Mars¨¦, un cuentista ¡°vago y perfeccionista¡±

Sus mejores amigos, entre ellos Carlos Barral y Jaime Gil de Biedma, as¨ª como cualquiera que haya compartido mesa o copas con ¨¦l, sabe que Juan Mars¨¦ (Barcelona, 1933) es un gran contador de historias, quiz¨¢ fogueado en los a?os de ni?o de barrio de posguerra en los que cultiv¨® por las calles las que bautiz¨® como aventis, ¡°mezcla de pel¨ªculas, tebeos e historias dram¨¢ticas que hab¨ªa en cada casa¡±, las define. Aun as¨ª, siendo un excelente narrador, ha sido muy parco en cultivar el cuento durante su medio siglo de trayectoria. Ello, unido a que se reconoce ¡°un poco vago y perfeccionista¡± explicar¨ªa sus escasas incursiones en el g¨¦nero. En cualquier caso, una muestra de sus mejores relatos es lo que ofrece Colecci¨®n particular, que acaba de lanzar Lumen.

¡°Es una selecci¨®n bastante rigurosa de los que m¨¢s me gustan¡±, define Mars¨¦, quien, como es habitual, ha aprovechado para retocar todos los que conforman el volumen. ¡°Hab¨ªa frases que me chirriaban: las he desmontado y vuelto a montar; o sea, que dicen lo mismo¡±. El grado de exigencia del autor de Un d¨ªa volver¨¦, que s¨®lo ha publicado un libro de cuentos en toda su carrera, Teniente Bravo (1987), ha hecho que hayan desaparecido todas aquellas piezas fronterizas con el periodismo, las cr¨®nicas o los perfiles que, en buena parte, fueron incluidos en el volumen Cuentos completos que en 2002 apareci¨® en la Colecci¨®n Austral, bajo la ambiciosa edici¨®n de Enrique Turpin.

¡°Mars¨¦ es un gran narrador en todas las distancias y especialmente brillante en la novela corta; el encanto de este libro es doble: por un lado, est¨¢ en ¨¦l todo su mundo narrativo, pero tambi¨¦n da muchas pistas sobre su taller literario¡±, apunta el cr¨ªtico Ignacio Echevarr¨ªa, autor del pr¨®logo en el que no duda en calificar a Mars¨¦ como ¡°el mejor narrador que ha dado la literatura espa?ola en muchas d¨¦cadas¡±.

Tras detectar el influjo del cine en los relatos y que s¨®lo algunos de ellos ¡°atienden con rigor a la mec¨¢nica m¨¢s estricta y convencional¡±, mientras el resto son ¡°muestras del arte novel¨ªstico de Mars¨¦¡±, Echevarr¨ªa alienta a leerlos en clave. As¨ª, Parabellum, por ejemplo, prefigura La muchacha de las bragas de oro e Historias de detectives apunta a making off de una aventi.

El volumen est¨¢ dividido en tres bloques: el primero lo constituyen los tres relatos de la edici¨®n definitiva del libro Teniente Bravo. El que dio t¨ªtulo al volumen fue, durante a?os, como recuerda hoy su autor en un ep¨ªlogo, ¡°un chiste, una an¨¦cdota medio escenificada¡± que, por sugerencia de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, Mars¨¦ pas¨® a papel y hoy es ¡°un cuento redondo¡±, seg¨²n Echevarr¨ªa. ¡°En el fondo, fue una especie de encargo, como casi todos los cuentos que he acabado haciendo¡±, admite Mars¨¦.

En el segundo se juntan relatos dispersos y, en el tercero, dos piezas raras: Colecci¨®n particular, relato por entregas aparecido en este diario entre 1988 y 1989 y donde asoma un Mars¨¦ ni?o siempre con antifaz, y el in¨¦dito Con¨®cete a ti mismo, Fritz, ¡°sinopsis argumental¡± de un gui¨®n para Fernando Trueba que las diferencias con el cineasta lo dejaron en nunca entregado ni publicado.

¡°?Por qu¨¦ con tanta aventi y tanto relato oral no he hecho m¨¢s cuentos?, se pregunta Mars¨¦. ¡°?Pues no s¨¦ por qu¨¦ soy as¨ª! S¨®lo s¨¦ que me gusta contar historias y que me las cuenten¡±.