La ¡®mestressa¡¯ de Catalu?a
La 'deixa' ha dado no ya tenencia sino disfrute a una familia numerosa de las de categor¨ªa especial: siete hijos, un padre y, sobre todo, una gran madre: Marta Ferrusola
Era una visita al mercado del Ninot de Barcelona durante una de las campa?as electorales triunfantes del pujolismo. Corr¨ªa 1988 y Marta Ferrusola rodeada de un p¨²blico afecto explicaba c¨®mo se las arreglaba para llegar a fin de mes. ¡°?En casa somos muchos!¡±, exclamaba en un tono de voz muy agudo. Se trataba de explicar ante un auditorio entregado c¨®mo aprovechar los restos del cocido ¡ªla carn d¡¯olla¡ª para hacer unas socorridas croquetas. Y la verdad es que triunfaba. Lograba que calara la idea de que era una mujer de su casa, capaz de ponerse el delantal y lidiar con los fogones.
En esa misma campa?a y recorriendo un colegio religioso en el Vall¨¨s Oriental, unas monjas, pensando sin duda en el retorno de la Semana Tr¨¢gica, le preguntaron a la esposa del entonces president: ¡°?Y si ganan los socialistas?¡±. Ferrusola consciente del inquisitorial s¨¦quito period¨ªstico que arrastraba a modo de penitencia se encogi¨® de hombros y esboz¨® una sonrisa c¨®mplice dirigida al auditorio devoto. No quer¨ªa exteriorizar sus sentimientos ante los periodistas, a los que nunca tuvo en gran concepto. Ramon Pedr¨®s, jefe de prensa de Pujol durante 10 a?os, recordaba c¨®mo la primera dama se refer¨ªa a ¨¦l mismo y a sus compa?eros de oficio como ¡°usted y sus secuaces¡±.
No tiene nada de extra?o pues que en septiembre de 2014, cuando estall¨® el asunto del milagroso legado del avi Florenci, le espetase un ¡°?v¨¢yase a la mierda!¡± al reportero que la persegu¨ªa micr¨®fono en mano. Los periodistas han sido para Marta Ferrusola una suerte de excrecencia del g¨¦nero humano que pretenden romper el orden natural.
Ahora resulta que mientras recomendaba a sus incondicionales si se deb¨ªa o no utilizar bechamel para las croquetas, Marta Ferrusola ¡ªal contrario que la Infanta Cristina o la exministra Ana Mato¡ª tomaba decisiones sobre los fondos de su familia en Andorra. Jos¨¦ de la Mata, juez espa?ol de la Audiencia Nacional, atribuye a la mestressa de Catalu?a haber dirigido las finanzas opacas de esta gran familia que, supuestamente, ocult¨® al fisco unos 30 millones de euros. Mestressa es la mujer que tiene alguna cosa o a alguien bajo su dominio. Y Marta Ferrusola es toda una mestressa material y moral, pues organiz¨® y lider¨® a la familia no solo como madre sino como directora financiera al frente de los negocios en Andorra.
El caso es que el primog¨¦nito de la familia, Jordi Pujol Ferrusola, es quien de momento carga con el mochuelo. Y a partir de ahora deber¨¢ comer las croquetas de su madre en socorrida y castiza tartera. Ahora, J¨²nior forma parte de la poblaci¨®n reclusa sin ¨¦pica. Uno m¨¢s entre tantos. Como Ignacio Gonz¨¢lez, expresidente de la Comunidad de Madrid, o Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, que fue m¨¢ximo responsable de la patronal CEOE. Los Pujol no son todav¨ªa una ¡°organizaci¨®n criminal¡±, dice el magistrado. Pero deben mantener un alto nivel competitivo en el espacio delincuencial pues, de acuerdo con el auto, se le parecen mucho.
La familia es lo importante. Y De la Mata no explicita en el auto qui¨¦n es el due?o de los fondos. Pod¨ªan ser propiedad de pap¨¢ o el primog¨¦nito, pero bajo la batuta de mam¨¢. La familia que reza unida permanece unida, dec¨ªa el padre Patrick Peyton, ahora en proceso de beatificaci¨®n. Marta Ferrusola siempre comparti¨® ese principio y por ello fue cr¨ªtica y militante activa contra los devaneos y amor¨ªos pasajeros de los consejeros de los Gobiernos de su marido.
La familia y la patria fueron sus divisas. ¡°Por Catalu?a se puede hacer de todo; ir a dormir a la hora que sea o ir arriba y abajo recorri¨¦ndola¡±, sentenci¨® Ferrusola en una entrevista televisiva en 1991. Su marido alimentaba las ansias nacionales y ella era el complemento moral indispensable para que no desfalleciera la gran familia catalana.
Han pasado los a?os y ha aflorado una extraordinaria historia de presunta corrupci¨®n, basada en el efecto multiplicador del legado del abuelo Florenci Pujol, que tuvo un efecto m¨¢s fabuloso que los cinco panes y los dos peces con los que Jes¨²s dio de comer a la multitud a orillas del lago Tiberiades. Y es que la deixa ¡ªun vi¨¢tico por si volv¨ªan las colectivizaciones¡ª ha dado no ya tenencia sino disfrute a una familia numerosa de las de categor¨ªa especial: siete hijos, un padre y, sobre todo, una gran madre.
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