La Modelo echa el tel¨®n
La compa?¨ªa ?ntims Produccions representa la ¨²ltima obra teatral dentro de la prisi¨®n antes de su clausura
¡°No puedo perder m¨¢s tiempo esperando a alguien que me haga feliz¡±, protestaba ayer la actriz Sandra Pujol mientras correteaba descalza entre un p¨²blico que memorizaba cada uno de sus movimientos. Pujol intercambiaba frases, gritos, llantos y risas con sus compa?eros de reparto en la obra Wasted; Oriol Esquerda y Xavier Teixid¨®. Una representaci¨®n escrita por la dramaturga brit¨¢nica Kate Tempest donde se dibujan las vidas de tres j¨®venes obstinados a sobrevivir a su propia realidad. El elenco no dej¨®, durante 70 minutos, de gritar, re¨ªr, sudar y bailar. Fumaron compulsivamente, fingieron (aparentemente) excesos con las drogas y combinaron interpretaciones con enumeraciones interminables de mala vida, amor, desamor, rutina, estupefacientes, cr¨ªtica social, un poco de sexo y algo de antisistema. El p¨²blico centr¨® su atenci¨®n y se predispuso a quedar enganchado a cada uno de los segundos de evasi¨®n que les iban regalando. Al final, las luces, como siempre, acabaron encendi¨¦ndose. La realidad abofete¨® con m¨¢s fuerza que otras veces a la grada. Los espectadores dejaron de serlo y regresaron a sus vidas. Se volvieron a convertir en lo que eran justo antes de que comenzara la funci¨®n: los ¨²ltimos internos de la prisi¨®n Modelo de Barcelona.
Wasted es el ¨²ltimo espect¨¢culo que se representar¨¢ en el centro penitenciario decano de Espa?a. Los gritos de Pujol, Esquerda y Teixid¨® ser¨¢n los ¨²ltimos recitados dentro de unos muros construidos en 1904 para aislar a humanos. La Modelo quedar¨¢, definitivamente, clausurada el pr¨®ximo junio.
Ayer el port¨®n de madera de la calle Enten?a segu¨ªa dividiendo dos mundos de la misma ciudad. Poco antes de las 10.00, los actores de la compa?¨ªa ?ntims Produccions junto con el director de la obra, Iv¨¢n Morales, atravesaron el umbral con el que se mide la libertad. A punto para actuar en la Modelo.
¡°Quedan 500 internos. Hubo m¨¢s de 2.000 y llegaron a dormir siete en cada celda¡±, recita uno de los funcionarios.
La compa?¨ªa ya ha pasado el primero de los controles. Justo a la izquierda, en la sala de paqueter¨ªa, varios operarios comienzan a mover bultos de arriba abajo. ¡°La Modelo es parte de nuestra historia. En esta sala fue donde el verdugo ejecut¨® con el garrote vil a Salvador Puig Antich¡±, recuerda el funcionario que ejerce como improvisado cicerone.
El sistema que abre y cierra las puertas mec¨¢nicas mastica cada uno de los engranajes lentamente. Es como si susurraran al que est¨¢ a punto de atravesarla que entra en una nueva realidad. Sin previo aviso, el espectador topa con la parte central del pan¨®ptico. El ojo del gran hermano dise?ado por el jurista Bentham a finales del siglo XVIII. ¡°Parece una aut¨¦ntica catedral¡±, remarca el cicerone.
En uno de los patios se apresuran a avisar a los ¡°internos m¨¢s peligrosos¡± que deben abandonar el lugar. Las porter¨ªas de f¨²tbol y las m¨¢quinas de musculaci¨®n quedan hu¨¦rfanas. Desde dentro del patio no hay manera de situarse. ¡°No se ve el horizonte y, por eso, muchos tenemos problemas de visi¨®n¡±, denuncia uno de los internos que no quiere perderse la obra.
¡°Hola yo soy escritor. Aunque no he publicado ninguna de mis novelas¡±, interrumpe Nemesio Diez, otro de los espectadores. El interno ingres¨® por primera vez en la Modelo en 1991 y desde entonces ha pasado, intermitentemente, m¨¢s de una d¨¦cada en centros penitenciarios. ¡°Por cosas menores, todas de droga y siempre poca, en total menos de medio kilo de coca¨ªna¡±, se defiende. Nemesio asegura que tendr¨¢ el dudoso honor de ser ¡°el ¨²ltimo preso de la Modelo¡±. Al terminar la funci¨®n, el escritor sin libros publicados agasaja a los actores y busca c¨®mplices: ¡°Aqu¨ª no est¨¢n ni los Pujol, ni los B¨¢rcenas. Aqu¨ª est¨¢n los que roban 100 ¨® 150 euros¡±. Sandra y sus compa?eros re¨ªan. P¨²blico y elenco siguieron buscando a aquello que les hiciera felices.
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