Halo de abducci¨®n
Matthew Mondaline despliega su universo de grandes canciones achicadas
Hubo que esperar hasta m¨¢s all¨¢ de las once de la noche para verle este mi¨¦rcoles la cara de geniecillo gafotas y despistado a Matthew Mondaline, responsable ¨²nico de ese proyecto et¨¦reo y fascinante que desde hace una d¨¦cada responde al nombre de Ducktails. Toc¨® hacer tiempo en la Moby Dick y, con las mismas, echarle un vistazo a los dos teloneros, Typhonian Highlife y James Ferraro, marcianos manifiestos de una vanguardia entre electr¨®nica y psicod¨¦lica. En comparaci¨®n, Ducktails es pan comido, aunque nunca se le haya visto merodear por caminos trillados. Pero su pop mel¨®dico y de teclados saturad¨ªsimos puede acabar resultando muy seductor.
Mondaline se person¨® sin compa?¨ªa y opt¨® por la menos ¨¢rida de las opciones en estos casos: cantar y tocar la guitarra sobre las pistas con el resto de instrumentos. El playback se iba de madre y sepultaba la voz, a su vez acolchada entre reverberaciones infinitas, pero el postureo indie incluye en ocasiones este tipo de incoherencias. Con todo, el universo resulta sugerente y se comprende mejor con las fotos del propio artista, proyectadas a su espalda: una colecci¨®n de paisajes urbanos tristes, solitarios, crepusculares y extra?amente hermosos.
Ducktails se erige as¨ª en una f¨¢brica de grandes canciones achicadas bajo la p¨¢tina del hazlo-t¨²-mismo. Parece una versi¨®n primigenia de Mac DeMarco, otro autor extraordinario que ya no opta por el absurdo de disimular sus excelencias. Una mirada sui generis a los tiempos de The Go-Betweens o un homenaje underground a Prefab Sprout, como quien avalara la estrafalaria hip¨®tesis de que el dom¨¦stico Let¡¯s change the world with music fuese el mejor trabajo de Paddy McAloon. Apenas se congregaron un centenar de fieles en la Moby, pero el halo de abducci¨®n, durante 50 prudent¨ªsimos minutos, se antojaba m¨¢s que entra?able.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.