¡°Es importante leer con los hijos desde beb¨¦s¡±
La veterana ilustradora Helen Oxenbury alaba la fiesta literaria de Sant Jordi
¡°?Qu¨¦ hotel tan encantador, qu¨¦ desayuno tan encantador!¡±, exclama la ilustradora de libros infantiles Helen Oxenbury (Ipswich, Inglaterra, 1938), que acude a la entrevista con un vestido primaveral y unas zapatillas deportivas de color blanco. Para ella, todo es lovely y digno de ser observado como los beb¨¦s observan todo lo que se les presenta ante los ojos: desde una curiosidad que no se acaba. El ¨²ltimo libro con ilustraciones de Oxenbury, el cuento La saltinadora gegant (Editorial Joventut) est¨¢ escrito por Julia Donaldson, y traducido al catal¨¢n por Bel Olid. Se present¨® durante la fiesta de Sant Jordi, que, c¨®mo no, a la dibujante le pareci¨® "encantadora y ¨²nica": "?Una fiesta en la que se regalan rosas y libros? ?Es perfecto!".
Oxenbury toma caf¨¦ rodeada de decenas de libros con sus ilustraciones. Los cuentos, que se pueden encontrar en 25 pa¨ªses y en 20 lenguas distintas, muestran la trayectoria de una de las ilustradoras cuyos dibujos son m¨¢s reconocidos en todo el mundo. De su best seller, Vamos a cazar un oso, publicado en 1983, se han hecho m¨¢s de ocho millones de copias.
De la multitud de premios que ha recibido por su trabajo, destacan las dos medallas Kate Greenaway y los galardones por sus dibujos en el cuento Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, un cl¨¢sico cuyas ilustraciones fueron para Oxenbury un gran reto. ¡°En estos casos, tienes que olvidarte de lo que han hecho los dem¨¢s artistas y llevar a cabo tus ideas¡±, afirma.
La maestr¨ªa que tiene esta artista con el l¨¢piz y las acuarelas (¡°he intentado dibujar por ordenador, pero se pierde mucho¡±, asegura) la aplica tanto en el dibujo de ni?os y adultos como en el de animales. Por ejemplo el oso, el protagonista de su libro m¨¢s conocido, o el conejo, el del cuento que presenta ahora. ¡°Los gatos no me gustan, porque no s¨¦ predecir sus movimientos, igual que las bicicletas o dibujos m¨¢s t¨¦cnicos... con estos me ayuda mi marido¡±, admite entre risas Oxenbury, hablando de su esposo, el tambi¨¦n ilustrador infantil John Burningham.
Oxenbury empez¨® a dibujar cuando se cas¨®, despu¨¦s de trabajar como escen¨®grafa de teatro. Fue de las primeras ilustradoras que se centr¨® en los libros para beb¨¦s. As¨ª naci¨® la c¨¦lebre colecci¨®n Libros del chiquit¨ªn, que todav¨ªa se reedita, con t¨ªtulos como Ayudando, Amigos o Jugando. Estos cuentos, formados por cartones gruesos, con los bordes redondeados a prueba de mord¨ªsqueos y babas, son, seg¨²n la ilustradora, una herramienta para que los ni?os reconozcan la realidad que les rodea. ¡°No me gustan los libros que intentan transmitir un mensaje, yo dibujo para los ni?os, a los que les encanta verse dibujados y ver representadas las cosas que tienen cerca¡±.
Impulso a la curiosidad
Su capacidad para contar una historia solo con dibujos la reafirma en su convicci¨®n de que los ni?os, antes de aprender a hacerlo, ya est¨¢n leyendo cuando reconocen una historia en las ilustraciones. ¡°Hacen falta m¨¢s libros para beb¨¦s, que promuevan su curiosidad. A estas edades es muy importante que los padres se sienten con ellos y lean¡±, concluye. Oxenbury, que durante a?os se ha inspirado en sus hijos y nietos, a los que ha observado con ojos de dibujante, respeta la independencia del beb¨¦, alejado de responsabilidades y dedicado ¨²nicamente a dar a conocer sus demandas: ¡°Ellos nunca ayudan, ?pero son maravillosos!¡±.
El pelo gris recogido y su cara alargada dan cobijo a unos ojos delicados pero muy entrenados: ¡°Para dibujar, me he pasado la vida en los bares mirando a las personas, c¨®mo se mueven, sus l¨ªneas, sus colores¡±, explica. Su destreza con la ilustraci¨®n rivaliza con sus habilidades como cuentacuentos: con voz muy suave, cuenta que su ¨²ltimo trabajo trata de ¡°un conejo, que cuando vuelve a su madriguera, escucha una voz profunda y amenazadora que sale del agujero, y decide buscar la ayuda de otros animales. Al final todos acaban partidos de risa, porque se han dejado asustar por un animal muy peque?o¡±.
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