35 a?os echando de menos a ?lvaro Iglesias
El veintea?ero madrile?o salv¨® a tres personas en un incendio en 1982, pero muri¨® al intentar rescatar a una cuarta
Han pasado 35 a?os desde que una aver¨ªa mec¨¢nica cambi¨® la historia de una familia y la manera de entender a los h¨¦roes en Madrid. Fue un d¨ªa como hoy, en 1982, cuando el joven ?lvaro Iglesias, de 20 a?os, cruzaba en su moto la glorieta de Bilbao. El motor se par¨® y ?lvaro y su amigo Fernando Arribas fueron incapaces de arreglarlo. As¨ª que ambos decidieron que lo mejor era tomarse unas cervezas hasta que alguien les rescatase. Pero las llamas que comenzaron a salir de un edificio en el n¨²mero 7 de la calle de Carranza captaron su atenci¨®n. Iglesias no se lo pens¨® y se adentr¨® en el inmueble. As¨ª rescat¨® a una persona mayor que hab¨ªa quedado atrapada. Luego fue a por otra y a por otra. Volvi¨® a intentarlo una cuarta vez, pero ya no sali¨® nunca m¨¢s. ?scar, su hermano dos a?os mayor, recibi¨® horas despu¨¦s la llamada de Arribas: no lo encontraba. ¡°No lo he podido superar, solo he aprendido a vivir con ello¡±, sostiene.
Esa madrugada fue de un total desconcierto para la familia Iglesias. ?scar, desesperado, comenz¨® a llamar a las comisar¨ªas, a las emisoras de radio y ¡°se pate¨®¡± los hospitales. ¡°Desgraciadamente me llamaron del Centro de Quemados de la Cruz Roja. Me dijeron que hab¨ªa un cad¨¢ver que hab¨ªan hallado dentro de un edificio incendiado y no lo pod¨ªan identificar¡±. Era ?lvaro, ¡°el h¨¦roe c¨ªvico de Madrid¡±, como se le conocer¨ªa desde entonces.
Juan Carlos, el mayor de los hermanos, en aquel momento de 23 a?os, avis¨® a sus padres, que estaban en Andaluc¨ªa. ¡°Cogieron el primer vuelo y fui con ellos al Instituto Anat¨®mico Forense. Nos dijeron que no merec¨ªa la pena entrar, pero lo hicimos. Era imposible reconocerlo¡±, recuerda. Finalmente, los forenses comprobaron que se trataba de los restos mortales del joven.
Sus hermanos lo definen como un chico solidario. ¡°Era muy desprendido, ofrec¨ªa lo que ten¨ªa sin importarle lo que pensaran los dem¨¢s¡±, destaca ?scar. ?lvaro estudiaba m¨¢rketing y era el tercero de seis hermanos. La familia viv¨ªa en la calle del Pr¨ªncipe de Vergara, cerca del parque de Berl¨ªn. Desde entonces, esta zona verde luce un busto del joven con la leyenda ¡°Madrid a ?lvaro Iglesias S¨¢nchez¡±.
Tras su muerte, le impusieron numerosas medallas por su valor. Una de ellas fue la de Oro de Madrid, concedida por Enrique Tierno Galv¨¢n, entonces alcalde de la ciudad. Esta condecoraci¨®n fue creada exprofesso para homenajear a Iglesias y sirvi¨® para que la capital reconociera desde ese a?o los actos heroicos de sus ciudadanos. Tambi¨¦n se otorg¨® a la familia la Insignia de Oro, con distintivo rojo, al M¨¦rito de Protecci¨®n Civil.
Treinta y cinco a?os despu¨¦s de la tragedia, Juan Carlos y su hijo Juan, junto con Ra¨²l S¨¢nchez, su primo, se re¨²nen en el parque de Berl¨ªn. Juan, de 23 a?os, no conoc¨ªa el busto que Madrid dedic¨® a su t¨ªo. De peque?o no le contaron de la muerte de ?lvaro. A los 11 a?os comenz¨® a preguntar por qu¨¦ si eran seis hermanos solo figuraban cinco. Las respuestas fueron peque?as pinceladas de lo que sucedi¨®. A los 20, se plant¨® frente a su abuela Conchita y le pidi¨® que le contara todo. Ella sac¨® la carta que recibieron de los Reyes, los recortes de los peri¨®dicos y le relat¨® la historia. ¡°Me siento muy orgulloso. Dio su vida a cambio de salvar la de otros tres. Muchas veces me pongo en su lugar porque tengo su edad, me gustan las motos y me pregunto ?Qu¨¦ har¨ªa yo en ese momento?¡±.
Ra¨²l S¨¢nchez, primo tambi¨¦n del h¨¦roe, ten¨ªa 13 a?os cuando ocurri¨® la tragedia. Lo que m¨¢s le llama la atenci¨®n es que a quien ve¨ªa como ¡°normal¡±, conversando y riendo en las cenas de Navidad, era en realidad ¡°un s¨²per hombre¡±. ¡°Cuando entr¨® a rescatar a la primera persona mayor de edad, que no pod¨ªa bajar las escaleras para salvarse, puede que no supiera d¨®nde se met¨ªa. Pero entr¨® tres veces m¨¢s. Era plenamente consciente de lo que hac¨ªa, y eso es lo admirable¡±, recalca S¨¢nchez.
Un parque o una batalla
Aprovechando el contexto actual de cambio de denominaci¨®n de 47 calles franquistas impulsado por el Comisionado de Memoria Hist¨®rica, S¨¢nchez intenta que una de ellas lleve el nombre de su primo ?lvaro. ¡°Creo que su ejemplo debe quedar en la memoria de la gente, que es lo ¨²nico que prevalece. Las calles deben representar a los ciudadanos que las han habitado¡±. Conchita, la madre de ?lvaro, no quiere que se reemplace el nombre de una persona por el de su hijo. Prefiere que sea en sustituci¨®n de algo general como una calle con nombre de batalla o que se le asigne un parque.
El comisionado, a trav¨¦s de su facultad de impulsor de memoria colectiva, trasladar¨¢ un escrito favorable a la Junta de Gobierno de la Alcald¨ªa para que se le haga un reconocimiento a ?lvaro. ¡°Nos parece que fue un acto ejemplar y consideramos que est¨¢ bien que se realice un acto en su nombre o se ponga una placa en Madrid para recordarlo¡±, se?ala un portavoz del organismo municipal.
En el Puerto de Navacerrada, en la sierra de Guadarrama, hay una calle y un albergue con el nombre de ?lvaro Iglesias porque sol¨ªa veranear ah¨ª con sus padres y hermanos. La familia espera ahora que sea Madrid la que le rinda el homenaje. ¡°Puede ser una plaza o un r¨ªo, el tema es que se le recuerde¡±, concluye Juan Carlos.
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