutiendo sobre promesas que no se van a cumplir. Aunque acumulemos decenas de art¨ªculos y declaraciones, la realidad permanece inamovible y el d¨ªa que lo haga, por poco que sea, por peque?a que sea la mejora (cultural, institucional o presupuestaria), la reacci¨®n de los partidos y los medios va a ser clamorosa, tremenda.
En vez de organizar cajas de resistencia, ?a qu¨¦ estamos esperando para tener fecha, pregunta y empezar la campa?a, president?
Francesc Ser¨¦s es escritor.
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